Munich vivió en 1989 el
nacimiento de uno de los mejores equipos de la historia del basket europeo: la
Jugoplastika de Split, entonces representante de Yugoslavia. Con una plantilla
joven pero con mucho talento, en la que ya sobresalián futuros NBA como Kukoc y
Radja, junto a un ilustre veterano (Ivanovic) y otro cañonero implacable
(Perasovic), los hombres de Bozidar Maljkovic hicieron trizas los pronósticos.
Su historia:
La Jugoplastika antes de triunfar a nivel continental, ya era conocida a nivel nacional por los títulos de 1971 y 1977 y continental por las Copas Korac de 1976 y 1977. Después de estas conquistas llegaron las épocas de vacas flacas. Para reflotar el equipo se confió la dirección técnica al joven Bozidar Maljkovic (34 años), quien venia de cinco años exprimiendo los conocimientos y enseñanzas del genial Ranko Zeravica, asistiéndolo en el Estrella Roja de Belgrado. Como marcaba la tradición, el equipo se conformó con mayoría de jóvenes moldeados por el trabajo del exigente entrenador de inferiores, Slavko Trninic. Allí sobresalían claramente dos joyas: Dino Radja y Toni Kukoc. Ambos ya le habían mostrado al mundo sus condicciones en el Mundial Juvenil de 1987 en Italia, donde Yugoslavia barrió a los Estados Unidos en la final.
Tras una temporada de estudio del equipo, Maljkovic percibió que todo el talento de los jóvenes se diluía por su inexperiencia. Entonces hizo una jugada clave hacia el futuro al contratar al alero Dusko Ivanovic. El montenegrino, un veterano para el club, a pesar de sus jóvenes 30 años, no solo fue un anotador consistente ideal para aprovechar los espacios que generaba el genial Kukoc, sino también les dio la dureza mental que necesitaba el equipo para el salto a la consagración.
Entonces aquel equipo de Split trazó una raya divisoria en la historia del baloncesto europeo y no solo en lo deportivo. Ya nada fue igual a nivel internacional desde que ese grupo de jugadores croatas (22 años de promedio) irrumpiera en el ámbito internacional para arrasar sin piedad con todos los preconceptos que indicaban que solo los equipos poderosos económicamente y con estrellas con larga trayectoria tenían certificado para la victoria.
Tres años históricos
1989
En semifinales apearon de la lucha por el título al Barça, el eterno aspirante que había llegado a la final four con una plantilla de lujo, sus mejores españoles ya maduros (Solozábal, Epi, Jiménez y Sibilio) y un americano de máximo nivel (Norris). La igualdad duró apenas cinco minutos (11-11). Desde ese momento y hasta el final del partido, el dominio yugoslavo fue aplastante, incluso cuando Maljkovic sentó a Kukoc en el banquillo en los últimos minutos del primer tiempo. Tras el descanso, el Barça se diluyó y llegó a perder por 15 (32-47) y 16 puntos (43-59). Las opciones blaugrana desaparecieron definitivamente cuando con 77-83 Norris falló dos tiros libres. Tras el partido, Sibilio anunció que a final de temporada dejaba el equipo por discrepancias con Aíto.
En la otra semifinal, el Maccabi fue muy superior al Aris. El equipo de Galis y Yannakis conoció su segunda decepción consecutiva. La pésima actuación de Galis en el primer tiempo marcó el partido, mientras el triángulo Magee-Jamchi-Barlow (67 puntos entre los tres al final) se mostró imparable. Galis anotó su primera canasta en el minuto 22. En el segundo tiempo, el Maccabi sumó un parcial 32-11 en nueve minutos que sentenció la victoria. Pero los israelís cateron en la final por segundo año consecutivo.
Fue un duelo muy equilibrado, con dominio alterno. Primero Jamchi y Mercer, y después Kukoc, marcaron el ritmo. El resultado del descanso (35-35) dejó el título abierto. La igualdad se mantuvo durante muchos minutos más, hasta que pareció que el Maccabi daba el tirón (61-55, minuto 32). La Jugoplastika acabó luchando contra un marcador en contra y la cuarta falta que llevó a radja al banquillo. Pero los yugoslavos dieron una exhibición en los ocho últimos minutos, en los que con un parcial 20-8) se llevaron su primer título.
1990
La Jugoplastika reeditó su título meses antes de que el extraordinario equipo montado por Maljkovic en Split empezara a perder a parte de sus estrellas, reclamadas por los dólares italianos, y a su entrenador. El Barça viajó a Zaragoza (sólo 300 kilómetros) como gran favorito y con tres mil seguidores.
