Las cadetes del CB Oliva sumaron una nueva victoria en un partido que controlaron desde el inicio, aunque el nivel de juego no alcanzó lo que el equipo puede y debe ofrecer. A pesar de las diferencias en el marcador, el encuentro dejó sensaciones irregulares. Hubo fases en las que el equipo impuso claramente su superioridad, pero también momentos marcados por altibajos, tanto en intensidad como en concentración. La defensa, que suele ser uno de los puntos fuertes del grupo, no mantuvo la dureza ni la entrega habituales durante largos tramos, permitiendo acciones que podrían haberse evitado con un mayor nivel de regularidad.
En ataque, las chicas se vieron en ocasiones colapsadas por una mala ocupación de espacios y por jugar demasiado cerca unas de otras. Faltó movimiento sin balón, cortes agresivos y una circulación más rápida que aprovechara la ventaja física en determinadas posiciones. Demasiadas jugadoras esperaron el balón de forma estática, sin generar situaciones de ventaja ni liberar líneas de pase. El pase fue otro aspecto mejorable: no basta con pasar, sino con hacerlo bien. El balón debe llegar en las mejores condiciones a la compañera, y para ello es imprescindible concentración, intención y generosidad. La importancia del movimiento, de pasar para crear y no solo para quitarnos el balón de encima, es fundamental. En resumen, aunque el marcador fue amplio, el juego mostró que aún queda mucho margen de mejora. El equipo tiene capacidad para ofrecer un nivel más alto, mantener la intensidad durante más minutos y ser más solidario tanto en el esfuerzo como en la toma de decisiones.

Gracias Oscar
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