¿No me diga que tiene la ilusión del primer día en el inicio de su 17ª temporada en la NBA, es decir, después de 5.835 días?
La ilusión la tengo, pero es distinta a la que tenía antes. Hay un tema que pesa ahora mucho que es la madurez, y entonces, en 2001, había un componente de novedad, de sueño hecho realidad. He acumulado mucha experiencia, pero la ilusión de hacer lo que hago me encanta y de poder hacerlo al más alto nivel me apasiona y seguir teniendo un papel importante es un motivo de orgullo porque el camino es largo y muchos se pierden por él. En 2001 era un chavalín que descubría este mundo y esta Liga, un chico que intentaba hacerse un sitio, mucho más inocente e ingenuo.
¿Le ha gustado el sitio?
Por lo general sí, he pasado por muchas cosas, de todos los colores. Me sentí ya cómodo desde la segunda temporada. En el segundo año ya pensé que la NBA era mi casa, con unas rutinas de trabajo muy marcadas, muy acostumbrado a ellas, al estilo de vida americano. He peleado mucho, pero creo que he encontrado mi sitio. Seguramente se apreciará más cuando me retire. Seguiré luchando para no perderlo. No pienso que ya lo hice todo en mi carrera, siempre hay cosas buenas por vivir"
¿No está de vuelta de todo? ¿No le invade la pereza? ¿Cómo lo hace para poner el contador a cero a sus 37 años?
No he tenido nunca pereza, y sería estúpido tenerla con el contrato que tengo, con el dinero que ganamos los profesionales NBA, con la exigencia que hay aquí. He tenido la ambición de seguir siendo importante, de seguir jugando a este deporte, que es mi vida. Y ahora lo que me satisface más tiene que ver con la longevidad, con el reto de perdurar, con el hecho de demostrarme a mí mismo que puedo seguir rindiendo con los grandes incluso a mis 37 años. Me busco retos igual donde no los hay ya, en pequeñas cosas. Y así sigo. Igual un día me entra pereza, como dices, o los dolores de tanto desgaste no me dejan seguir. Pero hoy por hoy sigo con ganas, confianza, ilusión y con la apreciación, porque a veces uno no se da cuenta, de que soy un privilegiado a estas alturas de vida. El primer año en los Spurs fue más duro de lo que imaginé; me tocó asumir un rol poco familiar para mí"- ¿No ha pensado nunca que lo tiene todo hecho o, permítame, que lo mejor de Pau puede que haya pasado ya?
- No, nunca. Siempre hay cosas buenas por construir, por conseguir, por vivir. Ganar un campeonato o promediar 25 puntos por partido eran buenos desafíos en un momento de mi carrera. Pero ahora hay retos que son positivos en el día a día y que te ayudan a seguir adelante. Acabo de jugar el Eurobasket, ganamos una medalla y he vuelto a estar en el quinteto ideal, y no sé cuántas veces van ya, pero esto no me cansa, es el motor que me mantiene vivo, me sirve para motivarme porque quiero seguir haciendo las cosas bien. Son esas cosas, intentar realizarlas, las que me hacen feliz. El éxito y la felicidad son siempre subjetivas, te las marcas tú. Hay muchas cosas que me encanta hacer y no tienen porqué ser grandiosas ya, y sin embargo, me hacen muy feliz.
- Con la vida solucionada y casi 20 años en el baloncesto de alto nivel, ¿de dónde saca ese espíritu?
- No sé de dónde muy bien, supongo que es mi forma de ser, que está marcada por el desarrollo de mi vida, por mi educación, por los valores que me transmitieron mis padres. Aprecio mi vida, mis momentos, lo que me ha costado conseguirlo. Por ahí viene mi manera de ser. Se lo debo todo a mis padres.
- ¿El primer año en San Antonio fue más duro de lo que llegó a imaginar?
- Todo proceso de adaptación es costoso, quizá sí. Fue duro. Me tocó tener una posición menos familiar para mí.
- ¿No estaba preparado para asumir un rol secundario?
- No es eso, pero realmente lo tuve. Tanto en Memphis, Chicago y Lakers había tenido bastante protagonismo, y mucha exigencia a nivel de producción. En este momento de mi carrera, a estas alturas de mi vida, me viene bien el papel de tener menos exigencia física para poder prolongar mis años en el baloncesto, que es mi gran deseo.
- Eso es un poco egoísta, ¿no?
- No lo sé, creo que es inteligente y consecuente con la decisión que tomé a la hora de fichar por los Spurs. Estoy en una cultura de franquicia en la que se maneja muy bien al jugador, se le da más descanso de lo habitual y se le cuida mucho en líneas generales. Con 37 años, los Spurs es lo mejor que me podía pasar.
- Siempre necesitó los puntos, la responsabilidad y sentirse parte del juego para no perder el hilo en los partidos. Viene de su peor temporada en anotación. ¿Tuvo que reinventarse en San Antonio?
- No sé si reinvención, pero sí adaptación a lo que me ofrecían los Spurs. Buscaba el hueco apropiado para influir de la mejor manera en el juego de los Spurs. Empecé a tirar más triples y acabé con un porcentaje muy alto. He intentado eso, ser eficaz de lo mejor manera haciendo otras cosas.
- ¿Se sintió en ocasiones desaprovechado en los Spurs?
- Sería sacar el ego a pasear si te dijera que sí. Es humano sentirse así en ocasiones, pero no llegaría a definirlo en esos términos. Había partidos en los que no acababa contento, pero por perder, no por lo que hiciera o dejara de hacer yo. Cuando el equipo pierde siempre ando fastidiado. Estar insatisfecho también forma parte del proceso que te lleva a superarte cada día.
- Cuando fichó por los Spurs lo hizo por muchas razones. Siempre se identificó con ese equipo, con su manera de entender el juego y al mismo tiempo San Antonio le permitía estar cerca de nuevo de la pelea por el anillo. Sin embargo, los Warriors parecen lejos de todos. ¿Frustrado?
- No, para nada. El año pasado estuvimos en la posición que queríamos estar. Llegar a la final de la Conferencia con el segundo mejor récord de la Liga fue un gran logro. Los Warriors dominaron la Liga de una manera nunca vista. Nadie lo había hecho en la historia. Ganaron los playoffs 16-1. Las lesiones de dos titulares nuestros en dos de las rondas nos mermaron mucho. Acabé contento de lo conseguido. A ver si esta temporada estamos en una posición similar con algo más de salud.
- ¿No le parece que los Warriors están reinventando el baloncesto?
- Desde luego, tienen ese papel de pioneros en este nuevo estilo de juego que todos quieren copiar o ajustarse. Posesiones cortas, más triples, juego vertiginoso, versatilidad, gigantes que ejercen de aleros. La NBA ha cambiado incluso de reglas para tener un juego más dinámico, sin tantos tiempos muertos. Y ha ido más allá. No sé si te has fijado, pero el árbitro te da la pelota en el primer tiro libre desde un lado y no enfrente para hacerlo todo más rápido. La motivación es aumentar la velocidad del juego para hacer más digerible el show. Eso beneficia a los Warriors o a equipos como Houston. La dinámica del juego ha cambiado por completo.
- ¿Qué fue del baloncesto como un juego de gigantes?
- Aún queda algo de él, pero sin duda ahora mismo lo que domina es un juego exterior, de pequeños, de velocidad, en el que los grandes sufrimos en ese estilo de juego.
- ¿Qué opina de la NBA? ¿Cómo la ve 17 años después?
- Es una competición gigantesca, la Liga del baloncesto del mundo se podría decir, con una constante evolución hacia la mejora del producto, del juego, del espectáculo y de la experiencia para el aficionado que ve un partido desde cualquier punto del globo. Es un monstruo que no para de crecer y que siempre quiere mejorar. Es un orgullo formar parte de esto.
- ¿No cree que es mala la concentración de estrellas en un mismo equipo? ¿No desnaturaliza ese invento mágico del 'draft' que buscaba precisamente una teórica igualdad?
- Se sigue buscando eso desde la NBA, pero los equipos buscan la manera de triunfar. Los equipos que han ganado siempre han tenido muchas estrellas. No es de ahora, es de siempre. Lakers tenían un equipazo con Kobe y Shaq, dos de los mejores jugadores de la historia. Cuando estuve yo también había una plantilla colosal. Boston cuando nos ganó tenía el Big Three. El primer súper equipo que se hizo después fue el de Miami, todo un acierto. Cada campeón ha tenido varias súper estrellas. La NBA es inteligente y sabia, incluso en estas cosas. Todo se equilibra de una manera u otra. Si te fijas, los equipos que han hecho esto ahora no son los históricos, no son los Celtics ni los Lakers ni los Bulls. Es una manera distinta de buscar un nuevo equilibrio
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