jueves, 21 de noviembre de 2013

Los Celtics de Bird... un equipo de leyenda


Los años 1980 serán una nueva década brillante, tanto en juego como en éxitos, en la que destacará otro nombre por encima de todos, Larry Bird, verdadera piedra angular de los éxitos del equipo. Sin embargo, en la segunda mitad de los ochenta los Celtics darían los primeros pasos hacia una lenta decadencia, muy palpable al final de la década y de la que la franquicia tardaría muchos años en recuperarse plenamente, hasta la temporada 2007/08 en que volvería a ganar la división atlántica, la conferencia este y el título de la NBA.

La clave de los éxitos de estos años se encuentra en algunas decisiones tomadas por Red Auerbach en los años anteriores, que se completarían en el verano de 1979. Tras retener en 1978 los derechos de Larry Bird, éste se incorporaría al equipo en la temporada 1979-1980, Auerbach consiguió obtener mediante el traspaso de Bob McAdoo, la primera elección del Draft de 1980, que después traspasaría a su vez a Golden State Warriors. A cambio, obtendría de Golden State la tercera elección de ese mismo año, que se convertiría en Kevin McHale, y los derechos sobre el jugador Robert Parish. Con esos movimientos, Boston dispondría en 1981 de una brillante columna vertebral -el famoso Big Three-, sobre el que el equipo se sustentaría durante más de una década.

Los éxitos no tardarían en llegar tras la incorporación de Bird. Entrenados por Bill Fitch, si bien Boston, a pesar de una gran temporada, no logró superar a Philadelphia 76ers en la final de Conferencia Este en 1980. Ese mismo año tendría lugar la primera retirada Dave Cowens, sin poder añadir un título más a su historial y que ya no volvería a Boston. Sin embargo, el año siguiente, el estrecho margen de un punto sí sirvió esta vez para lograr el pase a la final de la NBA en el año 1981 frente a los 76ers y posteriormente derrotar a Houston Rockets en la final. La fuerza de un equipo en el que también sobresalían Cedric Maxwell -MVP de las Finales de la NBA- y Nate Archibald -MVP del All-Star Game- sería la clave del éxito. También destacó el estreno de Danny Ainge en la liga.

En las temporadas 1981-82 y 1982-83, el rendimiento de Boston atravesó un pequeño bache. Aunque el nivel de juego fue muy elevado durante la temporada de 1982, cayeron nuevamente en la final de conferencia frente a Philadelphia. Mucho peor sería el año 1983, cuando Boston caería en una pobre eliminatoria ante Milwaukee Bucks. Ello cuestionaría el trabajo técnico y daría pie a la llegada en el año siguiente al banquillo de KC Jones, quien iniciaría cuatro años de grandes éxitos para Boston, sin la participación ya de Archibald, que pasaría a jugar en Milwaukee. El primero, 1984, tuvo lugar una nueva conquista del título de la NBA frente a Los Angeles Lakers de Magic Johnson, con el recién llegado Dennis Johnson en la dirección de juego. El año siguiente, 1985, sin embargo, en la reedición de esta final, el título viajaría a Los Ángeles. En 1986, la incorporación de Bill Walton, junto al crecimiento de Ainge, devolvería al equipo a su máximo esplendor logrando un récord, al ganar 40 partidos de los 41 disputados como local y permitiría a Boston alcanzar nuevamente el título, en este caso derrotando a los Houston Rockets de un joven Hakeem Olajuwon y de Ralph Sampson.

Dos títulos y una final en tres años marcaban la cima del rendimiento de esta generación y la necesidad de planificar el futuro. Es por ello que Boston decidiría traspasar a su jugador Gerald Henderson por la primera elección del Draft de 1986 de Seattle Supersonics, que habría de corresponder a un prometedor jugador: Len Bias. Sin embargo, éste moriría dos días después de su elección en el Draft por una sobredosis de droga, deshaciendo las expectativas puestas en este nuevo proyecto de reconstrucción y condicionando irreversiblemente el futuro. La mala suerte, el poco acierto en el Draft y algunos errores, ya sin la guía de Red Auerbach, haría irreversible un lento declive.

Sin Bias ni el irreversiblemente lesionado Walton, Boston hubo de afrontar una dura temporada 1986-87, pero lograría sobreponerse y llegar a la final del campeonato, para caer finalmente frente a los Lakers. En 1988, ya sin Walton y con un equipo soportado tan sólo sobre el quintetito titular (los clásicos Johnson, Ainge, Bird, McHale y Parish), los Celtics caerían en la final de conferencia frente a Detroit Pistons, marcando así el relevo en la hegemonía de la conferencia. Las cosas empeorarían aún más en 1989, cuando Bird se perdió toda la temporada por una lesión, y en la 1989-90: en ambos casos Boston caería en primera ronda de playoffs, primero ante Detroit y luego ante New York Knicks.

Ya sin Ainge, traspasado a Sacramento Kings, Dennis Johnson se retiraría en 1990, desapareciendo así los complementos del Big Three que habían asegurado los éxitos de 1984-1987, sin que el Draft o los traspasos hubieran provisto de nuevos recursos destacados, salvo uno: la elección de Reggie Lewis en el Draft de 1987. 


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