“Nunca hay que olvidar de dónde venimos… que el brillo fugaz no
borre las huellas profundas del pasado… un pasado que es padre del presente y
futuro”
Se
apunta siendo benjamín de segundo año, pero desde el primer momento pasa a
formar parte del equipo alevín, un equipo formado por gente dos años mayor que
él… Francesc Tomas, Tibu, José Perea, etc… en esa aventura inicial le acompaña
un compañero de generación (93), Albert Parra que ya jugaba… su rendimiento
sorprende desde el principio, se le ve un chico muy listo para su temprana
edad.
En
su segundo año cae en mis manos, juega con los del 92, Sergi Escriva, Andrés
Fuster, Fernando Garí, Jesús Cuenca, Javi Mengual… y Albert Parra… a pesar de
no ser uno de los referentes del equipo si que es un jugador que se gana mi
confianza por su forma de entender el juego, es muy listo y sabe jugar para los
compañeros, algo raro en estas edades donde se suele pensar solo en uno mismo…
al final logramos hacernos con la liga comarcal perdiendo un solo partido. A la
temporada siguiente lo sigo teniendo de jugador, pero esta vez debía de
capitanear junto con Albert un equipo de nueva formación, habían muchos jugadores
que empezaban ese año a jugar y la mayoría eran del 94… necesitaba que diera un
paso al frente, tocaba jugar para los demás pero también para él, debía ser uno
de los referentes del equipo… y asumió esa responsabilidad con firmeza, en
ocasiones le podía la ansiedad pero poco a poco aprendió a gestionarla y nos
lidero a conseguir nuevamente quedarnos campeones con una sola derrota… fue un
gran año.
A
partir de infantil se juntaron todos los del 93, generación a la que le toco
liderar en los años de infantil y cadete, los resultados no fueron los mejores,
pero se fue formando un gran base de futuro, un base muy cerebral, controlador
de todo lo que pasaba en la pista… cuando llegó a junior y aprovechando que a
Andrés lo habíamos subido al senior la temporada anterior se convirtió en el
primer base del equipo, era el que debía dirigir a jugadores mayores que él y a
pesar de que le costó arrancar al principio lo hizo con solvencia y seguridad.
Fueron dos años buenos a nivel individual que le abrieron las puertas del
primer equipo sin tener que pasar por el “B”… y ahí pronto se convirtió en el
primer base del equipo, le tocaba comandar las operaciones de ataque…
Rubén
es un base que controla el tempo del juego, que le gusta jugar con orden y
disciplina táctica, que lo quiere tener todo controlado… si el partido entra en
una fase de locura y descontrol lo metes en pista y es capaz de parar el juego,
calmar el asunto y hacer que el río vuelva a su cauce natural… es un base para
jugar posesiones largas, ataques posicionales, transiciones ordenadas… si
quieres contraataques rápidos, transiciones anárquicas, que el juego sea un
vaivén, entonces Rubén no es el base que buscas… para eso necesitas otro
prototipo de base… o jugar sin base. Rubén puede ser el primer base o el
segundo base… o si quieres el tercer base del equipo, pero es un jugador
imprescindible para cualquier equipo… todos los equipos necesitan un base que
sepa parar y ordenar, que sepan llevar a cabo los sistemas o jugadas de
principio a fin, que sepan jugar con calma en la tormenta… yo quiero un Rubén
en mi equipo siempre, pero hay pocos jugadores así y no siempre se puede tener.
Destacar
también su entrega y compromiso… un jugador que estando lesionado no falta a
los partidos ni a los entrenes, capaz de irse a jugar un partido a casi dos
horas de viaje de casa por si el equipo lo necesita a pesar de no estar para
jugar por acabar de salir de una lesión… un jugador que siempre ha aceptado y
acatado las decisiones del entrenador, le haya hecho jugar 30 minutos como si
le hace jugar 5… nunca se ha quejado por ello, aunque en muchas ocasiones ha
jugado menos de lo que merecía por entrega y esfuerzo en entrenes… un jugador
que habla muy poco, a veces te puedes pasar un entrene sin decirle oír ni mut…
pero que cuando habla siempre da en el clavo (su análisis siempre es certero y preciso como un cirujano).
Anécdota:
En un torneo de 3x3 en L´Orxa, cuando él era alevín, a la hora de comer está
sentado totalmente solo en un rincón, con su mochila colgada al cuello y
dándole bocados al bocata… Juan Carlos y yo que le vemos nos levantamos de
donde estábamos y nos vamos donde está, nos sentamos a su lado, le preguntamos qué
tal va todo y nos contesta que bien… a los pocos segundos se levanta y se va… a
sentarse en otro rincón totalmente solo… si, de pequeño era un bicho raro… pero
en la pista siempre daba algún consejo a los compañeros, donde debían
colocarse, que debían de hacer… no le gustaban las tertulias frívolas (eran una perdida de tiempo), pero
cuando había que hacer algo se metía de lleno.
“Nunca hay que olvidar de dónde venimos… que el brillo fugaz no
borre las huellas profundas del pasado… un pasado que es padre del presente y
futuro”
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