"Como podéis esperar, este es mi último partido en casa"... durante el partido Dirk se dirigió a los aficionados de Dallas en una despedida que rompió muchos corazones... se va el jugador más importante en la historia de la franquicia, el jugador que los lideró a la consecución de un título de la NBA, en aquella final que dominaron contra los Miami Heat de Wade, Lebron y Bosh... casi nada. Se va un jugador mayúsculo, uno de los mejores jugadores europeos de toda la historia (el mejor de todos en la NBA)... un jugador que llegó a la NBA siendo un auténtico desconocido en su país natal, Alemania... llego de puntillas, sin hacer mucho ruido y con muy pocas expectativas de hacer algo importante en aquel lado del charco... todos nos equivocamos, todos menos los pocos que pusieron su confianza en él, pues pocos vivieron con él el día a día y vieron su ética de trabajo, su determinación a convertirse en un gran jugador y su compromiso con el juego. Con los años consiguió convertirse en una de las estrellas de la NBA, en un All-Star, en un jugador con un tiro imparable, que se mostraba infalible en los momentos de la verdad. Nadie podía predecir en lo que Nowitzki se convertiría, ni si quiera él... pero lo hizo, se convirtió en un grande, en una leyenda. Se va uno de los jugadores que más dolores de cabeza nos ha dado en la selección española cada vez que nos enfrentabamos a Alemania, una Alemania que estaba fuera del mapa baloncestista hasta su irrupción, Él era Alemania, sobre sus hombros recaía la responsabilidad de todo un país.
Se va una leyenda, una más, pero no una cualquiera... Un jugador al que en sus mejores tiempos le llegaron a comparar con el irrepetible Larry Bird, palabras mayores.
Se va una leyenda, una más, pero no una cualquiera... Un jugador al que en sus mejores tiempos le llegaron a comparar con el irrepetible Larry Bird, palabras mayores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario