miércoles, 10 de abril de 2019

WADE: la despedida de un grande



Wade es uno de los mejores jugadores que ha pasado por la liga en los últimos años. Un jugador que antes de las lesiones estaba destinado a marcar una época dorada en el baloncesto mundial. Un jugador cuya mejor versión, la de aquel primer anillo con Miami contra Dallas (el equipo de Nowitzki -otra leyenda que se retira-) está a la altura de las mejores versiones de Jordan. Aquella final fue una demostración de superioridad como pocas veces se ha visto y nos hizo pensar en una carrera repleta de anillos, records y reconocimientos individuales. Por aquel entonces no había ninguna duda: Wade era el futuro de la NBA. Pero no siempre todo acaba siendo lo que debería ser (que se lo digan a Derrick Rose, otro juguete roto) y las lesiones truncaron su proyección, la cual no tenía limites. Wade ha sido ese jugador de dibujos animados, capaz de hacer jugadas que la mayoría solo pueden imaginar en sus sueños. Su manera de encarar las defensas rivales, sortear contrincantes y llegar a la canasta con esos movimientos llenos de plasticidad, de belleza, elegancia y a la vez contundencia... era poesía en movimiento y en eso es de los pocos jugadores que recordaban a Michael Jordan, al igual que éste no es lo que hacía, es como lo hacía y la sensación que dejaba en el aire de estar viendo sucesos inigualables, belleza pura que te deja hipnotizado y con la boca abierta. Cuando hablamos de Wade estamos hablando de esa sonrisa eterna que recuerda a Magic, un jugador que disfrutaba jugando a baloncesto y que nos hacía disfrutar a quienes lo veíamos. Su legado es mayor que el de los 3 anillos alcanzados con Miami, dos en compañía de su amigo Lebron James durante 4 años en otras tantas finales (en la primera final que jugaron juntos y que perdieron ante los Dallas de Nowitzki que se tomo la revancha, el jugador más destacado de los Miami no fue Lebron, fue Wade que fue el único que estuvo a la altura de la cita)...
 


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