miércoles, 19 de febrero de 2020

Campazzo no es base para el Real Madrid

 
Cuando el Real Madrid ficho a Campazzo muy pocos pensábamos que era un jugador valido para el equipo. Muchos no lo veían ni como tercer base, mucho menos como segundo y ni hablar de ser el primer base del equipo... un jugador criticado desde que llegó, que si era bajito, que si no tenía cuerpo para jugar en un equipo con aspiraciones a ganar títulos, que si su juego era muy alocado, que como revulsivo quizás si pero no como organizador y líder dentro de la pista. Un jugador que solo sabía correr pero que no controlaba los tempos de los partidos... en definitiva, que se dijo de todo y pocas cosas buenas sobre él. Pero con el tiempo se hizo hueco en el equipo, tras una cesión donde su rendimiento le hizo merecedor de volver al Real Madrid comenzó como tercer base tras Llull y Doncic y se ha acabado convirtiendo en el buque insignia de este equipo. Un jugador cuya presencia en el campo nos hace entrar en otra dimensión de juego. Un jugador que en defensa nos da un plus de intensidad enorme, que obliga al rival a jugar forzado, cometer errores, jugar intranquilo y siempre con la mosca pegada a la oreja... y en ataque nos da velocidad, ritmo, clarividencia... que es capaz de leer las jugadas como pocos, capaz de hacer el pase preciso en el momento preciso y de definir él llegado el caso. Hoy por hoy es el mejor base que hay en Europa, o uno de los mejores y más en forma. Un jugador dominante, desequilibrante y resolutivo, un jugador que marca la diferencia, un jugador que gana títulos como demuestran los 3 MVPs consecutivos en Liga, Supercopa España y Copa del Rey, algo que no ha logrado hacer nadie en la historia de nuestro baloncesto y que lo ha conseguido este pequeño gigante. Un jugador que ha sido fiel a su juego, a su forma de entender el baloncesto, tan pasional, tan de corazón pero no falto de cabeza... un jugador que piensa rápido y ejecuta con milimétrica perfección. Un jugador que juega y hace jugar, un jugador que levanta al aficionado de su asiento, que nos hace vibrar con su juego, que nos hace maravillarnos con sus asistencias a una mano y sin mirar, un jugador que deslumbra con luz propia y que hace brillar a quienes le rodean, porque es muy bueno y hace ser mejores a todos los que juegan a su lado y eso es grandeza. Si las lesiones no truncan su carrera estamos ante un jugador de leyenda... un jugador que marcará una época en el Real Madrid, en el baloncesto español y europeo (esperemos que si la NBA lo vuelve a llamar vuelva a hacer oídos sordos y siga con nosotros muchos años)
 
No sé donde estarán todos aquellos que criticaron su fichaje, supongo que se habrán reconvertido o se habrán escondido en una cueva muy profunda... poner en duda el fichaje de un internacional argentino fue una osadía, un pecado capital como se ha demostrado con el tiempo... disfruten de él, porque no sabemos lo que nos va a durar.  
 
  

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