En la semifinal no tuvo rival en el Aris, al que superó desde el principio y llegó a tener 29 puntos abajo (93-64, minuto 36). Los griegos aguantaron sólo mientras Vrankovic su impuso en su zona a pesar del marcaje de Solozábal a Galis. La superioridad blaugrana fue total y absoluta, en especial tras el descanso. Entre Epi y Ferran sumaron 45 puntos y Norris se llevó 14 rebotes. La Jugoplastika tampoco tuvo problemas para llegar a la final. El Limoges, como el Aris, apenas resistió 10 minutos pese a que Maljkovic dejó a Kukoc en el banquillo de salida. Cuando el futuro Bulls saltó a la pista (21-16, minuto 9) se acabó la igualdad. El último intento del entrenador francés, Michel Gómez, fue dar entrada al lesionado Dacoury, pero para entonces la Jugoplastika era ya una máquina de basket. Un triple de Perasovic a falta de siete minutos para el final (81-63) dejó el partido sentenciado.
La final fue una de las mejores finales de la historia de la Liga Europea. La Jugoplastika hizo una exhibición de lo que se 'bautizó como 'basket total', basado en una excelente defensa y el talento de sus estrellas. Aunque el Barça empezó dominando (15-10) y durante todo el partido no hubo grandes diferencias, los yugoslavos dominaron el ritmo. De nuevo Maljkovic empezó el partido con Kukoc en el banquillo, pero en cuanto salió a pista (minuto 9) anotó su primer triple. El título estuvo abierto hasta el minuto 32, en que Solozábal empató (59-59) desde los 6,25. Fue el único triple del Barça. Pero a partir de ese momento Kukoc volvió a ser el rey, relevando a Radja, eliminado por faltas. Un parcial 9-2 en los últimos cuatro minutos de partido dio a la Jugoplastika su segundo título consecutivo. Semanas después, se confirmó el fichaje de Maljkovic por el Barça.
1991
París revivió la final de un año antes en Zaragoza: idénticos protagonistas y el mismo campeón, el Pop'84 de Split.
El Barça arrolló al Maccabi en la primera semifinal. Sólo en los primeros minutos, gracias a la defensa de Goodes sobre Solozábal, los blaugrana fueron por detrás (6-12). Pero a partir del momento en que Maljkovic colocó en pista a su segundo base, Montero, sólo hubo un equipo en el partido. Montero fue el héroe del Barça, con 25 puntos y 5 de 5 triples. El segundo tiempo fue un simple trámite, cerrado con un parcial de 51-29. La máxima diferencia en el marcador fue de 37 puntos (98-61) a falta de dos minutos para el final.
En la segunda semifinal, el Pop'84, ya sin Radja (fichado por Il Messaggero de Roma), Ivanovic ni Sobin, fue a remolque del Scavolini durante casi 30 minutos. Los italianos confiaron a Daye el marcaje a Kukoc, y el americano no sólo respondió en defensa sino también en ataque. El Scavolini tuvo un 41-49 a favor (minuto 27) pero acabó siendo impotente frente a la excelente defensa yugoslava. Un triple de Sretenovic relanzó al Pop'84 y una canasta de Perasovic dejó el partido prácticamente resuelto (81-71) a cuatro minutos del final.
En los 40 minutos decisivos, Bozidar Maljkovic, ahora en el banquillo del Barça, no pudo con el 'monstruo' que él mismo había creado. Un triple de Lisard colocó al Barça pronto por delante (7-4) pero entre Kukoc y Savic empezaron a dominar bajo los aros y el equipo blaugrana se vio ya a remolque, con el agravante de que uno de sus jugadores más decisivos, Audie Norris, jugaba lesionado. Los relevos de Maljkovic no dieron resultado y el Pop'84 llegó a tener 10 puntos de ventaja (22-32) antes del descanso. Los esfuerzos del Barça acabaron con el 48-50 y un tiro libre fallado por Trumbo. En los momentos más calientes, con Kukoc en el banquillo, los yugoslavos lograron un parcial 2-13 que dejó la final rota a su favor (53-64, minuto 37).
Con la victoria del Pop'84, su entrenador, Zeljko Pavlicevic, se convirtió en el primero en conquistar el título con dos equipos diferentes. Años antes lo había logrado al frente del Cibona de Zagreb.
Al final de la temporada, Kukoc dejó Split para fichar por el Benetton de Treviso en escala a los Chicago Bulls.
