Segunda derrota consecutiva y con la sensación de no haber hecho todo lo posible por cambiar el signo del partido. Un partido marcado por los errores iniciales donde hemos fallado hasta 5 acciones de debajo del aro totalmente solos y que ha permitido al rival escaparse en el marcador con un 12-24 en el primer periodo a pesar de haberles sido descalificado un jugador en el minuto 9. A partir de ahí ha sido un quiero y no puedo, más corazón que cabeza y esfuerzos mal encaminados. Nos ha faltado templanza, saber estar, buscar posiciones con ventaja, elaboración de las jugadas y un juego más intenso y agresivo en ambos lados del campo donde el rival ha sido muy superior en cuanto a entrega y lucha y eso no podemos permitirlo. Nos pueden ganar porque estén más acertados como así han estado, pero no debemos facilitarles la victoria dejando que también en intensidad sean superiores a nosotros, no jugando en casa. Es una derrota que escuece y que nos deja en una situación complicada para aspirar a estar en las posiciones de arriba, pero queda liga y todo puede pasar aún.
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