“Nunca hay que olvidar de dónde venimos… que el brillo fugaz no
borre las huellas profundas del pasado… un pasado que es padre del presente y
futuro”
Posiblemente
estemos hablando de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos del C.B.
Oliva… si lo tuviéramos que clasificar no andaría muy lejos de jugadores como
Carles Oltra y Pascual Moya… Sí, estamos hablando de un jugador adelantado a su
tiempo… llegó al club en categorías inferiores y pronto empezó a destacar… lo
recuerdo jugando en categoría infantil, yo pitaba o anotaba muchos partidos… y pronto
llamó mi atención… entre jugadores corpulentos había un renacuajo, con
extremidades enclenques y algo desgarbado que cuando se ponía a jugar empezaba
el espectáculo… era capaz de anotar con suma facilidad a pesar de ser inferior
físicamente a rivales y compañeros, tenía una gran visión de juego y daba pases
milimétricos al compañero desmarcado en el momento justo, pero no cualquier
pase, no, el pase era de mucha calidad, de plasticidad, no eran pases normales…
era algo diferente, tenían su estilo… era muy rápido de manos y eso le permitía
robar muchos balones y salir a la contra… si, era un pequeño crack… un jugón…
su único problema, que le acompañó mucho tiempo, era la ansiedad y el nervio
que le entraba antes de los partidos… no había día de partido que no se pusiera
a vomitar por ello… era un gran problema. A pesar de ello una vez en pista no
se notaba… toda la ansiedad y todo el nervio lo transforma en talento, en
jugadas espectaculares…
Con
el paso de los años todo ese talento se fue estancando, no acaba de explotar
del todo, quizás porque se había quedado muy pequeño y era demasiado enclenque
para jugar en la categoría cadete… si así era le iban a esperar años duros en
el junior, si es que era capaz de resistir… pero paso algo… un verano le dió por crecer… y siguió creciendo… pasó de ser uno de los bajitos a ser el más
alto del equipo y todo ese talento que tenía empezó a sobresalir de nuevo… se
hizo tan alto que modificaron su posición en el campo, pasó de jugar de base a
hacerlo de pívot… imaginaos un pívot con la visión de un base… si, todos
estaréis pensando ahora en Gasol… pues no os equivocáis, Arnau era el Gasol de
Oliva… al principio empezó como una broma, pero realmente con el paso de los
años se convirtió en nuestro Gasol, incluso se dejó barba como él… era nuestro
referente ofensivo…
Un
jugador con su altura, capaz de jugar por fuera y por dentro, capaz de sacar a
jugadores altos a jugar por fuera o de jugarle en el poste a jugadores de
inferior tamaño y sacar petróleo de esas situaciones de ventaja, situaciones
que creaban verdaderos quebraderos de cabeza a los rivales que tenían que hacer
casi siempre dobles marcajes cuando jugaba por dentro lo que aprovechaba muy
bien para sacar el balón a la línea exterior donde estábamos esperando recibir
para lanzar de tres… esto era posible gracias a su excelsa capacidad de pase y
a su visión natural de juego (desarrollada en sus años de base)… y todo esto lo
hacía sin que nadie se lo tuviera que explicar… él sabía cuando ganarse la
posición por dentro y cuando salirse fuera, él sabía cuando debía jugársela y
cuando doblarla… era muy inteligente en el juego.
En
el juego al poste perfeccionó un movimiento que acababa en un gancho a lo
Kareem Abdul-Jabbar… cuando hacía ese movimiento resultaba imposible de parar
sin hacerle falta… eso sí, solo lo hacía en el costado izquierdo para utilizar
su mano derecha buscando el centro. Con toda la envergadura que había adquirido
en defensa resultó ser muy eficaz a la hora de recuperar balones, sus largos brazos y su velocidad de manos lo convirtieron en un gran ladrón de pases… y
así sacamos contras rapidísimas que nos hacían anotar con facilidad. Además era
un jugador que siempre rondaba el doble-doble de puntos y rebotes… sus
valoraciones estadísticas eran siempre destacadas.
Arnau
Vicens, un adelantado a su tiempo que revolucionó la posición de pívot en
Oliva… una pena que no pudiéramos disfrutar más años de su juego.
“Nunca hay que olvidar de dónde venimos… que el brillo fugaz no borre las huellas profundas del pasado… un pasado que es padre del presente y futuro”
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