lunes, 23 de diciembre de 2013

Unas preguntas y respuestas a Obradovic hace unos años...

Zeljko Obradovic es un ganador en todos los ámbitos. Además de que como entrenador ha ganado dos Recopas y un sinfín de Ligas y Copas, como seleccionador de Yugoslavia ha sido campeón mundial en 1998 y europeo en 1997, así como subcampeón olímpico en 1996.
Pregunta. ¿Lo suyo es vocacional?
Respuesta. Empecé muy pronto, en una escuela de mi pueblo. Lo más importante se produjo en 1973, cuando Yugoslavia ganó el Europeo en Barcelona. En aquel equipo estaba Dragan Kikanovic. Y, claro, si tienes un tipo que es de tu ciudad jugando como él, un monstruo pese a que solo tenía 20 años... Eso supone un estímulo enorme.
P. Años después, en 1991, usted tuvo que renunciar a jugar un Europeo cuando precisamente Kikanovic, siendo director deportivo del Partizán, le ofreció el cargo de entrenador.
R. Yo estaba concentrado en Croacia con la selección de Yugoslavia. Me llamó Kikanovic y me ofreció ser entrenador. Pero tenía que renunciar de manera inmediata a jugar con la selección. Lo estuve pensando toda la noche. Yo quería ser entrenador. Todos, menos Kikanovic y un amigo, Radmilo Misovic, me decían que era una locura. Pero acepté.
P. Era muy joven.
R. Tenía 30 o 31 años y ofertas para continuar jugando, buenas ofertas, con buen dinero. Pero yo, a la vez que jugaba, ya entrenaba en mi pueblo y también lo hacía cuando estaba en el Partizán. Sabía que iba a ser entrenador un día, sin duda. Claro, lo que no sabía era cómo iba a salir. Era un riesgo.
P. Ya se bromea con la frase de que el baloncesto es un deporte que juegan cinco contra cinco y gana el equipo de Obradovic.
R. No, no... Hombre, sí, mis equipos han ganado muchos títulos y eso se lo agradezco a mis jugadores. Sin ellos es imposible. Soy feliz porque trabajo con gente que me entiende y que entiende que lo más importante en este trabajo es tener todos la misma filosofía.
P. Algún factor diferencial habrá porque ha conseguido éxitos con equipos muy diferentes.
R. Creo en una filosofía de trabajo, en que los jugadores te crean. Si vas a entrenar, un jugador te pregunta algo y no tienes la respuesta adecuada, empiezas a tener un problema como entrenador. Cuando cogí el equipo del Partizán, hace 20 años, me pasé tres meses sin dormir pensando en eso. El trabajo de un entrenador, como yo lo entiendo, es corregir, corregir muchas veces durante un entrenamiento. Y los jugadores deben entenderlo. Es la única manera de mejorar. Para ello tienes que escuchar, digo yo, a la persona más importante que hay en un equipo, en todos los sentidos. El entrenador tiene que ser el líder y los jugadores deben seguirle.

¿Cómo de importante es el talento y que importancia tiene el trabajo?
¡Sin talento no se consigue nada! Os voy a dar un ejemplo. Antes de la Olimpiada en Seúl en 1988 teníamos más de diez test, todo apuntado, los análisis completos… Antes del Mundial en Buenos Aires llegamos a la pre-temporada y Kukoc tuvo un cambio impresionante en dos años. ¿Gracias al talento? NO, gracias al trabajo. Si hoy necesitáis 80 intentos para 50 triples anotados, y mañana anotáis 52, es la consecuencia de trabajo, un trabajo muy duro… El talento solo significa que el jugador más rápido y fácil puede aprender algo.

¿Y la motivación? En España existe la teoría que todos nuestros jugadores han tenido más éxito porque han trabajado duro para irse al extranjero y ganar mucho más que en nuestro país.
Esto no es de todo cierto, nadie empieza a jugar al baloncesto antes de empezar a amar al baloncesto. Y todos tenían que esperar hasta 28 años para irse fuera. Hoy la situación es diferente, los padres desean “materializar” a sus hijos con 15 años y esto no es bueno, hasta en los casos de súper talentos. Si el jugador joven gana pronto mucho dinero, existe una gran probabilidad de que se olvide del trabajo.
Una vez le dijo que hasta final de su vida iba a seguir aprendiendo de los jugadores geniales que siempre encuentran una forma diferente para que un movimiento se realice fuera del sistema. ¿Sigue creyendo en esto? 
Sin lugar a duda. Yo aprendo de los jugadores. Aprendo de ellos y de otros entrenadores, no me da vergüenza copiar una solución si me parece bien para mi equipo.

El profesor Nicolic, también, decía que el entrenador, cuando llega a nuevo club, tiene que adaptarse a las características de los jugadores que tiene y no imponer lo suyo sin tener en cuenta lo que los jugadores (no) pueden hacer…
Esto lo he aprendido de él. Cuando llegué al Juventud, enseguida entendí que no se podía hacer todo como en Partizan. Otro país, otra cultura, otras costumbres… En España los jugadores en la comida beben un poco de vino o cerveza y no pasa nada. Aquí le castigarían inmediatamente. También, hasta mi llegada a España no me imaginaba la pre-temporada sin el trabajo en altura. Luego he aprendido que se puede realizar sin montaña. He visto los videos de los partidos de la temporada anterior y he entendido que con los mismos jugadores se puede aprovechar algo. ¿Por que cambiar a cualquier precio? Hay que adaptarse al entorno y condiciones. Solo un tonto no cambia nunca.

¿De qué se acuerda de sus primeros días como entrenador?
Durante toda la temporada 91/92 sólo perdimos dos partidos, uno en Rabotnicki y otro ante el Bosna en Sarajevo. Tras el partido en “Skenderia” Mirza Delibasic me dijo que íbamos a ser campeones de Europa. Pensé: “Dios, Mirza no sabe lo que dice”. Se demostró que tenía razón. A lo mejor vió algo que yo en ese momento no ví. Fuimos campeones con el equipo más joven en la historia de Euroliga. Entonces Aca Nikolic me dijo que iba a ganar muchos más títulos. Yo pensaba para mí: “Esto ha pasado ahora y veremos cuantas veces más…” El profesor, para mi suerte, tuvo otra vez razón.

Siempre ha tenido estrellas en su equipo, desde Djordjevic y Danilovic en Partizan, pasando por Villacampa y Thompson en Juventud, Sabonis y Arlauckas en Real Madrid, hasta Bodiroga y Diamantidis en Panatinaikos. ¿Cuánta importancia tiene para el entrenador tener a los extra-jugadores en la cancha?
Mucha, pero la grandeza de los extra-jugadores es que tienen la capacidad de jugar para todo el equipo y que siempre van hacer lo mejor para todo el grupo. Ellos no se imponen con el nombre, sino con la autoridad del conocimiento y trabajo. Ninguna de mis estrellas ha tenido privilegios, y tampoco me los han pedido.

Djordjevic y Bodiroga durante la Final Four en Barcelona han comentado que son independientes uno del otro, ¿es que usted juega ajedrez con los contrarios?
A lo mejor tiene razón, existen ciertos parecidos, pero en el ajedrez mueves tú solo tus fichas, mientras en el baloncesto tus movimientos los ejecutan los jugadores. Por eso digo que los jugadores son tan importantes. Con ellos dos me fue fácil. Fue suficiente una mirada para que nos entendiéramos y siempre voy a ser muy agradecido por lo que ellos han hecho para mí.

¿Y los entrenadores? ¿Como es esta famosa escuela yugoslava o serbia de baloncesto sobre cuales se habla durante decenios en Europa?
Esto no es una escuela con libros, no puedes comprar un libro y aprender el trabajo del entrenador. Nuestros entrenadores han aprendido unos de otros. Nosotros somos una nación con talento para el baloncesto y deportes colectivos, pero nuestra fuerza viene desde la creatividad. Recuerdo siempre las palabras de Kresimir Cosic que decía: “No matéis a vuestros jugadores, dejarlos que jueguen”. Nuestro baloncesto siempre se ha caracterizado por buen tiro y buen manejo del balón. Los entrenadores se han perfeccionado con el tiempo y con su creatividad han aportado en la consecuencia de los éxitos con sus equipos.

¿Y dónde está aquí la defensa? Profesor Nikolic decía que para que un equipo meta la canasta, primero tiene que conseguir el balón, y esto se consigue con la defensa...
Esta viene más tarde, porque nadie sale al campo de baloncesto para colocarse en la posición defensiva, ya que no es algo natural. ¿Qué haces con el balón? Intentas anotar, hacer una entrada, una finta, un movimiento. Esto el ataque. La defensa se aprende, igual que los demás elementos.