La Jugoplastika antes de triunfar a nivel continental, ya era conocida a nivel nacional por los títulos de 1971 y 1977 y continental por las Copas Korac de 1976 y 1977. Después de estas conquistas llegaron las épocas de vacas flacas. Para reflotar el equipo se confió la dirección técnica al joven Bozidar Maljkovic (34 años), quien venia de cinco años exprimiendo los conocimientos y enseñanzas del genial Ranko Zeravica, asistiéndolo en el Estrella Roja de Belgrado. Como marcaba la tradición, el equipo se conformó con mayoría de jóvenes moldeados por el trabajo del exigente entrenador de inferiores, Slavko Trninic. Allí sobresalían claramente dos joyas: Dino Radja y Toni Kukoc. Ambos ya le habían mostrado al mundo sus condicciones en el Mundial Juvenil de 1987 en Italia, donde Yugoslavia barrió a los Estados Unidos en la final.
Tras una temporada de estudio del equipo, Maljkovic percibió que todo el talento de los jóvenes se diluía por su inexperiencia. Entonces hizo una jugada clave hacia el futuro al contratar al alero Dusko Ivanovic. El montenegrino, un veterano para el club, a pesar de sus jóvenes 30 años, no solo fue un anotador consistente ideal para aprovechar los espacios que generaba el genial Kukoc, sino también les dio la dureza mental que necesitaba el equipo para el salto a la consagración.
Entonces aquel equipo de Split trazó una raya divisoria en la historia del baloncesto europeo y no solo en lo deportivo. Ya nada fue igual a nivel internacional desde que ese grupo de jugadores croatas (22 años de promedio) irrumpiera en el ámbito internacional para arrasar sin piedad con todos los preconceptos que indicaban que solo los equipos poderosos económicamente y con estrellas con larga trayectoria tenían certificado para la victoria.
Tres años históricos
1989
En semifinales apearon de la lucha por el título al Barça, el eterno aspirante que había llegado a la final four con una plantilla de lujo, sus mejores españoles ya maduros (Solozábal, Epi, Jiménez y Sibilio) y un americano de máximo nivel (Norris). La igualdad duró apenas cinco minutos (11-11). Desde ese momento y hasta el final del partido, el dominio yugoslavo fue aplastante, incluso cuando Maljkovic sentó a Kukoc en el banquillo en los últimos minutos del primer tiempo. Tras el descanso, el Barça se diluyó y llegó a perder por 15 (32-47) y 16 puntos (43-59). Las opciones blaugrana desaparecieron definitivamente cuando con 77-83 Norris falló dos tiros libres. Tras el partido, Sibilio anunció que a final de temporada dejaba el equipo por discrepancias con Aíto.
En la otra semifinal, el Maccabi fue muy superior al Aris. El equipo de Galis y Yannakis conoció su segunda decepción consecutiva. La pésima actuación de Galis en el primer tiempo marcó el partido, mientras el triángulo Magee-Jamchi-Barlow (67 puntos entre los tres al final) se mostró imparable. Galis anotó su primera canasta en el minuto 22. En el segundo tiempo, el Maccabi sumó un parcial 32-11 en nueve minutos que sentenció la victoria. Pero los israelís cateron en la final por segundo año consecutivo.
Fue un duelo muy equilibrado, con dominio alterno. Primero Jamchi y Mercer, y después Kukoc, marcaron el ritmo. El resultado del descanso (35-35) dejó el título abierto. La igualdad se mantuvo durante muchos minutos más, hasta que pareció que el Maccabi daba el tirón (61-55, minuto 32). La Jugoplastika acabó luchando contra un marcador en contra y la cuarta falta que llevó a radja al banquillo. Pero los yugoslavos dieron una exhibición en los ocho últimos minutos, en los que con un parcial 20-8) se llevaron su primer título.
1990
La Jugoplastika reeditó su título meses antes de que el extraordinario equipo montado por Maljkovic en Split empezara a perder a parte de sus estrellas, reclamadas por los dólares italianos, y a su entrenador. El Barça viajó a Zaragoza (sólo 300 kilómetros) como gran favorito y con tres mil seguidores.
En la semifinal no tuvo rival en el Aris, al que superó desde el principio y llegó a tener 29 puntos abajo (93-64, minuto 36). Los griegos aguantaron sólo mientras Vrankovic su impuso en su zona a pesar del marcaje de Solozábal a Galis. La superioridad blaugrana fue total y absoluta, en especial tras el descanso. Entre Epi y Ferran sumaron 45 puntos y Norris se llevó 14 rebotes. La Jugoplastika tampoco tuvo problemas para llegar a la final. El Limoges, como el Aris, apenas resistió 10 minutos pese a que Maljkovic dejó a Kukoc en el banquillo de salida. Cuando el futuro Bulls saltó a la pista (21-16, minuto 9) se acabó la igualdad. El último intento del entrenador francés, Michel Gómez, fue dar entrada al lesionado Dacoury, pero para entonces la Jugoplastika era ya una máquina de basket. Un triple de Perasovic a falta de siete minutos para el final (81-63) dejó el partido sentenciado.
