“Nunca hay que olvidar de dónde venimos… que el brillo fugaz no
borre las huellas profundas del pasado… un pasado que es padre del presente y
futuro”
Desde
el primer momento que llega, de la mano de nuestro querido “Pibe”, se le abren
las puertas del equipo… y el nos entrega su corazón… Un jugador que desde el
principio hace piña con todos los compañeros, que se convierte en uno de los
líderes del grupo de forma espontanea y natural por su forma de ser, por su
forma de comportarse, por su forma de actuar y proceder… su voz es escuchada y
respetada… ¿Qué tendrán los argentinos?... su tonalidad de voz debe ser
cautivadora, como las sirenas con Ulises… jajaja pero si, pronto empieza a
ejercer su liderazgo, sin imponer nada, porque no es su forma de ser, pero si
que los compañeros le escuchan con respeto y se convierte en uno de los pilares
del entrenador dentro del grupo. Un jugador que destaca por su capacidad de
entrega, por su trabajo y su humildad… cuando el entrenador los envía a todos a
correr es el primero que se pone a ello sin poner una sola escusa… él, que
tiene más de 30 años no dice ni mut, mientras otros que podrían ser sus hijos siempre
renegando y quejándose… y no, no se van a correr todos por su culpa, con lo
cual entenderías su silencio… se van a correr por culpa precisamente de los que
luego se quejan y tienen rabietas… curioso ¿no? Pero él, al contrario que
muchos, lo tiene claro: el entrenador manda, esto es un equipo y vamos todos
juntos… ojala todos lo entendieran igual.
En
cuanto a su juego, juega de pívot, más de “4” que de “5”, tiene muy buenos
movimientos en el poste bajo, de los mejores que hemos visto en años en el
club… lo hace todo bien, finta a un lado y ataca por el otro, hace reverso encara canasta, tiro de media distancia,
finta de tiro y entra aro pasado, su medio gancho, la continuación de los
bloqueos… todos movimiento elegantes, bien ejecutados, con calidad y clase…
pero la suerte le es esquiva, no tiene la “gracia” de meterlas… si, mete
bastantes, pero para lo bien que hace sus movimientos podría marcar muchas más…
una pena.
En
defensa siempre daba seguridad al equipo, sabías que estaba ahí siempre para
echarte una mano, para hacer las ayudas, cerraba bien el rebote, seguridad en
el primer pase (algo a lo que muchos no les dan la menor importancia pero que
la tiene, y mucha… y él lo hace de forma natural).
Lo
más importante de su juego, tanto en defensa como en ataque, es su saber estar…
su experiencia y entendimiento del juego. Un jugador capaz de entender que cada
balón que le llega cerca del aro no tiene porque ser una acción que tenga que
acabar tirando él… sabe leer el juego, sabe cuando jugársela y cuando sacarla,
cuando tirar o cuando doblar el pase… no es algo fácil en su posición. Un
jugador de equipo, que acepta estar en el banquillo de buena gana… a todos nos
gusta jugar y no hacerlo nos puede mosquear… a él nunca le habrás escuchado
quejarse de minutos, es consciente de lo que es un equipo, que a veces jugará
más y a veces menos, que lo importante es dejar su ego aparte y mirar por el
bien del equipo… su solidaridad es un valor muy preciado por entrenadores y
compañeros.
“Nunca hay que olvidar de dónde venimos… que el brillo fugaz no
borre las huellas profundas del pasado… un pasado que es padre del presente y
futuro”
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