José
Manuel Martín.
Pablo Laso (Vitoria, 1967) contesta
cada pregunta con la intensidad con la que dirige los partidos. Hoy el Real
Madrid se estrena ante el Zalgiris en la Euroliga, el título más deseado del
madridismo y que el año pasado se le escapó en el último partido.
–¿Cuántas veces ha visto la derrota
en la final ante Olympiacos?
–No la he vuelto a ver. Sólo en
directo. Pero no he visto ésa, ni la que ganamos de la Copa del Rey, ni el
quinto partido de la Liga. Cuando juegas una final significa que has hecho
muchas cosas bien para llegar hasta allí. El momento para analizar esas cosas
puede ser más adelante. Aquel fue el final de un recorrido y no creo que este
final valga, ni en bueno ni en malo, para mirar cómo creció el equipo durante
la temporada.
–¿Qué conclusiones sacó?
–La satisfacción de cómo
reaccionamos, porque independientemente de un resultado tan doloroso, en menos
de una semana empezamos a competir por otro título y ganamos la Liga.
–¿Hay obsesión por ganar la novena
Copa de Europa?
–Las obsesiones son siempre malas a
la larga, pero sí que queremos ganarlo todo desde el primer día, porque esto es
el Real Madrid y no te lo puedes plantear de otra manera. Para mí no hay
obsesiones. Hay que coger lo bueno de la palabra, que es querer las cosas y
estar centrado en conseguirlas.
–¿Duerme más tranquilo desde que
Sergio Rodríguez está tan en forma?
–El que mejor duerme es él. Ahora
todo el mundo habla del «Chacho» y me parece muy bien, pero sigo pensando que
puede jugar mejor al baloncesto y se lo transmito siempre. Desde que yo llegué
ha crecido mucho, pero no lo hubiera conseguido sin el equipo, sin jugadores
que le ayudan en defensa o le ponen buenos bloqueos. Al final su crecimiento no
es sólo suyo. Tiene muchísimo mérito y está en un momento buenísimo, pero sin
el trabajo del resto no sería fácil para él.
–¿Qué van a aportar los fichajes de
Mejri y Bourousis?
–Con Salah Mejri mantenemos la
intimidación, la carrera, la altura y la capacidad para acoplarse al estilo.
Además de que vemos en él un gran margen de crecimiento y es una apuesta de
futuro. El caso de Bourousis es diferente: es más experto, sabe cómo funciona
esto y nos puede aportar cosas diferentes para añadir a nuestro juego.
Destacaría de ambos su presencia física, que queríamos mejorar respecto a lo
anterior.
–¿La gran ventaja del Madrid es que
es un bloque ya hecho?
–Lo será si el equipo lo entiende.
Si mantienes una idea y unos jugadores, pero no mantienes el hambre de mejorar
y de competir cada día, vas hacia atrás. Porque tus rivales quieren ser
mejores. El Barcelona, el Fenerbahçe, todos los favoritos al título se han
reforzado e intentan mejorar.
–¿Se enfada tanto como se ve en los
tiempos muertos?
–No son tantas veces. Alguno de mis
hijos diría que en casa también tengo estos cabreos. No le doy mayor
importancia. En el banquillo soy yo mismo, es mi manera de ser y trato de
transmitir cosas en momentos clave.
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