“La victoria y el fracaso son dos impostores, y hay que recibirlos con idéntica serenidad y con saludable punto de desdén.”
Todos son padres, familiares, amigos de la victoria... En cambio la derrota es huérfana,nadie quiere saber nada de ella, ya no se habla en primera persona del plural y se empieza a hablar en tercera persona para criticar a todos los que consideramos culpables del resultado, del fracaso... Hoy ganaremos todos o perderán los jugadores y el cuerpo técnico... Hoy celebraremos todos un gran triunfo o en caso de perder sacaremos los cuchillos para apuñalar a aquellos con los que estaríamos encantados de celebrar el título en caso de ganar, así de fina es la línea que nos separa de la alegría de la histeria colectiva.
“Para ganar lo primero que hay que hacer es llegar.”
Y el Real Madrid lleva llegando cada año a las finales de cada torneo que disputa, esa es la verdadera grandeza de este equipo, estar cada año en la disputa de los títulos, a veces se gana y otras se pierde, pero siempre están ahí, luchando hasta el final y eso no es casualidad, es fruto del trabajo, de la planificación, de un proyecto que lleva años cimentandose y que ha convertido al Real Madrid en el mayor dominador en las competiciones nacionales y en uno de los grandes de Europa tras años de irrelevancia absoluta... y todo eso a pesar de su entrenador que no tiene ni idea de baloncesto, de sus jugadores que son unos paquetes y están acabados, de sus directores deportivos que no saben fichar y planificar a corto, medio o largo plazo... ¿O si que saben? Quizás no sean tan malos como muchos piensan y dicen ¿verdad? Porque si fueran tan malos ¿en que situación dejaría esto al resto de equipos, entrenadores, directores deportivos?
Disfruten de la final y no caigamos en el error de convertirlos en héroes o villanos por un resultado, sea el que fuere... En el deporte se gana y se pierde, no hay que dramatizar ni perder la compostura.
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