Domingo 4 de noviembre, partido en Oliva que se juega en pista exterior.
Partido que empezamos con un desacierto global cara a canasta desperdiciando multitud de oportunidades fáciles, entradas totalmente solos y tiros cercanos que no metemos... el rival llega 4 veces a nuestra canasta y mete 3 canastas cogiendo la iniciativa en el marcador... dominamos pero no marcamos, es como la posesión en el fútbol, tocas, tocas y tocas pero no marcas gol, llega el rival en una contra y te lo clava y se lleva el partido... pues a nosotros nos estaba pasando lo mismo, muchas oportunidades pero sin acierto alguno y lo peor es que con el paso de los minutos la diferencia crece y el Gandia comienza a adueñarse además del marcador del ritmo de juego, del control del partido, comienzan a jugar con más seguridad y templanza que los nuestros, tienen las ideas más claras y nosotros empezamos a jugar a impulsos, sin plan de juego y con muchas lagunas en defensa y ataque donde cada uno hace la guerra por su cuenta... y seguimos sin meter canastas de forma regular, tenemos muchas opciones, algunas clarísimas, pero no estamos acertados... y no es cuestión de mala suerte, es cuestión de que no realizamos bien las definiciones, no hay excusas para ello. Cuando un jugador o varios fallan puede ser debido a un mal rendimiento de estos, cuando fallan la mayoría el problema es de más arriba y señala al entrenador... y ahí es donde tendremos que tomar medidas, corregir conceptos y mejorar la estrategia a seguir de ahora en adelante.
Nota: lo único positivo es que más es imposible fallar, así que solo nos queda que mejorar.
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