lunes, 11 de marzo de 2013

11-M Superviviente



Ana Lojas

(Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M). 40 años. El 11-M esperaba el tren en la estación de Atocha para ir a su trabajo como cuidadora de niños. Sufrió daños en los oídos y numerosos golpes en el cuerpo que le obligaron a permanecer hospitalizada 15 días.
"El 11-M me cambió la vida hasta en los hábitos más concretos, como en lo personal, en casa, con la pareja, la familia. No puedo usar tacones. Camino, pero me cuesta, porque tengo muchos dolores. Antes me gustaba bailar y ahora apenas puedo. Tienes muchos miedos, y en casa no siempre te entienden. No quiero hacer partícipes a mi familia de mis miedos, pero al final lo acabo haciendo. Cuando mis hijos cogen el tren para ir a Madrid, siempre estoy metiéndoles miedo, porque se me viene el recuerdo de aquel día. Yo voy poco a Madrid y si tengo que coger el tren, procuro no hacerlo en hora punta. No he vuelto a trabajar en lo mismo (ahora trabajo en una residencia), no soy la misma persona, con mis miedos, mis tratamientos… Tras el atentado, me prohibieron trabajar y coger peso.… En octubre, cogí el alta voluntaria porque necesitaba trabajar y eso fue un error. Ahora, cuando se aproxima la fecha, estoy más alterada, más nerviosa por lo que me pasó. Y eso que doy gracias a Dios por seguir con mis hijos, con mi familia".

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