sábado, 7 de junio de 2025

Valoración Cadete Masculino 2024-25: Más que 2 equipos... 1 Familia

 


Esta temporada ha sido especial. Diferente. De esas que, sin necesidad de ganar un título, se quedan grabadas para siempre en la memoria de sus protagonistas.


Tuvimos dos equipos cadetes: el Cadete A, con jugadores de segundo año reforzados con los jugadores del Cadete B, y el Cadete B, formado por una mezcla de segundo año, primer año… y hasta cuatro valientes que aún estaban en edad infantil. Pero desde el principio tuvimos claro que no queríamos que fueran “dos equipos”. Queríamos un solo grupo, una sola familia, y así lo hicimos. Entrenaban juntos, compartían pista, entrenador, ilusiones, cansancio, bromas… Todo.


Y sí, a veces fue complicado: cuando venían todos, organizar los entrenamientos no era fácil, no siempre se podía tener a todos activos como nos gustaría. Pero también fue bonito ver cómo crecían como grupo, cómo se animaban unos a otros (si, también con sus gracietas, sus enfados y sus piques), cómo celebraban juntos y cómo se consolaban en las derrotas. Se sentían del mismo equipo. Se sentían parte de algo más grande.


También llegaron compañeros nuevos. Algunos venían de otros deportes, otros de otros países con la complejidad del idioma. Y el grupo los recibió como lo que son ahora: uno más de los nuestros. Porque en este club eso es lo importante: que nadie se quede fuera, que todos encuentren su sitio (el baloncesto, claro. Pero también lo que no se ve)


Empezamos muy bien. Tanto el A como el B ganaban partidos, jugaban con intensidad, con calidad… por momentos se veía un nivel altísimo. Luego llegó un bajón. Normal. A estas edades es parte del camino. El Cadete A lo pagó con derrotas que nos dejaron fuera de esa fase de ascenso que tanto habíamos soñado. El B, sin embargo, aguantó el tipo y llegó hasta cuartos de final, donde cayeron ante Torrevieja. Pero lo que más orgullo nos dio no fue el resultado: fue ver cómo lo pelearon, cómo se apoyaron, cómo crecieron en el proceso. Y si hablamos de momentos inolvidables, no podemos dejar de mencionar el torneo de Navidad en Málaga. Allí fueron 12 de ellos, y vivieron algo que no se puede explicar con palabras: baloncesto, sí, pero también risas, amigos nuevos, pocas horas de sueño, algún que otro “desliz” propio de la edad… y muchas lecciones que no se aprenden en un entrenamiento. Vivieron, y eso también forma parte del juego.


Gracias por formar parte de esto: ha sido un año de esfuerzo, compañerismo, madurez, tropiezos y aprendizaje. Pero sobre todo ha sido un año de familia.


Porque en el CB Oliva no solo enseñamos a botar, pasar o tirar. Aquí enseñamos a ser equipo, a compartir valores, a crecer juntos. A ser responsables, a cuidarse, a apoyarse. Y eso es gracias a vosotros: jugadores, madres, padres… todos los que habéis estado ahí, en cada entreno, en cada partido, en cada viaje.


No ganamos una liga. No conseguimos un ascenso. Pero sí ganamos algo más grande: el orgullo de ver cómo nuestros chicos juegan al baloncesto mientras se hacen personas.


Y eso, para nosotros, es la verdadera victoria.


Gracias por confiar en este camino.

Gracias por formar parte de esta familia.

Seguimos. Siempre juntos.

CB Oliva

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