Tras la derrota la semana pasada en campo del Denia nos tocaba recibir al único equipo invicto del grupo tras 3 jornadas, se hacía además con la ausencia de Isabel Howard, pieza fundamental en la defensa del equipo. El partido empieza con un ritmo defensivo brutal por parte de las olivenses que no acaban de sacar provecho de ello en ataque pero que consiguen llevar el partido a donde queremos, a un juego intenso, de lucha, de entrega y de sacrificio. Con el paso de los minutos ambos equipos suben y suben la dureza del juego convirtiendo un partido de baloncesto en toda una batalla donde ambos equipos no quieren dar un paso atrás, porque cada vez que dejan respirar al oponente éste lo aprovecha para marcar canasta... El equipo que más concentrado se mantenga en defensa, quien esté más intenso y quienes estén más juntas y solidarias se llevarán el partido. Ningún equipo consigue una renta superior a 5 puntos y casi siempre la diferenciad está en 2 o menos puntos. Es un auténtico combate en el que nadie se deja golpear sin responder con otro golpe. Llegamos al último minuto igualadas y tenemos dos opciones de meter canasta en contraataque pero fallamos las 2 entradas, por precipitación, tensión, defensa rival... pero no es excusa, habría que haberlas metido... Al menos respondemos con grandes defensas y volvemos a robar el balón, nos disponemos a salir a la contra cuando quedan 7 segundos pero las rivales nos hacen falta... el árbitro pita antideportiva... 2 tiros para Matea y posesión a falta de 6 segundos. Necesitamos un solo tiro libre... Falla el primero... Lanza el segundo... Dentro... Sacamos, solo hay que recibir y no perder el balón... Y así lo hacemos, el rival no hace falta... Victoria. 💪
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