WILT CHAMBERLAIN EL HOMBRE RECORD
Wilton Norman Chamberlain (Wilt the Stilt, The Big Dipper) suele ser catalogado por los aficionados y analistas de la NBA como the most awesome offensive force the game has ever seen (la mayor fuerza ofensiva que jamás se haya visto en una cancha de baloncesto). Todo el mundo conoce su nombre y sus estadísticas increíbles, sin embargo pocos, muy pocos, saben cuales fueron sus virtudes y cuales sus defectos. Quien quiera ver solo números y tópicos sobre Chamberlain tiene centenares de páginas a su disposición pero quien quiera saber algo más acerca de este titán del baloncesto, que se relaje y disfrute: Wilt Chamberlain fue el número 1 en casi todas las categorías, incluyendo puntos, rebotes, tapones, robos y hasta asistencias. Desgraciadamente, los tapones y los robos no se contabilizaban antes del 1974 de modo que no sabemos a ciencia cierta cuantas veces hizo cuádruples dobles (se especula que lo consiguió en 15 ocasiones) o hasta quíntuples dobles (esta última categoría no se contempla actualmente porque se considera simplemente imposible, sin embargo, muchos de sus contemporáneos afirman que Chamberlain lo logró en alguna ocasión). Llegados hasta aquí, el aficionado al baloncesto se pregunta perplejo ¿Cómo un jugador tan extraordinario a nivel individual pudo ser tan negado con el éxito colectivo? Es el único gran dominador que no ha establecido jamás una dinastía (George Mikan y los Minneapolis Lakers, Bill Russell y los Boston Celtics, Michael Jordan y los Chicago Bulls, Shaquille O’Neal y Los Angeles Lakers...). Hay varios motivos que explican esta aparente contradicción, pero el motivo principal es muy simple: Wilt no tuvo jamás ese carácter propio de los ganadores, ese espíritu competitivo y esa capacidad de lideraje que comparten todos los campeones. O como diría él mismo cuando se retiró: “I’m just not naturally competitive and aggressive. I don’t have a killer instinct" (“Simplemente no soy de naturaleza agresiva o competitiva. No tengo instinto asesino”). Wilt, en cambio, era, además de alto, fuerte y pesado, un hombre rápido, ágil, con una capacidad de salto descomunal (¡se dice que podía llegar a tocar con la punta de los dedos la parte superior de un tablero de baloncesto!) y con una gran coordinación de movimientos. El resultadNacido en 1.936 en Philadelphia, Wilton Norman Chamberlain fue el primer jugador de más de 215 cm y 120 kg que jugó en la NBA. A finales de los cincuenta, los centers de la liga estaban todavía por debajo de los 210 cm de altura y pocos, muy pocos, a penas llegaban a los 110 kg de peso. Por consiguiente, Wilt era el más alto, el más pesado y el más fuerte físicamente. Podría parecer que con eso ya fuera suficiente su dominio insultante bajo la canasta pero en realidad eso sólo es la fachada de un hombre absolutamente privilegiado. En aquella época, los jugadores de más de 2 metros de altura eran extraordinariamente lentos y/o muy limitados técnicamente (sólo había una excepción: Bob Pettit, una especie de Kevin Garnett de los cincuenta; alto y rápido, muy técnico pero también muy delgado y liviano).
Cuando estudiaba en el High School (Instituto), Chamberlain demostró ser un atleta superdotado, destacando en velocidad, lanzamiento de peso, salto de altura y salto de longitud. Quizás la más increíble de sus gestas atléticas fueran los 100 metros en 10.9 segundos (¡cuánto tardarían Sabonis o Shaq en correr los 100 metros!). Al final pero, se impuso la lógica, y por razones de altura, y nunca mejor dicho, acabó en el equipo de basket. Con Wilt en el equipo, los entrenadores practicaron una modalidad bastante curiosa: cuando algún jugador del equipo tenía que lanzar tiros libres, fallaba expresamente para que Wilt capturara el rebote y anotara sin oposición alguna. Esta táctica rastrera obligó, años después, cuando Wilt ya era jugador profesional, a cambiar las reglas de tiro (la pelota tiene que tocar el aro cuando se tira un tiro libre; en caso contrario no hay rebote y la posesión es para el otro equipo). Era tan grande el dominio de Wilt en la zona, que años más tarde, la NBA se vió obligada a ampliar las medidas del campo… ¡para que los jugadores exteriores tuvieran más espacio y para que el propio Wilt tuviera que “abrirse” más a la hora de defender! Cuando Chamberlain acabó el High School, todas las universidades lo pretendían pues el gigante de más de 7 pies ya se había hecho famoso en todo el país. Kansas fue la afortunada. Allí jugaría dos temporadas en la NCAA promediando 30 puntos y 18 rebotes por partido. Habrá quien no las considere espectaculares puesto que futuros mitos como Elgin Baylor sobrepasaron los 30 puntos y los 18 rebotes por partido cuando estaban en la NCAA. Nada más alejado de la realidad. El dominio de Wilt era tan escandaloso en la NCAA, que los equipos pronto le aplicaron defensas de, atención al dato, 3 contra 1. No anotó más de 50 puntos por partido simplemente porque muy a menudo no recibía el balón que se lo jugaban sus compañeros libres de marcaje. También capturó “sólo” 18 rebotes por partido porque los árbitros siempre consintieron todo tipo de excesos contra el gigante. Seguramente por recibir este trato tan antideportivo por parte de sus rivales, y por sus ganas de disfrutar del baloncesto sin juego sucio, Chamberlain decidió jugar en los Harlem Globetrotters durante la campaña 1958-59. Aunque también puede que hubieran otros motivos de peso, como la cantidad de dinero que le ofreció el mítico equipo de Harlem. Sea como fuera, la cuestión es que en mayo de 1.958, un poco antes de graduarse, fichó por los Globetrotters, renunciando de este modo a la NBA. En los Globetrotters jugó de base, convirtiéndose de esta manera en el base más alto de todos los tiempos (el entrenador quiso conservar el center que tenían).
APUNTE: Este último dato sería una simple anécdota si no fuera porque esconde un detalle que los especialistas de la NBA suelen dejar de lado: jugando en los Globetrotters, Wilt Chamberlain desarrollaría una serie de tiros y movimientos llenos de virtuosismo (empezando por el conocido finger roll) que más tarde en la NBA le harían tanto bien como mal. Bien para sorprender a sus rivales y poder eludir defensas pegajosas como las de Bill Russell, pero mal porque a menudo abusaba de filigranas y demás tiros cuando en realidad podía terminar la jugada con un simple mate o bandeja. Con el tiempo, abandonaría el virtuosismo, ahora bien, debe saber el lector que las increíbles estadísticas de anotación en los primeros años de su carrera hubieran podido ser muy superiores de no haber arrastrado los vicios acumulados en su campaña con los Globetrotters. Como más tarde podrá ver el lector, en cuanto Chamberlain puso su habilidad y fuerza descomunal al servicio de la eficiencia y no de la filigrana, los porcentajes de tiro del gigante llegaron a cotas que jamás ningún jugador -ni siquiera Shaq en sus mejores años- ha podido igualar.