¿Se dice que una de las diferencias básicas cuando se trata de nuestros jugadores en relación con los demás es en el trabajo individual?
Supongo que puede ser la verdad. Desde el primer día de mi trabajo como entrenador insisto en el trabajo individual. Hoy mismo desde los primeros 3-4 entrenamientos empiezo con el trabajo individual. No conozco un gran jugador, que haya conseguido esto solo trabajando con el equipo. Además, para el trabajo individual no hace falta el entrenador, sino la voluntad y alguien para devolver los balones tras el tiro o puede ser un par de amigos para trabajar dos contra dos. El trabajo individual es muy importante en pretemporada. ¿Alguien piensa que el triple de Sasha Djordjevic en Estambul ha caído del cielo? Claro que no, el ha trabajado mucho solo, en los entrenamientos hemos repetido miles de veces como se corre el contraataque, las paradas, el tiro en suspensión…

¿Cree en la mentalidad de una nación? En Europa se piensa que nuestros jugadores son mejores porque tienen una mentalidad mejor.
No creo en esto. No existe una mentalidad ganadora colectiva, no existen las naciones superiores. Todo es individual y es la cuestión de trabajo. He entrenado a los jugadores de todas las naciones y no acepto que uno es mejor por ser serbio, lituano o cualquier otra nación. La calidad se determina por el trabajo, talento, la química del grupo.

¿Qué importancia tiene en la vida la valentía y disponibilidad de asumir los riesgos? Ha tenido algunas decisiones muy difíciles en su vida y todas se han mostrado como justificadas. ¿Cómo una persona puede saber qué decisión es adecuada?
Una pregunta difícil… Esto es, supongo, un sexto sentido, algo que una persona lleva por dentro. He arriesgado, pero no mucho, cuando de Borac me he ido a Partizan, pero sabía que si quería avanzar como jugador, lo tenía que hacer. Aun más he arriesgado cuando he aceptado la oferta para ser entrenador, pero he comprendido que Partizan me ofrece la posibilidad que nunca más se va a volver a repetir. Cuando ganamos triplete, yo era el único que me quedé sin premio, pero no he protestado, porque tenía lo suficiente y me importaba mucho más trabajar y aprender. Como campeón de Europa siempre he recibido muy buenas ofertas, pero he descartado otras, porque prefería quedarme un año con el profesor Nikolic y seguir aprendiendo. Cuando en el 1993 me ha llamado Juventud, todavía tenia las dudas, pero Kicanovic, Savovic y el mismo profesor Nikolic me han dicho que tenía que aceptar, porque era una gran ocasión para avanzar. El hombre tiene que estar dispuesto a un riesgo constante, pero tiene que confiar en uno mismo. Y, por encima de todo, tiene que seguir aprendiendo siempre.

Cuando menciona aprendizaje, recuerdo que en el 1993 no hablaba ningún idioma. Hoy mismo habla muy bien al español, italiano e ingles. ¿Cómo ha aprendido los idiomas?
Aquí he sido autosuficiente… Cuando llegue a Badalona, he tenido siete días a un profesor, pero no podía estudiar en una habitación. Las siguientes clases hemos tenido en un bar, con la cerveza y tapas, con la gente normal. He podido escuchar y coger las palabras en vuelo. Así ha sido con todos los idiomas.

¿Y qué ha pasado con el griego, que tras 12 años en Atenas no lo habla?
Es una decisión consciente. En Atenas salen 14 periódicos deportivos y probablemente me volvería loco si me entero lo que escriben. Así estoy protegido por completo, lo que escriben los periódicos no me llega en absoluto. Entiendo mucho, algo puedo decir, pero no tengo la necesidad. Aquí todos hablan inglés y mi ayudante Dimitris ha sido nuestro estudiante y habla perfectamente el serbio.

Una pregunta indiscreta. ¿Por qué vive solo en Atenas, estando su mujer Vesta, su hija Aña y su hijo Djordje en Belgrado?
Es una decisión estratégica. Aña se ha venido con nosotros desde Badalona y Madrid, pasando por Treviso hasta Atenas, ha tenido que estudiar en Roma y Londres y deseaba volver a Belgrado. Alguna vez me ha llamado para preguntarme como se dice algo en“nuestro idioma”. Para evitar esto, Djordje va al colegio en Belgrado, pero nos vemos mucho, me visitan ellos o yo voy a Belgrado. Ahora, mientras hablamos, Aña está aquí. La familia es muy importante para mí, he tenido su apoyo en todas las decisiones difíciles y en todos los momentos duros. Y hemos tenido muchos.

