Se acaba la temporada, y es difícil resumir todo lo vivido con este grupo de pequeños grandes jugadores. Ha sido un año lleno de emociones, de momentos de alegría, de retos, de aprendizajes. Y lo más bonito es que, más allá del baloncesto, este equipo ha sido una escuela de vida.
Nuestros chicos han crecido mucho. En la pista, sí, pero sobre todo como personas. Han aprendido a esforzarse, a respetarse, a levantarse cuando las cosas no salen, a celebrar los logros del compañero como si fueran propios. Han aprendido que el baloncesto no solo se juega con las manos, sino con el corazón.
No ha sido una temporada fácil. Algunos partidos nos hicieron tocar el cielo y en otros costó reconocernos. Pero en esta edad eso forma parte del camino. Lo importante es que nunca dejaron de intentarlo, nunca dejaron de trabajar. Y eso dice mucho de ellos.
Hemos sido más de 12 jugadores durante muchos momentos del año, con el refuerzo de algunos benjamines, lo que ha supuesto tener que dejar fuera de la convocatoria a algunos niños. No ha sido fácil tomar esas decisiones. Pero aún en esos momentos, los chicos han demostrado una madurez admirable: el que no jugaba ese fin de semana seguía viniendo, apoyando, preparado por si hacía falta. Siempre con ganas. Siempre con una sonrisa. Siempre con espíritu de equipo.
Y esto no sería posible sin vosotras y vosotros, las familias. Gracias. De corazón. Por confiar en nosotros, por estar ahí, por sumar siempre. Por entender que aquí no solo se entrena baloncesto: aquí se acompaña a vuestros hijos en su crecimiento. Aquí se enseñan valores. Aquí se aprende a convivir, a compartir, a respetar, a formar parte de algo más grande que uno mismo.
No olvidemos que casi todos los niños del equipo eran de primer año. Solo uno era de segundo, y varios eran benjamines. En estas edades, un año se nota muchísimo. Aun así, han competido, han dado la cara, y sobre todo, han disfrutado. Porque eso es lo que más nos importa ahora: que disfruten, que se sientan parte de un grupo sano, alegre, unido. Un grupo donde puedan ser ellos mismos.
Nos vamos con la certeza de que estamos en el buen camino. Que más allá de los resultados, lo que se construye aquí dentro es algo muy valioso.
Gracias por formar parte de esta familia que es el CB Oliva.
Seguimos creciendo. Juntos
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