Nos enfrentábamos al líder invicto de la liga, los jugadores acudían al partido con muchas ganas y con la moral alta tras ganar la semana anterior al Calpe, confiados de que podríamos repetir la gesta... y eso está muy bien, siempre se debe creer en la posibilidad de victoria por difícil que sea la empresa a la que nos enfrentamos. Salimos muy bien al campo, dominando con nuestra presión, recuperando balones y saliendo a la contra con ventaja numérica pero donde no pudimos concretar por falta de precisión en los pases... algo que nos pasaría factura a lo largo de todo el partido. El rival poco a poco fue encontrando y cogiendo su ritmo, se les veía muy seguros de su juego, una seguridad basada en la calidad de pase... esa era la principal diferencia entre un equipo y otro: los pases. Y esa es una diferencia que marca distancias entre un equipo y otro, porque en entrega, lucha, intensidad ambos equipos estaban equilibrados... pero ellos eran capaces de dar 4-5-6-10 pases seguidos con seguridad, con calidad, con precisión... y a nosotros nos costaba dar 3 pases seguidos con criterio y precisión y eso a la larga, en el transcurso de un partido hace que uno tenga muchas opciones buenas de tiro y otro no tenga las mismas opciones... y a cuantas más opciones fáciles más posibilidades de meter canasta se tienen.
Debemos mejorar mucho nuestro juego colectivo, el arma principal de un equipo es el pase... un equipo que sabe pasar el balón con seguridad, precisión, eficacia será capaz de construir un juego fluido, rápido, veloz y generar multitud de tiros cómodos.
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