¿Djordje tiene talento de baloncesto?
No lo sé si tiene talento, pero se sabe todos los jugadores de Euroliga y muchos de la NBA. Tiene 12 años y tenemos serias discusiones sobre el baloncesto. No le voy a presionar nunca, que vaya por su camino y haga lo que desee, pero es evidente que el baloncesto le interesa mucho.

Volvemos al baloncesto. ¿Cómo se llevan los fracasos?
Como la parte de este trabajo al cual me dedico y donde no es posible ganar siempre. Con los años y la experiencia esto se lleva cada vez más fácil. Cuando empecé con Partizán, tras la derrota no salía a la calle, porque tenía vergüenza. Pensaba que me miraba todo el mundo. Luego he entendido, muy despacio, de que es una tontería y que hay que vivir con las derrotas.

Ha pasado muchos años del fracaso con la selección en 2004 y 2005. ¿Cómo los ve desde esta distancia?
No entiendo porque los periodistas me preguntan solo por los fracasos. No es nada conflictivo, teníamos el equipo para ganar una medalla y hemos terminado como hemos terminado, sobre lo que he hablado en su momento y no quiero decir más, pero me pregunto ¿que si me merezco que la gente solo recuerde estos dos fracasos?

¿Qué equipo es el que consideráis más fuerte de los que habéis entrenado?
Sin competencia, el de la Olimpiada en Atlanta en 1996. Ha sido un casi idéntico al equipo que un año antes se proclamó (tras tres años de sanciones, en la vuelta a la competición internacional) campeón de Europa en Atenas. En la final contra USA hemos jugado 30 minutos excelentes, hasta la salida de Divac por cinco faltas y sin ayuda de Savic que estaba lesionado, tras la lesión contra Lituania en las semifinales. Nos ha sorprendido David Robinson, que ha jugador muy bien, mientras que Shaq, para quien nos hemos preparado tácticamente, ha pasado muy poco tiempo en la pista.

¿Quién son las personas más importantes en su vida?
Mis padres y familia. En el plano de baloncesto siempre voy a destacar al profesor Nikolic, luego Dragan Kicanovic, Duda Ivkovic, Milenko Savovic y Vlada Androic. Con estos tres nos une una gran y cercana amistad. Y hoy mismo, cuanto tengo una duda importante, lo consulto con Androic con quien antes compartía la habitación mientras jugábamos en Borac y hacíamos grandes planes.

Muchas veces habéis dicho que hay que disfrutar en la vida. En Barcelona habéis puesto a prueba a los periodistas que no han entendido el mensaje de una canción española: “Solo se vive una vez”.
Esta es mi filosofía, en la vida hay que disfrutar usando cada momento para disfrutar. Yo disfruto con mi familia, con los amigos, cuando jugamos las cartas o juego a la oca, en la playa, en el restaurante, en cualquier lugar donde me encuentro cómodo. Cuando haces tu trabajo, esto te crea una gran satisfacción, como en mi caso, es todo más fácil y bonito. Por eso digo que hay que disfrutar en cada momento, porque se “vive solo una vez”.

En Atenas llevas 12 años. ¿Hasta cuando le podemos considerar un Alex Ferguson en el baloncesto?
En este trabajo no se pueden realizar los planes a largo plazo. Cuando he venido a Badalona, pensaba que me iba a quedar mucho tiempo y me he ido tras un año. Cuando he venido a Atenas, pensaba que no me iba a quedar mucho, y llevo 12 años. La importancia de sentirse bien en un sitio, en sentir la satisfacción con su trabajo, entorno, personas, la ciudad, clima… Con los hermanos Yanacopulos, los dueños del club, tengo muy buena relación, que ya es familiar, la palabra vale más que un contrato. Formalmente, tengo un contrato por una temporada más y de verdad no pienso si voy a cambiar, aunque los periódicos me mudan de un lugar al otro.

¿Siente el cansancio?
Ni hablar. Cuando hemos vuelto de Barcelona, les he concedido dos días de descanso a los jugadores aunque deseaba volver a los entrenamientos. En verano, cuando tengo las vacaciones, el segundo día me pregunto que voy hacer conmigo mismo y empiezo hablar con alguien de baloncesto. Me gusta mi trabajo, me encanta trabajar con los jugadores, hasta me relaja y mientras pueda no voy a pensar en las pausas en el trabajo o en una jubilación.

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