La final fue una de las mejores finales de la historia de la Liga Europea. La Jugoplastika hizo una exhibición de lo que se 'bautizó como 'basket total', basado en una excelente defensa y el talento de sus estrellas. Aunque el Barça empezó dominando (15-10) y durante todo el partido no hubo grandes diferencias, los yugoslavos dominaron el ritmo. De nuevo Maljkovic empezó el partido con Kukoc en el banquillo, pero en cuanto salió a pista (minuto 9) anotó su primer triple. El título estuvo abierto hasta el minuto 32, en que Solozábal empató (59-59) desde los 6,25. Fue el único triple del Barça. Pero a partir de ese momento Kukoc volvió a ser el rey, relevando a Radja, eliminado por faltas. Un parcial 9-2 en los últimos cuatro minutos de partido dio a la Jugoplastika su segundo título consecutivo. Semanas después, se confirmó el fichaje de Maljkovic por el Barça.
1991
París revivió la final de un año antes en Zaragoza: idénticos protagonistas y el mismo campeón, el Pop'84 de Split.
El Barça arrolló al Maccabi en la primera semifinal. Sólo en los primeros minutos, gracias a la defensa de Goodes sobre Solozábal, los blaugrana fueron por detrás (6-12). Pero a partir del momento en que Maljkovic colocó en pista a su segundo base, Montero, sólo hubo un equipo en el partido. Montero fue el héroe del Barça, con 25 puntos y 5 de 5 triples. El segundo tiempo fue un simple trámite, cerrado con un parcial de 51-29. La máxima diferencia en el marcador fue de 37 puntos (98-61) a falta de dos minutos para el final.
En la segunda semifinal, el Pop'84, ya sin Radja (fichado por Il Messaggero de Roma), Ivanovic ni Sobin, fue a remolque del Scavolini durante casi 30 minutos. Los italianos confiaron a Daye el marcaje a Kukoc, y el americano no sólo respondió en defensa sino también en ataque. El Scavolini tuvo un 41-49 a favor (minuto 27) pero acabó siendo impotente frente a la excelente defensa yugoslava. Un triple de Sretenovic relanzó al Pop'84 y una canasta de Perasovic dejó el partido prácticamente resuelto (81-71) a cuatro minutos del final.
En los 40 minutos decisivos, Bozidar Maljkovic, ahora en el banquillo del Barça, no pudo con el 'monstruo' que él mismo había creado. Un triple de Lisard colocó al Barça pronto por delante (7-4) pero entre Kukoc y Savic empezaron a dominar bajo los aros y el equipo blaugrana se vio ya a remolque, con el agravante de que uno de sus jugadores más decisivos, Audie Norris, jugaba lesionado. Los relevos de Maljkovic no dieron resultado y el Pop'84 llegó a tener 10 puntos de ventaja (22-32) antes del descanso. Los esfuerzos del Barça acabaron con el 48-50 y un tiro libre fallado por Trumbo. En los momentos más calientes, con Kukoc en el banquillo, los yugoslavos lograron un parcial 2-13 que dejó la final rota a su favor (53-64, minuto 37).
Con la victoria del Pop'84, su entrenador, Zeljko Pavlicevic, se convirtió en el primero en conquistar el título con dos equipos diferentes. Años antes lo había logrado al frente del Cibona de Zagreb.
Al final de la temporada, Kukoc dejó Split para fichar por el Benetton de Treviso en escala a los Chicago Bulls.
Soy del Barça, pero hay que reconocer que era un placer ver jugar a ese equipo. I para mi, en especial, a uno de los mejores jugadores europeos de la historia: KUKOC
ResponderEliminarNo hace falta ser de uno u otro equipo para valorar a los equipos que nos han hecho disfrutar del basket... y si, Kukoc era una pasada, domino Europa... lástima que en la NBA lo hicieran un especialista y coartaran su talento... aunque teniendo a Jordan y Pippen al lado no cabía otra opción.
EliminarTienes razón, son equipos que nos han hecho disfrutar del basquet i mucho. A mi personalmente más que la mayoria de equipos NBA
Eliminar