Tras 2 derrotas seguidas teníamos que volver a recuperar nuestra identidad, nuestro nivel, teníamos que volver al origen, a jugar intensos y a la vez generosos... Y lo logramos en los 3 primeros periodos donde jugamos a un nivel alto, muy alto, dónde todos somos generosos, jugamos rápidos y con fluidez, siempre buscando a un compañero libre, siempre buscando a quien en mejor situación esté, siempre buscando una opción óptima, sin forzar las jugadas, sin forzar los lanzamientos, ofreciéndonos siempre y eso multiplicaba nuestras opciones de finalizar y eso nos hace más peligrosos, más efectivos y haciendo un juego más vistoso, más eléctrico, más difícil de parar... acabamos cerrando el marcador en el tercer periodo y a partir del cuarto periodo el equipo baja el nivel de todo el equipo, se juega con menos intensidad, con menos velocidad, con menos generosidad... exceso de bote de balón, falta de movimiento para generar espacios y líneas de pase recordando al equipo de las dos semanas anteriores... Si jugamos como la primera parte somos capaces de todo, de competir contra cualquier rival... Si jugamos como en la segunda parte estamos condenados a tropezar cuando el obstáculo se cruce en nuestro camino. De nosotros dependerá, en nuestras manos está.
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