domingo, 8 de junio de 2025

Valoración del equipo Cadete Femenino 2024-25 – CB Oliva Activa't Oliva


Esta temporada ha sido, sin duda, una experiencia tan desafiante como enriquecedora. El equipo cadete femenino del CB Oliva ha estado marcado por la diversidad, no solo en edades —con jugadoras desde categoría alevín hasta cadetes de segundo año—, sino también en niveles de madurez, compromiso y evolución deportiva. Un auténtico crisol que, más que dificultarnos el camino, nos ha dado la oportunidad de crecer desde la diferencia, como si fuéramos una pequeña Torre de Babel en versión baloncesto.


Han pasado por el grupo hasta 21 jugadoras a lo largo del año. Por limitaciones federativas no todas han podido jugar partidos, ya que muchas se incorporaron con la liga ya avanzada. De haber contado con todas desde el inicio, incluso podríamos haber formado dos equipos: uno cadete y otro infantil. A pesar de esta dificultad, hemos conseguido algo mucho más importante: unirnos en torno al amor por el baloncesto.


Como entrenador nuevo en el grupo, llegué con una idea muy clara: el desarrollo individual debía ser la prioridad. Durante los primeros meses decidimos apartar los partidos en los entrenamientos para centrarnos en la técnica individual. Ha sido un trabajo arduo, pero necesario.


Algunas jugadoras a las que esperaba ver crecer no han seguido el camino, desapareciendo por distintas razones. En cambio, otras que llegaron con desgana, incluso obligadas, han demostrado una evolución admirable, con compromiso, constancia y una sorprendente mejora en su juego. El día a día lo cambia todo, y en este equipo se ha notado.


Agradezco de forma especial a Sam, quien ha sido una ayuda imprescindible durante toda la temporada. Su implicación ha sido clave para mantener la cohesión del grupo y el buen funcionamiento diario.


Los resultados deportivos no han sido espectaculares en cifras, pero sí lo ha sido el crecimiento humano y grupal. Hemos perdido algunas piezas por el camino —algo lamentable pero inevitable en un entorno donde no todo el mundo está dispuesto a adquirir compromisos reales y duraderos—. Aun así, me quedo con el grupo que hemos formado: un equipo dentro y fuera de la pista.


Más allá de los entrenamientos y los partidos, hemos compartido actividades que han reforzado nuestros lazos, que nos han ayudado a conocernos, a entendernos y, sobre todo, a querernos más unas a otras.


Terminamos esta temporada con la satisfacción de haber sembrado algo más profundo que un sistema de juego: una base humana sólida sobre la que seguir creciendo.

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