sábado, 1 de noviembre de 2025

Junior Femenino: Basquet Pego 12 - CB Oliva Activa’t Oliva 70

Una victoria que sabe a coraje, a superación y a amor por el baloncesto. El marcador decía 12-70. Una victoria clara, rotunda, incontestable del Junior Femenino del CB Oliva Activa’t Oliva en la pista del Basquet Pego. Pero ese número, frío y simple, no cuenta la historia que realmente importaba este viernes.

 Porque el verdadero triunfo no se medía en puntos, sino en latidos de un corazón que palpitaba hoy más fuerte que nunca, lágrimas y una fuerza interior puesta a prueba durante demasiado tiempo. El triunfo fue ver de nuevo en la pista a una de las nuestras, a una jugadora que durante más de un año y medio ha librado la batalla más dura: la de volver a creer, volver a confiar en su cuerpo y volver a sentir el balón en sus manos. Han sido meses interminables de dolor físico y emocional. De días grises, o muy negros, en los que el espejo devolvía la imagen de una jugadora que no podía hacer lo que más amaba. De sesiones de fisioterapia que parecían no acabar nunca, de madrugones cuando el resto dormía, de horas en el gimnasio, de lágrimas escondidas tras una sonrisa forzada en el banquillo. Siempre presente, siempre animando, siempre equipo… aunque por dentro ardiera el deseo de estar en la pista.

El camino ha sido largo. Demasiado largo. Con momentos de duda, de rabia, de impotencia. Con recaídas que golpeaban el alma más que la rodilla. Pero también con pequeños destellos de esperanza: un paso más, un gesto menos doloroso, una zancada más segura. Y en cada avance, la ilusión crecía. La meta se veía más cerca.

Y por fin llegó el día. El día del regreso. El día en que el corazón latió con fuerza al escuchar el sonido del balón botando en la pista, al sentir el tacto del balón, el olor del pabellón, los ánimos de sus compañeras. El día en que el sacrificio se transformó en sonrisa.

Su vuelta fue mucho más que un momento deportivo. Fue un ejemplo. Un símbolo de lo que significa amar el baloncesto con todas las fuerzas, de no rendirse nunca, de luchar en silencio cuando nadie mira. Su fortaleza, liderazgo y compromiso han sido una inspiración constante, dentro y fuera de la cancha.

Sí, el CB Oliva ganó, y lo hizo con autoridad. Pero la victoria más grande fue la de ella, la de su espíritu indomable, la de su regreso merecido. 

Bienvenida de nuevo "MICHAELA" Esta victoria es tuya. Y de todas las que nunca dejaron de creer.



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