Juan Antonio Corbalán: El mejor base español de la historia

Cuando hablamos de los mejores jugadores de la historia de nuestro baloncesto enseguida se nos vienen a la mente los nombres de Pau Gasol, Navarro, Marc Gasol, Rudy Fernández, Felipe Reyes, Garbajosa... lógico, han sido muy buenos, siguen siéndolo... y los tenemos a muchos de ellos jugando en la actualidad... y solo si hacemos un poco de memoria nos acordamos de Alberto Herreros, Fernando Martín, de Epi, Solozabal... y de Juan Antonio Corbalán... aquel base que una vez fue considerado el mejor base del continente.

 

 

Sus ascensión fue fulgurante, pasó de ser un alero anotador en su equipo del colegio (San Viator) a base del primer equipo del Real Madrid en tan solo dos años... es algo así como ir a la luna en el tiempo que tarda Bolt en hacer una carrera de 100 metros... además a ello se le añadió la llamada a la selección española... hoy hablamos de la rápida ascensión de un genio como Doncic, destinado a hacer historia en el Baloncesto, pero lo de Corbalán no se queda atrás en cuanto a rapidez a la hora de llegar a lo más alto teniendo en cuenta que entonces las barreras eran más complicadas de superarlas.
 

 

El palmares es envidiable: 12 ligas españolas, 7 copas, 3 Copas de Europa, 1 Recopa, 1 Korac, 3 copas intercontinentales y con la selección española fue 161 veces internacional y ganó dos medallas de plata, la del Eurobasquet de Nantes 1983 y la olímpica de Los Ángeles 1984.

 

 

Cuando hablamos de Corbalán posiblemente estemos hablando del mejor base español de todos los tiempos... un adelantado a su tiempo, un jugador que impuso su físico (era un toro en la posición de base... podríamos decir que era algo así como el Westbrook de la actualidad... en cuanto a físico, en poco más)... capaz de anotar cuando hacía falta (era un buen penetrador, repito: su físico le permitía encarar a los rivales que le defendían con soltura y determinación) pero sobre todo era un base organizador, cerebral, como los que ya no hay o escasean, capaz de jugar un partido de baloncesto como si fuera una partida de ajedrez, leyendo el juego y hacia donde iba el encuentro para descifrarlo antes que nadie y coger posiciones de ventaja para dar el golpe definitivo a la hora de hacer jaque mate al rival... y además de todo eso tenía un gran carácter ganador, no se amilanaba ante nada y ante nadie, era un jugador que buscaba siempre superarse a sí mismo y que no permitía que los obstáculos que habían delante se interpusieran en esa forma de entender el deporte y la vida, la de la superación personal.   

 



 

Corbalán fue uno de esos jugadores que llevó el baloncesto a todas las casas del país... él y su Real Madrid... él y aquella selección española de los años 80 que hizo que el baloncesto rivalizará en popularidad con el fútbol, algo impensable (por desgracia) hoy día... y lo hicieron desde la naturalidad, desde la sencillez, la humildad... eran unos tipos normales, de la calle, con los que podrías coincidir en un bar de tapas y si no eras conocedor del deporte nacional no saber que tenías al lado al mejor base europeo de la época.