Duro golpe el sufrido en el desenlace de este encuentro. Un partido que no comenzamos muy bien y eso nos hizo ir siempre a remolque en el marcador, con el rival dominando los tiempos del encuentro con rentas no definitivas pero si que les daban holgura y tranquilidad... El equipo no encontraba el ritmo necesario ni la fluidez en ataque y eso no nos permitía dar caza a un rival que navegaba sobre aguas tranquilas... Pero el equipo tras el descanso empieza a reaccionar, tenemos unos minutos donde el equipo saca parte de su potencial y se viene arriba, el rival ve que el mar se ha revuelto, viene tempestad y tienen que recoger velas y ponerse a remar... Somos capaces de lo más complicado, darle la vuelta al marcador y ponernos 4 puntos arriba a falta de minuto y medio... Pero desde ahí jugamos con miedo a ganar, jugadas largas pero sin fluidez, previsibles para un rival que solo hace que esperar y apretar en finales de posesión para evitar que los de Oliva anoten, y lo consiguen... No solo eso, además nos hacen transiciones rápidas de las que sacan petróleo, nos ha faltado contundencia en algunas defensas... El miedo a ganar nos pierde, lo teníamos ahí y lo hemos dejado escapar... No se puede atacar peor que cuando se tiene miedo a dejar escapar lo que tienes en tus manos y eso es lo que nos ha pasado, ataques sin intención salvo la de dejar pasar el tiempo y luego, una vez igualados y por debajo nos han venido las prisas, ya llegábamos tarde... Una pena, porque el esfuerzo realizado para remontar merecía un mayor premio, no ha podido ser y habrá que seguir trabajando para que los resultados lleguen, no nos queda otra que aprender la lección de este partido cara al futuro.
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