En 1.959, el equipo de Philadelphia, su ciudad natal, decidió ficharlo, y Chamberlain acceptó. El día del su debut en la NBA, contra New York, Chamberlain demostró que no era un rookie cualquiera: en el primer minuto ya había anotado 8 puntos para terminar el encuentro con un total de 43 puntos y 28 rebotes. Como ya había pasado en el High School, en cuanto no se le aplicaban marcajes especiales y defensas al límite, Chamberlain arrasaba porque no había, ni probablemente habrá jamás, un jugador tan superior al resto. En su año de debut en la NBA, la temporada 1.959-60, Chamberlain acabó promediando 37.6 puntos y 27 rebotes por partido, o lo que es lo mismo, las dos marcas más grandes de la historia en aquellos momentos. Posteriormente, sólo un hombre ha conseguido superar estas marcas: el mismo Wilt Chamberlain. Actualmente, los 37.6 puntos y 27 rebotes por partido de la temporada 1.959-60 no son sólo las mejores marcas que jamás haya conseguido un rookie, sino que también son la cuarta mejor marca de anotación de todos los tiempos y la segunda mejor marca de rebotes en una temporada. Naturalmente, Chamberlain ganó el título de Mejor Rookie del Año, MVP de la temporada y MVP del All Star (único jugador que lo ha conseguido). Ya en los playoffs, Wilt consiguió meter a su equipo en las Finales de Conferència, donde se encontraría con su bestia negra: los Celtics de Bill Russell. Oficialmente, los Celtics aplicaron una gran defensa liderados por Bill Russell. La versión real es un pelín distinta: Wilt tuvo que sufrir decenas de faltas, algunas de las cuales muy duras según han reconocido los propios jugadores de los Celtics. Finalmente, y ante la incapacidad de Chamberlain para jugar con la agresividad de sus rivales, los Celtics se impusieron en seis partidos. Aunque Russell era un extraordinario defensor (¿el mejor de todos los tiempos?), en contra de lo que la gente suele creer, ni siquiera Russell podía detener a Chamberlain. Para detener al titán, el legendario Arnold “Red” Auerbach –el entrenador de los Celtics- ordenó realizar una especie de “Haq-Wilt” o lo que es lo mismo, una defensa durísima y de contacto constante contra el gigante, llevándolo a la línea de tiros libres casi siempre. Se puede discutir la honorabilidad de dicha táctica pero también podríamos discutir sobre la falta de picardía por parte de Wilt (pasar el balón encuanto le aplicaran el 2 contra 1, exagerar las faltas para conseguir antideportivas…) o la inoperancia de sus compañeros. Durante la década de los sesenta, esa sería la monotonía de la NBA: Wilt Chamberlain dominando a nivel individual, y los Celtics Boston ganando títulos de campeón. Ocho veces se enfrentaron los Celtics de Bill Russell contra Wilt Chamberlain, y sólo en una ocasión venció el gigante. No menos destacable es el hecho de que a medida que pasaban los años, Chamberlain ganaba masa y anchura de hombros y espalda, reduciendo su velocidad y agilidad para ver aumentado su poder intimidatorio y fuerza debajo los tableros. La temporada 1.960-61 Wilt promedió 38 puntos y 27.2 rebotes por partido, la tercera mejor anotación en una temporada y la mejor marca reboteadora de la historia (Wilt Chamberlain es el único jugador de la historia de la NBA que ha capturado más de 2.000 rebotes en una temporada). Quizás más espectacular fue la temporada 1.961-62, donde batió todos los records de anotación. Promedió más de 50 puntos (mejor marca de la historia) y casi 26 rebotes por partido (tercera mejor marca de la historia), o lo que es lo mismo, se convirtió en el único jugador que ha anotado más de 4.000 puntos en una temporada. En el partido del All Star metió 42 (récord absoluto) y poco después, el 2 de marzo de 1.962, metió 100 puntos en un partido contra los New York Knicks. PEQUEÑO PARENTESIS PARA COMENTAR EL PARTIDO DE LOS 100 PUNTOS: la televisión no retransmitió ese partido y por tanto no tenemos imágenes de esa proeza. En primer lugar, decir que Chamberlain estaba un poco resacoso porque había salido de juerga durante la noche anterior al partido. Pero los Knicks tampoco andaban nada mejor ya que su center titular estaba lesionado de modo que Chamberlain en realidad anotó 100 puntos contra un reserva. En segundo lugar, decir que Chamberlain anotó 36 de 63 tiros (y más tarde dijo que se sentía avergonzado de haber fallado tanto) y 28 de 32 tiros libres (un increíble 88% de acierto, muy por encima de su habitual 50%). En tercer lugar, decir que fue un partido extraordinariamente divertido. Hasta el tercer cuarto se trataba de un partido aparentemente normal. El problema vino cuando terminó el tercer cuarto y Wilt contaba ya con 69 puntos. Era evidente que batiría un record de anotación y que quizás hasta podría llegar a los 100 puntos. En el último cuarto el speaker y el público (tan sólo 4000 almas) sólo pedían ya una cosa: “Wilt, Wilt, 100 puntos, 100 puntos”. Los jugadores de los Knicks se conjuraron para que Chamberlain no consiguiera esa cifra tan escandalosa. Así, en el último cuarto, los Knicks intentaron alargar al máximo las posesiones hasta los 24 segundos pero los compañeros de Wilt reaccionaron cometiendo faltas tan pronto como los Knicks ponían el balón en juego. Desesperados, los Knicks contraatacaron con la misma moneda pero ese día, Wilt, que recibía todos los balones que se ponían en juego, se mostró especialmente inspirado desde la línea de los tiros libres. Y así llegó a los 100 puntos cuando todavía faltaban unos segundos para terminar el partido. Independientmente de los 100 puntos de Wilt Chamberlain, el resultado final del partido también fue espectacular: 169-147. Como nota final, decir que NO es verdad que el partido terminara cuando Wilt anotó los 100 puntos, aunque si es cierto que hubo una invasión de campo por parte de los aficionados.
Las temporadas 1.962-63 y 63-64 fueron muy parecidas a las dos anteriores, con Wilt ofreciendo festivales de más de 35 puntos y más de 20 rebotes noche tras noche (destacables los más de 40 puntos por partido de la temporada 1.962-63, actualmente la segunda mejor marca de todos los tiempos). Sin embargo, los Celtics continuaban ganando títulos a costa del gigante. Fue durante esa época que los especialistas y aficionados afirmaban impunemente que Wilt Chamberlain sólo era un buen anotador y reboteador y que de ninguna manera podría jamás hacer ganador un equipo con su estilo tan individualista. Algunos incluso se atrevían a decir que “Chamberlain es sólo un gigante que abusa de su tamaño descomunal para anotar” y hasta nuestros días tales ofensas han perdurado. Pero lejos de hundirse, por primera vez en su vida, Wilt tuvo un objetivo claro y una fuente de motivación: hacer callar a esa panda de charlatanes y demostrarles que el más grande era algo más que un buen anotador. A partir de 1965, Chamberlain empezó a cambiar su estilo de juego y de este modo consiguió su segundo MVP la temporada 1.965-66 con unos números estratosféricos: 33 puntos (líder de la liga por séptima vez consecutiva), 24 rebotes (líder de la liga) i 5 asistencias por partido. Ahora ya no era sólo un gigante que abusaba de su físico privilegiado. Ahora también era un jugador de equipo capaz de anotar, rebotear y asistir con la misma facilidad. Se avecinaba el final de la dinastía de los Celtics aunque todavía debería aguardar un año más antes de alzarse finalmente como campeón de la NBA. Y así fue como en la temporada 1966-67 su equipo se proclamó, finalmente, campeón de la NBA. Jugando Wilt como uno más y ya no como la única referencia ofensiva (los jugadores de perímetro Chet Walter y Hal Greer aportaban cada uno más de 20 puntos cada noche y el joven ala-pívot Billy Cunningham poco menos de 20 puntos por partido), Philadelphia dominó la liga con una impresionante marca de 68 victorias (la mejor marca de la historia en esos momentos). En los playoffs, un estelar Wilt Chamberlain (22 puntos con un 58% de acierto, 29 rebotes y 9 asistencias por partido) permitió a Philadelphia derrotar en tan sólo 5 partidos a sus archienemigos, los Celtics. En la gran Final los San Francisco Warriors no fueren rival para los Sixers. Finalmente The Big Dipper era campeón de la NBA y también por fin vencía a su arcienemigo Bill Russell (sólo en la cancha; en la vida real eran amigos). Para Wilt ya no había nada imposible. Quedaba claro que en una cancha de basket el titán podía hacer lo que quisiera cuando quisiera y donde quisiera. Evidentemente, en esa temporada mágica, Wilt ganó su tercer MVP con promedios de 24 puntos con un 68% de acierto en tiros de campo (mejor marca de la historia en esos momentos, actualmente la segunda mejor marca; la primera, evidentemente, también la tiene Wilt Chamberlain) 24 rebotes y 8 asistencias por partido (record de asistencias por un center antes de que él mismo la superara). Ahora, Wilt era un center que repartía juego y seleccionaba mejor sus lanzamientos.
Però poco duró la alegría en Philadelphia. En la temporada 1967-68, Chamberlain repitió por tercera vez consecutiva MVP (cuarto en su carrera), esta vez con 24 puntos (con un 60% de acierto en tiros de campo), 24 rebotes y casi 9 asistencias por partido (mejor marca de aquella temporada, convirtiendose en el único center que ha liderado en asistencias la NBA), pero los Celtics volvieron a ganar el anillo de campeones. Los Sixers eran los claros favoritos y hasta el cuarto partido de las Finales de Conferencia parecía que iban camino de repetir pero al final una inoportuna lesión de Billy Cunningham fue determinante. Volvieron otra vez las críticas feroces contra Chamberlain, hasta cierto punto comprensibles pues acabó con un patético 38% de acierto en los tiros libres durante las eliminatorias, pero no menos cierto es que el alero John Havlicek, de los Celtics, se salió durante esas Finales de Conferencia.
En 1.959, el equipo de Philadelphia, su ciudad natal, decidió ficharlo, y Chamberlain acceptó. El día del su debut en la NBA, contra New York, Chamberlain demostró que no era un rookie cualquiera: en el primer minuto ya había anotado 8 puntos para terminar el encuentro con un total de 43 puntos y 28 rebotes. Como ya había pasado en el High School, en cuanto no se le aplicaban marcajes especiales y defensas al límite, Chamberlain arrasaba porque no había, ni probablemente habrá jamás, un jugador tan superior al resto. En su año de debut en la NBA, la temporada 1.959-60, Chamberlain acabó promediando 37.6 puntos y 27 rebotes por partido, o lo que es lo mismo, las dos marcas más grandes de la historia en aquellos momentos. Posteriormente, sólo un hombre ha conseguido superar estas marcas: el mismo Wilt Chamberlain. Actualmente, los 37.6 puntos y 27 rebotes por partido de la temporada 1.959-60 no son sólo las mejores marcas que jamás haya conseguido un rookie, sino que también son la cuarta mejor marca de anotación de todos los tiempos y la segunda mejor marca de rebotes en una temporada. Naturalmente, Chamberlain ganó el título de Mejor Rookie del Año, MVP de la temporada y MVP del All Star (único jugador que lo ha conseguido). Ya en los playoffs, Wilt consiguió meter a su equipo en las Finales de Conferència, donde se encontraría con su bestia negra: los Celtics de Bill Russell. Oficialmente, los Celtics aplicaron una gran defensa liderados por Bill Russell. La versión real es un pelín distinta: Wilt tuvo que sufrir decenas de faltas, algunas de las cuales muy duras según han reconocido los propios jugadores de los Celtics. Finalmente, y ante la incapacidad de Chamberlain para jugar con la agresividad de sus rivales, los Celtics se impusieron en seis partidos. Aunque Russell era un extraordinario defensor (¿el mejor de todos los tiempos?), en contra de lo que la gente suele creer, ni siquiera Russell podía detener a Chamberlain. Para detener al titán, el legendario Arnold “Red” Auerbach –el entrenador de los Celtics- ordenó realizar una especie de “Haq-Wilt” o lo que es lo mismo, una defensa durísima y de contacto constante contra el gigante, llevándolo a la línea de tiros libres casi siempre. Se puede discutir la honorabilidad de dicha táctica pero también podríamos discutir sobre la falta de picardía por parte de Wilt (pasar el balón encuanto le aplicaran el 2 contra 1, exagerar las faltas para conseguir antideportivas…) o la inoperancia de sus compañeros. Durante la década de los sesenta, esa sería la monotonía de la NBA: Wilt Chamberlain dominando a nivel individual, y los Celtics Boston ganando títulos de campeón. Ocho veces se enfrentaron los Celtics de Bill Russell contra Wilt Chamberlain, y sólo en una ocasión venció el gigante. No menos destacable es el hecho de que a medida que pasaban los años, Chamberlain ganaba masa y anchura de hombros y espalda, reduciendo su velocidad y agilidad para ver aumentado su poder intimidatorio y fuerza debajo los tableros. La temporada 1.960-61 Wilt promedió 38 puntos y 27.2 rebotes por partido, la tercera mejor anotación en una temporada y la mejor marca reboteadora de la historia (Wilt Chamberlain es el único jugador de la historia de la NBA que ha capturado más de 2.000 rebotes en una temporada). Quizás más espectacular fue la temporada 1.961-62, donde batió todos los records de anotación. Promedió más de 50 puntos (mejor marca de la historia) y casi 26 rebotes por partido (tercera mejor marca de la historia), o lo que es lo mismo, se convirtió en el único jugador que ha anotado más de 4.000 puntos en una temporada. En el partido del All Star metió 42 (récord absoluto) y poco después, el 2 de marzo de 1.962, metió 100 puntos en un partido contra los New York Knicks. PEQUEÑO PARENTESIS PARA COMENTAR EL PARTIDO DE LOS 100 PUNTOS: la televisión no retransmitió ese partido y por tanto no tenemos imágenes de esa proeza. En primer lugar, decir que Chamberlain estaba un poco resacoso porque había salido de juerga durante la noche anterior al partido. Pero los Knicks tampoco andaban nada mejor ya que su center titular estaba lesionado de modo que Chamberlain en realidad anotó 100 puntos contra un reserva. En segundo lugar, decir que Chamberlain anotó 36 de 63 tiros (y más tarde dijo que se sentía avergonzado de haber fallado tanto) y 28 de 32 tiros libres (un increíble 88% de acierto, muy por encima de su habitual 50%). En tercer lugar, decir que fue un partido extraordinariamente divertido. Hasta el tercer cuarto se trataba de un partido aparentemente normal. El problema vino cuando terminó el tercer cuarto y Wilt contaba ya con 69 puntos. Era evidente que batiría un record de anotación y que quizás hasta podría llegar a los 100 puntos. En el último cuarto el speaker y el público (tan sólo 4000 almas) sólo pedían ya una cosa: “Wilt, Wilt, 100 puntos, 100 puntos”. Los jugadores de los Knicks se conjuraron para que Chamberlain no consiguiera esa cifra tan escandalosa. Así, en el último cuarto, los Knicks intentaron alargar al máximo las posesiones hasta los 24 segundos pero los compañeros de Wilt reaccionaron cometiendo faltas tan pronto como los Knicks ponían el balón en juego. Desesperados, los Knicks contraatacaron con la misma moneda pero ese día, Wilt, que recibía todos los balones que se ponían en juego, se mostró especialmente inspirado desde la línea de los tiros libres. Y así llegó a los 100 puntos cuando todavía faltaban unos segundos para terminar el partido. Independientmente de los 100 puntos de Wilt Chamberlain, el resultado final del partido también fue espectacular: 169-147. Como nota final, decir que NO es verdad que el partido terminara cuando Wilt anotó los 100 puntos, aunque si es cierto que hubo una invasión de campo por parte de los aficionados.
Las temporadas 1.962-63 y 63-64 fueron muy parecidas a las dos anteriores, con Wilt ofreciendo festivales de más de 35 puntos y más de 20 rebotes noche tras noche (destacables los más de 40 puntos por partido de la temporada 1.962-63, actualmente la segunda mejor marca de todos los tiempos). Sin embargo, los Celtics continuaban ganando títulos a costa del gigante. Fue durante esa época que los especialistas y aficionados afirmaban impunemente que Wilt Chamberlain sólo era un buen anotador y reboteador y que de ninguna manera podría jamás hacer ganador un equipo con su estilo tan individualista. Algunos incluso se atrevían a decir que “Chamberlain es sólo un gigante que abusa de su tamaño descomunal para anotar” y hasta nuestros días tales ofensas han perdurado. Pero lejos de hundirse, por primera vez en su vida, Wilt tuvo un objetivo claro y una fuente de motivación: hacer callar a esa panda de charlatanes y demostrarles que el más grande era algo más que un buen anotador. A partir de 1965, Chamberlain empezó a cambiar su estilo de juego y de este modo consiguió su segundo MVP la temporada 1.965-66 con unos números estratosféricos: 33 puntos (líder de la liga por séptima vez consecutiva), 24 rebotes (líder de la liga) i 5 asistencias por partido. Ahora ya no era sólo un gigante que abusaba de su físico privilegiado. Ahora también era un jugador de equipo capaz de anotar, rebotear y asistir con la misma facilidad. Se avecinaba el final de la dinastía de los Celtics aunque todavía debería aguardar un año más antes de alzarse finalmente como campeón de la NBA. Y así fue como en la temporada 1966-67 su equipo se proclamó, finalmente, campeón de la NBA. Jugando Wilt como uno más y ya no como la única referencia ofensiva (los jugadores de perímetro Chet Walter y Hal Greer aportaban cada uno más de 20 puntos cada noche y el joven ala-pívot Billy Cunningham poco menos de 20 puntos por partido), Philadelphia dominó la liga con una impresionante marca de 68 victorias (la mejor marca de la historia en esos momentos). En los playoffs, un estelar Wilt Chamberlain (22 puntos con un 58% de acierto, 29 rebotes y 9 asistencias por partido) permitió a Philadelphia derrotar en tan sólo 5 partidos a sus archienemigos, los Celtics. En la gran Final los San Francisco Warriors no fueren rival para los Sixers. Finalmente The Big Dipper era campeón de la NBA y también por fin vencía a su arcienemigo Bill Russell (sólo en la cancha; en la vida real eran amigos). Para Wilt ya no había nada imposible. Quedaba claro que en una cancha de basket el titán podía hacer lo que quisiera cuando quisiera y donde quisiera. Evidentemente, en esa temporada mágica, Wilt ganó su tercer MVP con promedios de 24 puntos con un 68% de acierto en tiros de campo (mejor marca de la historia en esos momentos, actualmente la segunda mejor marca; la primera, evidentemente, también la tiene Wilt Chamberlain) 24 rebotes y 8 asistencias por partido (record de asistencias por un center antes de que él mismo la superara). Ahora, Wilt era un center que repartía juego y seleccionaba mejor sus lanzamientos.
Però poco duró la alegría en Philadelphia. En la temporada 1967-68, Chamberlain repitió por tercera vez consecutiva MVP (cuarto en su carrera), esta vez con 24 puntos (con un 60% de acierto en tiros de campo), 24 rebotes y casi 9 asistencias por partido (mejor marca de aquella temporada, convirtiendose en el único center que ha liderado en asistencias la NBA), pero los Celtics volvieron a ganar el anillo de campeones. Los Sixers eran los claros favoritos y hasta el cuarto partido de las Finales de Conferencia parecía que iban camino de repetir pero al final una inoportuna lesión de Billy Cunningham fue determinante. Volvieron otra vez las críticas feroces contra Chamberlain, hasta cierto punto comprensibles pues acabó con un patético 38% de acierto en los tiros libres durante las eliminatorias, pero no menos cierto es que el alero John Havlicek, de los Celtics, se salió durante esas Finales de Conferencia.
A finales de 1.968 Wilt Chamberlain, de 32 años, empezaba una segunda etapa como jugador en los Lakers de los “pequeñines” Jerry West y Elgin Baylor, dos estrellas sólo eclipsadas por el mismo Chamberlain y su archienemigo Bill Russell (y en menor medida por Oscar Robertson). Los años de plenitud y dominio absoluto habían pasado ya definitivamente. Ahora Chamberlain era un hombre de más de 130 kg, muchísimo más lento que en el pasado, pero no por ello menos temible.
Los Lakers parecían un equipo perfecto para volver a lo más alto. Su juego ofensivo se basaba en la pareja de jugadores de perímetro más letales de la historia: Mr In (Elgin Baylor, el primer artista del aire) y Mr Out (Jerry West, raza blanca tirador). Sólo la dictadura del gran Bill Russell había impedido a los angelinos alzarse con el anillo de campeones. Ahora, con el tridente West-Baylor-Chamberlain parecía que el equipo finalmente se equilibraba para formar un sólido bloque dentro y fuera de la zona.
Y sin embargo, el gran Russell volvió a derrotarlos en la gran final. Si se mira sólo las estadísticas más elementales, parece imposible que Los Lakers perdieran (entre los 3 jugones promediaban 70 puntos por partido) pero debe tenerse en cuenta tres factores muy importantes: 1) como se verá más adelante, Chamberlain continuaba fallando en el apartado más importante: el psicológico. Sin garra ni agresividad, ni concentración (otra vez con aciertos inferiores al 40% en los tiros libres), ganar es más bien imposible. 2) el rendimiento de Baylor bajó en picado durante los playoffs. Desgraciadamente, el físico (en concreto las rodillas) no acompañaron a Baylor y ya nunca más volvió a brillar. 3) el baloncesto es un juego de equipo donde tanto o más importante es defender bien como atacar.
LA GRAN FINAL DE 1969Aunque se enfrentaron los dos mejores centers de la liga, ninguno de los dos fue tan protagonista como los dos guards más carismáticos de aquella final: Jerry West y John Havlicek.
