Victoria sufrida en la visita al campo del Penya Roja, no por el resultado, que también... sobre todo por el desarrollo del encuentro que fue de todo menos de baloncesto... el árbitro dejo jugar y no pito nada y los jugadores de ambos equipos convirtieron el juego en una auténtica batalla campal donde nadie quería ceder un centímetro de terreno, quien cediera perdería y nadie quería perder ese partido... aunque el riesgo de lesionarse así, luchando más que jugando, es muy alto como así se demostró con el paso de los minutos... nunca entenderé a esos árbitros que no pitan nada y dejan que un partido se les escape de esta manera, parece que nunca hayan jugado un partido de baloncesto... al final salieron todos vivos, pero no todos sanos y eso es lo que más rabia nos da. Porque un jugador se puede lesionar en un partido, entra dentro de las posibilidades, pero que se lesione por la dureza y el estrés que supone jugar un partido de alto voltaje con exceso de agresividad por parte de ambos conjuntos no hay derecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario