Nos enfrentamos a un rival mermado por las bajas. Disponía solo de 6 jugadoras. Hablamos de imponer un ritmo alto y así lo hacemos en los primeros minutos donde dominamos pero no logramos sacar una renta acorde al juego desplegado. Muchas acciones falladas que el rival aprovecha para mantenerse en partido. Con el paso de los minutos el equipo baja su nivel de intensidad y deja jugar muy cómodas a las rivales que entran en partido poco a poco hasta ponerse a 8 puntos al descanso. El rival está bajo mínimos y por si fuera poco una de sus jugadoras se lesiona finalizando el segundo periodo. Tras el descanso las rivales cambian su defensa, una zona que atacamos bien pero sin mucho acierto al principio. Pasan los minutos y el equipo va incrementando su ventaja poco a poco. No realizamos un despliegue demasiado elevado pero suficiente para marcar diferencias. En los últimos minutos de partido se resiente una jugadora rival, apenas se sostiene y paramos el partido. Decidimos seguir jugando los últimos 3 minutos con 4 jugadoras. Un 4x4. Estaba todo decidido y no había que correr ningún riesgo por parte de nadie, no vale la pena. Finaliza el partido con una victoria sin mucho lustre. Por si fuera poco, estando en casa recibo una llamada, es la entrenadora rival... Han dejado encerrada a una jugadora en el vestuario... Lo que les faltaba a las pobres. Nos ponemos en contacto con el gerente para que busque a la conserje y le abra...
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