Los dos primeros partidos, en Los Angeles, fueron de los Lakers mientras que los dos siguientes, en Boston, fueron de los Celtics. West y en menor medida Havlicek completaron tremendos partidos (destacan los 53 puntos y 10 asistencias de West en el primer encuentro). Chamberlain y Russell, en cambio, se anularon mutuamente, lo que se puede interpretar como una victoria de Russell sobre Chamberlain ya que Russell jamás fue un jugador ofensivo. Wilt tan solo lanzó en una ocasión a canasta durante el segundo encuentro. Sin embargo, en el quinto partido despertó Chamberlain para capturar 31 rebotes y humillar a Russell, que tan solo capturó 7 rebotes. Los Lakers se adelantaban 3 a 2 pero su mejor jugador, Jerry West (39 puntos en el quinto partido) se lesionó. Los Celtics no desaprovecharon la ocasión para empatar la serie a 3 poco despues. Chamberlain volvió a desaparecer del campo, absorvido por un ultramotivado Bill Russell. Así se llegó al séptimo y definitivo partido, aunque esta vez, el encuentro se jugaría en Los Angeles. Si hubo nunca una oportunidad para vencer a los Celtics de Bill Russell, aquella fue sin duda, la más clara.
Pero los Celtics mostraron su orgullo de campeones y salieron a por todas, algo que no hicieron los Lakers. En el tercer cuarto los Celtics ganaban cómodamente cuando un desesperado Wilt Chamberlain cometió su quinta falta. Chamberlain, que jamás había sido expulsado, se encontró por primera vez en su vida al borde de la expulsión. Inexplicablemente, el entrenador de los Lakers conservó a Chamberlain en pista. Si ya solía carecer de agresividad defensiva, con cinco faltas, Chamberlain apenas se dedicó a las tareas defensivas, concentrándose en los rebotes. Sólo un milagro podía salvar a los Lakers cuando Russell y Havlicek se cargaron con 5 faltas a principios del último cuarto. Era la oportunidad de Chamberlain pero desgraciadamente, se lesionó en el momento más inoportuno. Entonces apareció Jerry West, el hombre cuya silueta es el logo de la NBA, para desafiar él solito a los Celtics. Con Russell y Havlicek temerosos de ser expulsados, con Chamberlain lesionado y con Baylor siendo una sombra de lo que había sido, en la cancha sólo había una estrella.
En un alarde de coraje y habilidad inigualables, West y los Lakers se pusieron a 1 solo punto de los Celtics cuando faltaban 3 minutos para terminar el encuentro. Entonces Chamberlain pidió al entrenador poder jugar los últimos minutos. Era obvio que el espíritu indomable de West se había contagiado en el gigante. Después de un partido nefasto, los Lakers ahora creían en la victoria. Pero el entrenador de los Lakers no debió verlo así porque no permitió el regreso de Chamberlain en una de las decisiones más polémicas de la historia de la NBA. Al final y pese a los 42 puntos, 12 rebotes y 13 asistencias de West, los Celtics vencieron por 108 a 106. Se dice que lo primero que hicieron todos los jugadores de los Celtics, en un acto noble como era propio de ellos, fue felicitar a Jerry West, sin duda el mejor jugador de aquellas finales.
Polémica fue la tensa relación Chamberlain-Van Breda (el entrenador de los Lakers). Hay opiniones para todos los gustos. Los partidarios del entrenador afirman que Chamberlain fingió estar lesionado cuando ya no veía solución al partido y que sólo al final, cuando parecía que los Lakers podían vencer, pidió volver a jugar. Si fuera así, Chamberlain sin duda fue un impresentable. Sin embargo también existe otra versión, la de los partidarios de Chamberlain. Esta versión afirma que el entrenador era un prepotente orgulloso que quiso demostrar al mundo entero su autoridad y personalidad ganando a los Celtics sin Wilt Chamberlain.
Fuera lo que fuera, lo que es innegable es que en siete partidos Chamberlain tan solo lanzó 29 veces a canasta (una media de 4 lanzamientos por partido) y firmó un patético 24 de 66 tiros libros (36% de acierto). Durante la temporada regular había promediado más de 20 puntos y más de 4 asistencias por partido. En las finales 12 puntos y 3 asistencias por partido. ¿Milagro deRussell? ¿Pasotismo de Chamberlain? ¿o ambas cosas? Cabe decir que ofensivamente, Chamberlain era la tercera opción de los Lakers, lo que significa que tampoco disponía de muchas oportunidades para lanzar. A favor de Chamberlain está el hecho innegable de que en el apartado reboteador, Chamberlain firmó más de 25 rebotes por partido en las finales, superando ampliamente a su rival Bill Russell (menos de 20 rebotes por partido).
LA FINAL DE 1970: OTRA GRAN DECEPCIÓN
A finales de 1969 Bill Russell se retiró definitivamente. Cuando parecía que por fin los Lakers ganarían su primer anillo desde que cambiaran Minneapolis por Los Angeles, las lesiones se cebaron con ellos. El veterano Baylor (36 años) jugó poco más que la mitad de la temporada y Wilt apenas 9 partidos por culpa de una grave lesión a principios de temporada. Sin embargo, en un esfuerzo heroico, Chamberlain anunció su intención de jugar los playoffs después de pasarse una larga temporada fuera de las pistas. Su presencia se notó al instante: los Lakers, que no eran candidatos al título, pasaron a estar entre los favoritos, y más cuando barrieron a los Hawks en las Finales de Conferencia.
Sin embargo, todavía no podía considerarse a Los Lakers como favoritos al anillo puesto que en el Este estaba el bloque defensivo de los Knicks, un equipo tremendamente equilibrado, auténtico heredero del legado de los Celtics de Bill Russell.
Las Finales de 1970 fueron, como las de 1969, tremendamente igualadas y apasionantes. Otra vez se llegó al séptimo partido y otra vez los Lakers perdieron. Aunque Chamberlain firmó unos sensacionales 24 puntos, hizo (aunque si lo hizo por ejemplo, en el sexto partido, firm23 rebotes y 4 asistencias por partido durante las Finales, volvió a fallar en los momentos claves. En el primer partido, por ejemplo, Chamberlain firmó un lamentable 1 de 10 tiros libres. Pero peor fue en el séptimo y definitivo partido: 1 de 11 (el peor registro de la historia). No menos destacable es el hecho que en el séptimo y definitivo partido, Wilt perdió el salto inicial con un cojo Willis Reed. El Gran Capitán, Reed, jugó unos instantes a pesar de estar gravemente lesionado y no poder ni tan solo andar. Ante tales circunstancias, Wilt debería haber machacado a los Knicks, pero no lo hizo,.. en la muestra más clara de pasotismo y carencia de agresividad hecha jamás por un jugador profesional.
Es sencillamente inexplicable el comportamiento de Wilt: nefasto ofensivamente (26 tiros libres logrados de 67 intentos durante los siete partidos) y brillante bajo los tableros (capturó más rebotes él solo que todos los jugadores interiores de los Knicks).
WILT CONTRA KAREEM
En la década de los setenta el center dominador ya no era el viejo Wilt Chamberlain sino el joven Kareem Abdul-Jabbar. El tiempo pasaba factura a las estrellas de los años sesenta pero Wilt todavía dio guerra como center defensivo.
Los Lakers de 1970-71 se reforzaron con la adquisición del escolta Gail Goodrich, quien acabaría formando un duo ofensivo letal junto a Jerry West. Las lesiones, sin embargo, volvieron a cebarse con las estrellas angelinas, esta vez con West y Baylor quienes ni siquiera jugaron los playoffs.
Aún así, con Goodrich en el perímetro y Chamberlain intimidando en la zona, los Lakers llegaron a las Finales de Conferencia. Allí desafiaron a los todopoderosos Bucks de Oscar Robertson y Kareem Abdul-Jabbar. Aunque los Lakers fueron casi barridos, no menos cierto es que el duelo Kareem-Chamberlain fue intenso y absolutamente espectacular. Cualquier aficionado al baloncesto debe ver algún video de ese duelo de titanes al menos una vez en su vida. El joven Kareem fue, por primera y única vez en su vida, taponado constantemente. Contra Chamberlain, el sky-hook se mostró, por primera y única vez en toda la historia, ineficaz.
Se puede decir que es en esas finales de conferencia cuando aparece definitivamente el Wilt Chamberlain defensor. Si durante la mayor parte de su vida deportiva se había caracterizado por ser un titán ofensivo, en sus últimos años destacaría por ser un muro infranqueable. Quería el joven Kareem Abdul-Jabbar demostrar al mundo entero quien era el mejor pero la verdad es que muchos creen que el duelo acabó en tablas. Y es que por primera vez en su vida, Chamberlain luchó con agresividad y contundencia. Tenía casi 35 años, pero todavía fue capaz de dominar el rebote de manera casi insultante. Ya no era el gigante ágil del pasado pero aun así sus manos continuaban llegando más arriba que las de cualquier otro ser humano. Para contrarestar la fuerza y la contundencia defensiva de su rival, Kareem mostró todo su arsenal de movimientos y fintas, de mates y ganchos. Acabó venciendo el joven Kareem pero no menos cierto es que para conseguir derrotar al viejo titán pagó un alto precio: ofensivamente su efectividad en tiros de campo jamás se acercó al 50% (cuando Kareem siempre tuvo unos aciertos de casi un 60%).
LOS LAKERS DE 1972 ¿EL MEJOR EQUIPO DE TODOS LOS TIEMPOS?
La temporada 1971-72 fue, por fin, la temporada de los Lakers. Se retiró Elgin Baylor a principios de temporada para ver desde su casa como su equipo de siempre lograba la todavía insuperable racha de 33 victorias consecutivas durante la temporada regular. Poco después, los Lakers se alzarían con el anillo de campeones, el primero de West y el segundo de Chamberlain. Finalmente la ciudad de Los Angeles era campeona de la NBA.
Son muchos los que consideran a Los Lakers de 1972 como el mejor equipo de todos los tiempos. 33 victorias consecutivas (record de victorias consecutivas en el deporte profesional americano) para un total de 69 victorias durante la temporada regular (record hasta que los Bulls de Jordan la superaran en 1996) es un argumento de peso. Sin embargo, uno puede preguntarse ¿Por qué de repente, de un año para otro, fueron tan buenos Los Lakers? La respuesta no es sencilla. Hay básicamente 4 motivos que explican el dominio de los Lakers:
1) Las lesiones NO se cebaron con los Lakers, quienes posiblemente tenían el mejor quintento inicial de la liga 2) Wilt Chamberlain pasó a ser un jugador básicamente defensivo que jugaba únicamente para el equipo, un talento incomparable capturando rebotes (a sus 35 años a punto de cumplir 36, todavía seguía siendo el mejor reboteador de la liga) y repartiendo juego. 3) La pareja exterior West-Goodrich aportaba puntos y experiencia para desencallar los partidos trabados. 4) La pareja interior Chamberlain-Hairston dominaron el rebote como nunca antes lo habían hecho 2 jugadores de un mismo equipo. Todavía a día de hoy, jamás ha habido otro equipo que haya tenido en plantilla dos jugadores que capturaran más de 1000 rebotes cada uno en una misma temporada.
Finalmente, Chamberlain y los Lakers se vengarían de los Bucks en laFinal de Conferencia y los Knicks en la Gran Final. No deja de ser irónico el hecho de que los Lakers ganaron cuando ninguna de sus estrellas brilló demasiado. En otras palabras, los Lakers vencieron cuando finalmente jugaron como un equipo. El mejor jugador de las Finales fue, sin duda, Wilt Chamberlain, pese a tener unos números más bien discretos si tenemos en cuenta de quien se trata: 19 puntos, 23 rebotes y 2 asistencias por partido. Pero así es el baloncesto: un juego de equipo donde la defensa suele ser más importante que las estadísticas individuales. Ganó Wilt cuando su juego se volvió una fotocopia del estilo de juego de su antiguo rival: Bill Russell.
1972-73 LA ÚLTIMA TEMPORADA COMO JUGADOR
La última temporada como jugador de Wilt Chamberlain fue la 1.972-73. Los Lakers llegaron a la Final por segundo año consecutivo pero esta vez sin Hairston (lesionado) y los Knicks fueron los justos vencedores. No debemos olvidar que las dos máximas estrellas de los Lakers eran ya jugadores muy veteranos, demasiado quizás: 35 años West y 36 a punto de 37 Chamberlain.
Aunque tan sólo promedió 13 puntos por partido, Chamberlain se retiró con un nuevo record en sus espaldas: 73% de acierto en los tiros de campo. También fue el máximo reboteador de la liga.
Los Lakers parecían un equipo perfecto para volver a lo más alto. Su juego ofensivo se basaba en la pareja de jugadores de perímetro más letales de la historia: Mr In (Elgin Baylor, el primer artista del aire) y Mr Out (Jerry West, raza blanca tirador). Sólo la dictadura del gran Bill Russell había impedido a los angelinos alzarse con el anillo de campeones. Ahora, con el tridente West-Baylor-Chamberlain parecía que el equipo finalmente se equilibraba para formar un sólido bloque dentro y fuera de la zona.
Y sin embargo, el gran Russell volvió a derrotarlos en la gran final. Si se mira sólo las estadísticas más elementales, parece imposible que Los Lakers perdieran (entre los 3 jugones promediaban 70 puntos por partido) pero debe tenerse en cuenta tres factores muy importantes: 1) como se verá más adelante, Chamberlain continuaba fallando en el apartado más importante: el psicológico. Sin garra ni agresividad, ni concentración (otra vez con aciertos inferiores al 40% en los tiros libres), ganar es más bien imposible. 2) el rendimiento de Baylor bajó en picado durante los playoffs. Desgraciadamente, el físico (en concreto las rodillas) no acompañaron a Baylor y ya nunca más volvió a brillar. 3) el baloncesto es un juego de equipo donde tanto o más importante es defender bien como atacar.
LA GRAN FINAL DE 1969Aunque se enfrentaron los dos mejores centers de la liga, ninguno de los dos fue tan protagonista como los dos guards más carismáticos de aquella final: Jerry West y John Havlicek.
Los dos primeros partidos, en Los Angeles, fueron de los Lakers mientras que los dos siguientes, en Boston, fueron de los Celtics. West y en menor medida Havlicek completaron tremendos partidos (destacan los 53 puntos y 10 asistencias de West en el primer encuentro). Chamberlain y Russell, en cambio, se anularon mutuamente, lo que se puede interpretar como una victoria de Russell sobre Chamberlain ya que Russell jamás fue un jugador ofensivo. Wilt tan solo lanzó en una ocasión a canasta durante el segundo encuentro. Sin embargo, en el quinto partido despertó Chamberlain para capturar 31 rebotes y humillar a Russell, que tan solo capturó 7 rebotes. Los Lakers se adelantaban 3 a 2 pero su mejor jugador, Jerry West (39 puntos en el quinto partido) se lesionó. Los Celtics no desaprovecharon la ocasión para empatar la serie a 3 poco despues. Chamberlain volvió a desaparecer del campo, absorvido por un ultramotivado Bill Russell. Así se llegó al séptimo y definitivo partido, aunque esta vez, el encuentro se jugaría en Los Angeles. Si hubo nunca una oportunidad para vencer a los Celtics de Bill Russell, aquella fue sin duda, la más clara.
Pero los Celtics mostraron su orgullo de campeones y salieron a por todas, algo que no hicieron los Lakers. En el tercer cuarto los Celtics ganaban cómodamente cuando un desesperado Wilt Chamberlain cometió su quinta falta. Chamberlain, que jamás había sido expulsado, se encontró por primera vez en su vida al borde de la expulsión. Inexplicablemente, el entrenador de los Lakers conservó a Chamberlain en pista. Si ya solía carecer de agresividad defensiva, con cinco faltas, Chamberlain apenas se dedicó a las tareas defensivas, concentrándose en los rebotes. Sólo un milagro podía salvar a los Lakers cuando Russell y Havlicek se cargaron con 5 faltas a principios del último cuarto. Era la oportunidad de Chamberlain pero desgraciadamente, se lesionó en el momento más inoportuno. Entonces apareció Jerry West, el hombre cuya silueta es el logo de la NBA, para desafiar él solito a los Celtics. Con Russell y Havlicek temerosos de ser expulsados, con Chamberlain lesionado y con Baylor siendo una sombra de lo que había sido, en la cancha sólo había una estrella.
En un alarde de coraje y habilidad inigualables, West y los Lakers se pusieron a 1 solo punto de los Celtics cuando faltaban 3 minutos para terminar el encuentro. Entonces Chamberlain pidió al entrenador poder jugar los últimos minutos. Era obvio que el espíritu indomable de West se había contagiado en el gigante. Después de un partido nefasto, los Lakers ahora creían en la victoria. Pero el entrenador de los Lakers no debió verlo así porque no permitió el regreso de Chamberlain en una de las decisiones más polémicas de la historia de la NBA. Al final y pese a los 42 puntos, 12 rebotes y 13 asistencias de West, los Celtics vencieron por 108 a 106. Se dice que lo primero que hicieron todos los jugadores de los Celtics, en un acto noble como era propio de ellos, fue felicitar a Jerry West, sin duda el mejor jugador de aquellas finales.
Polémica fue la tensa relación Chamberlain-Van Breda (el entrenador de los Lakers). Hay opiniones para todos los gustos. Los partidarios del entrenador afirman que Chamberlain fingió estar lesionado cuando ya no veía solución al partido y que sólo al final, cuando parecía que los Lakers podían vencer, pidió volver a jugar. Si fuera así, Chamberlain sin duda fue un impresentable. Sin embargo también existe otra versión, la de los partidarios de Chamberlain. Esta versión afirma que el entrenador era un prepotente orgulloso que quiso demostrar al mundo entero su autoridad y personalidad ganando a los Celtics sin Wilt Chamberlain.
Fuera lo que fuera, lo que es innegable es que en siete partidos Chamberlain tan solo lanzó 29 veces a canasta (una media de 4 lanzamientos por partido) y firmó un patético 24 de 66 tiros libros (36% de acierto). Durante la temporada regular había promediado más de 20 puntos y más de 4 asistencias por partido. En las finales 12 puntos y 3 asistencias por partido. ¿Milagro deRussell? ¿Pasotismo de Chamberlain? ¿o ambas cosas? Cabe decir que ofensivamente, Chamberlain era la tercera opción de los Lakers, lo que significa que tampoco disponía de muchas oportunidades para lanzar. A favor de Chamberlain está el hecho innegable de que en el apartado reboteador, Chamberlain firmó más de 25 rebotes por partido en las finales, superando ampliamente a su rival Bill Russell (menos de 20 rebotes por partido).
LA FINAL DE 1970: OTRA GRAN DECEPCIÓN
A finales de 1969 Bill Russell se retiró definitivamente. Cuando parecía que por fin los Lakers ganarían su primer anillo desde que cambiaran Minneapolis por Los Angeles, las lesiones se cebaron con ellos. El veterano Baylor (36 años) jugó poco más que la mitad de la temporada y Wilt apenas 9 partidos por culpa de una grave lesión a principios de temporada. Sin embargo, en un esfuerzo heroico, Chamberlain anunció su intención de jugar los playoffs después de pasarse una larga temporada fuera de las pistas. Su presencia se notó al instante: los Lakers, que no eran candidatos al título, pasaron a estar entre los favoritos, y más cuando barrieron a los Hawks en las Finales de Conferencia.
Sin embargo, todavía no podía considerarse a Los Lakers como favoritos al anillo puesto que en el Este estaba el bloque defensivo de los Knicks, un equipo tremendamente equilibrado, auténtico heredero del legado de los Celtics de Bill Russell.
Las Finales de 1970 fueron, como las de 1969, tremendamente igualadas y apasionantes. Otra vez se llegó al séptimo partido y otra vez los Lakers perdieron. Aunque Chamberlain firmó unos sensacionales 24 puntos, hizo (aunque si lo hizo por ejemplo, en el sexto partido, firm23 rebotes y 4 asistencias por partido durante las Finales, volvió a fallar en los momentos claves. En el primer partido, por ejemplo, Chamberlain firmó un lamentable 1 de 10 tiros libres. Pero peor fue en el séptimo y definitivo partido: 1 de 11 (el peor registro de la historia). No menos destacable es el hecho que en el séptimo y definitivo partido, Wilt perdió el salto inicial con un cojo Willis Reed. El Gran Capitán, Reed, jugó unos instantes a pesar de estar gravemente lesionado y no poder ni tan solo andar. Ante tales circunstancias, Wilt debería haber machacado a los Knicks, pero no lo hizo,.. en la muestra más clara de pasotismo y carencia de agresividad hecha jamás por un jugador profesional.
Es sencillamente inexplicable el comportamiento de Wilt: nefasto ofensivamente (26 tiros libres logrados de 67 intentos durante los siete partidos) y brillante bajo los tableros (capturó más rebotes él solo que todos los jugadores interiores de los Knicks).
WILT CONTRA KAREEM
En la década de los setenta el center dominador ya no era el viejo Wilt Chamberlain sino el joven Kareem Abdul-Jabbar. El tiempo pasaba factura a las estrellas de los años sesenta pero Wilt todavía dio guerra como center defensivo.
Los Lakers de 1970-71 se reforzaron con la adquisición del escolta Gail Goodrich, quien acabaría formando un duo ofensivo letal junto a Jerry West. Las lesiones, sin embargo, volvieron a cebarse con las estrellas angelinas, esta vez con West y Baylor quienes ni siquiera jugaron los playoffs.
Aún así, con Goodrich en el perímetro y Chamberlain intimidando en la zona, los Lakers llegaron a las Finales de Conferencia. Allí desafiaron a los todopoderosos Bucks de Oscar Robertson y Kareem Abdul-Jabbar. Aunque los Lakers fueron casi barridos, no menos cierto es que el duelo Kareem-Chamberlain fue intenso y absolutamente espectacular. Cualquier aficionado al baloncesto debe ver algún video de ese duelo de titanes al menos una vez en su vida. El joven Kareem fue, por primera y única vez en su vida, taponado constantemente. Contra Chamberlain, el sky-hook se mostró, por primera y única vez en toda la historia, ineficaz.
Se puede decir que es en esas finales de conferencia cuando aparece definitivamente el Wilt Chamberlain defensor. Si durante la mayor parte de su vida deportiva se había caracterizado por ser un titán ofensivo, en sus últimos años destacaría por ser un muro infranqueable. Quería el joven Kareem Abdul-Jabbar demostrar al mundo entero quien era el mejor pero la verdad es que muchos creen que el duelo acabó en tablas. Y es que por primera vez en su vida, Chamberlain luchó con agresividad y contundencia. Tenía casi 35 años, pero todavía fue capaz de dominar el rebote de manera casi insultante. Ya no era el gigante ágil del pasado pero aun así sus manos continuaban llegando más arriba que las de cualquier otro ser humano. Para contrarestar la fuerza y la contundencia defensiva de su rival, Kareem mostró todo su arsenal de movimientos y fintas, de mates y ganchos. Acabó venciendo el joven Kareem pero no menos cierto es que para conseguir derrotar al viejo titán pagó un alto precio: ofensivamente su efectividad en tiros de campo jamás se acercó al 50% (cuando Kareem siempre tuvo unos aciertos de casi un 60%).
LOS LAKERS DE 1972 ¿EL MEJOR EQUIPO DE TODOS LOS TIEMPOS?
La temporada 1971-72 fue, por fin, la temporada de los Lakers. Se retiró Elgin Baylor a principios de temporada para ver desde su casa como su equipo de siempre lograba la todavía insuperable racha de 33 victorias consecutivas durante la temporada regular. Poco después, los Lakers se alzarían con el anillo de campeones, el primero de West y el segundo de Chamberlain. Finalmente la ciudad de Los Angeles era campeona de la NBA.
Son muchos los que consideran a Los Lakers de 1972 como el mejor equipo de todos los tiempos. 33 victorias consecutivas (record de victorias consecutivas en el deporte profesional americano) para un total de 69 victorias durante la temporada regular (record hasta que los Bulls de Jordan la superaran en 1996) es un argumento de peso. Sin embargo, uno puede preguntarse ¿Por qué de repente, de un año para otro, fueron tan buenos Los Lakers? La respuesta no es sencilla. Hay básicamente 4 motivos que explican el dominio de los Lakers:
1) Las lesiones NO se cebaron con los Lakers, quienes posiblemente tenían el mejor quintento inicial de la liga 2) Wilt Chamberlain pasó a ser un jugador básicamente defensivo que jugaba únicamente para el equipo, un talento incomparable capturando rebotes (a sus 35 años a punto de cumplir 36, todavía seguía siendo el mejor reboteador de la liga) y repartiendo juego. 3) La pareja exterior West-Goodrich aportaba puntos y experiencia para desencallar los partidos trabados. 4) La pareja interior Chamberlain-Hairston dominaron el rebote como nunca antes lo habían hecho 2 jugadores de un mismo equipo. Todavía a día de hoy, jamás ha habido otro equipo que haya tenido en plantilla dos jugadores que capturaran más de 1000 rebotes cada uno en una misma temporada.
Finalmente, Chamberlain y los Lakers se vengarían de los Bucks en laFinal de Conferencia y los Knicks en la Gran Final. No deja de ser irónico el hecho de que los Lakers ganaron cuando ninguna de sus estrellas brilló demasiado. En otras palabras, los Lakers vencieron cuando finalmente jugaron como un equipo. El mejor jugador de las Finales fue, sin duda, Wilt Chamberlain, pese a tener unos números más bien discretos si tenemos en cuenta de quien se trata: 19 puntos, 23 rebotes y 2 asistencias por partido. Pero así es el baloncesto: un juego de equipo donde la defensa suele ser más importante que las estadísticas individuales. Ganó Wilt cuando su juego se volvió una fotocopia del estilo de juego de su antiguo rival: Bill Russell.
1972-73 LA ÚLTIMA TEMPORADA COMO JUGADOR
La última temporada como jugador de Wilt Chamberlain fue la 1.972-73. Los Lakers llegaron a la Final por segundo año consecutivo pero esta vez sin Hairston (lesionado) y los Knicks fueron los justos vencedores. No debemos olvidar que las dos máximas estrellas de los Lakers eran ya jugadores muy veteranos, demasiado quizás: 35 años West y 36 a punto de 37 Chamberlain.
Aunque tan sólo promedió 13 puntos por partido, Chamberlain se retiró con un nuevo record en sus espaldas: 73% de acierto en los tiros de campo. También fue el máximo reboteador de la liga.
No podemos finalizar este homenaje sin recordar algunas de sus hazañas más célebres:
EN UN PARTIDO: - máxima anotación (100 puntos) - máximo número de rebotes capturados (55) - most consecutive field goals (18) - Único jugador que ha logrado un double-triple-double (22 puntos, 25 rebotes y 21 assistències el dia 2 de febrer del 1.968) - Único jugador que ha logrado un quadruple double-double (meaning 40 points, and 40 rebounds or 40 assists in a single game): on January 21, 1960, Chamberlain scored 58 points and grabbed 42 rebounds against the Detroit Pistons. On December 8, 1961 he surpassed this feat, when he scored a then-record 78 points and collected 43 rebounds against the Los Angeles Lakers. - récord de puntos en un partido de All Star (42) pero no de rebotes (el récord de rebotes lo tiene Bob Pettit con 27). EN UNA TEMPORADA: - màxima anotación (único jugador que ha anotado más de 4.000 puntos en una temporada) - primera, segunda y tercera mejores marcas de puntos por partido en una temporada (50.4, 44.8 y 38.4 puntos por partido durante los primeros años de la década de los sesenta), - las dos mejores marcas de efectividad en tiros de campo en una temporada (73% y 68%) - máximo reboteador (único jugador que ha logrado capturar más de 2.000 rebotes en una temporada) - primera, segunda y tercera mejores marcas de rebotes por partido durante una temporada (27.2, 27 i 25.6 a principios de la década de los sesenta) DURANTE 14 TEMPORADAS:
31.419 puntos (cuarta mejor marca por detrás de Kareem, Malone y Jordan) 30.1 puntos por partido (segunda mejor marca después de Michael Jordan) 23.924 rebotes (mejor marca de la historia) 22.9 rebotes por partido (mejor marca de la historia). 7 veces máximo anotador de la NBA 7 veces el jugador más eficiente de la liga 11 veces máximo reboteador 1 vez mejor pasador de la liga Único jugador de la historia que ha liderado la NBA en anotación, rebotes y asistencias.¿Que podría haber conseguido de tener mayor hambre de victoria, más instinto asesino, más espíritu de lucha y sacrificio? Pues quizás estaríamos hablando del mejor jugador de siempre,.. a mucha distancia del resto,.. pero no acompaño a sus enormes cualidades el carácter ganador de otros grandes jugadores como Bill Russell y Michael Jordan,.. de todas formas tiene records en su poder que perduraran por siempre,.. pasaran siglos y muchos de sus records seguiran vigentes,..
31.419 puntos (cuarta mejor marca por detrás de Kareem, Malone y Jordan) 30.1 puntos por partido (segunda mejor marca después de Michael Jordan) 23.924 rebotes (mejor marca de la historia) 22.9 rebotes por partido (mejor marca de la historia). 7 veces máximo anotador de la NBA 7 veces el jugador más eficiente de la liga 11 veces máximo reboteador 1 vez mejor pasador de la liga Único jugador de la historia que ha liderado la NBA en anotación, rebotes y asistencias.¿Que podría haber conseguido de tener mayor hambre de victoria, más instinto asesino, más espíritu de lucha y sacrificio? Pues quizás estaríamos hablando del mejor jugador de siempre,.. a mucha distancia del resto,.. pero no acompaño a sus enormes cualidades el carácter ganador de otros grandes jugadores como Bill Russell y Michael Jordan,.. de todas formas tiene records en su poder que perduraran por siempre,.. pasaran siglos y muchos de sus records seguiran vigentes,..
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