martes, 3 de mayo de 2016

Históric@s: Sergí Escriva Bertomeu


“Nunca hay que olvidar de dónde venimos… que el brillo fugaz no borre las huellas profundas del pasado… un pasado que es padre del presente y futuro”


Me acuerdo de cuando vino a entrenar por primera vez… era en lo que hoy es Desemparados, en la doble pista de básquet que había… era benjamín de segundo año y era un torbellino… en cada ejercicio quería ser el mejor, quería ganar… recuerdo que un día vino su madre a decirme que los del fútbol querían que se apuntará con ellos, el entrenador iba loco detrás de él… yo le dije que hiciera lo que hiciera me parecía bien… al final el niño decidió jugar a baloncesto, le dió calabazas al fútbol… algo no muy común… y menos si eres muy bueno jugando a fútbol, y lo era, realmente lo era.

Desde el primer momento congenie con aquel chiquillo, era un ganador nato como yo… le podía apretar todo lo que quisiera que él siempre respondía, lo daba todo de … y cuando yo le pedía aún más, más que me daba él… era inagotable. Quería ser el mejor de todos y sabía que se debía esforzar para ello. En el “B” jugaba Antoni Molina, su Némesis, los enfrentamientos entre un equipo y otro eran brutales… en el primer partido apenas ganamos de un punto, el duelo entre ambos fue bestial… era un ver quién podía con el otro… el duelo individual lo ganó Antoni aunque el colectivo fue nuestro… la segunda vez que nos enfrentamos, los barrimos de la pista, les ganamos de más de 30 puntos, Sergí le hizo un marcaje a Antoni perfecto, lo sacó de sus casillas, pudo frenarlo en aquella ocasión… algo que no muchos jugadores han podido hacer… Sergi fue el líder de aquel equipo, junto con Francesc Fuster… que nos llevó a quedarnos campeones comarcales sin perder ningún partido. En una votación secreta los compañeros eligieron a Sergi como el mejor del equipo por amplia mayoría.
En primer año alevín lo tuvo Juan Carlos en su equipo, pero a partir de mitad de temporada venía también a entrenar con el infantil que entrenaba yo, con jugadores 2 y 3 años mayores…  a pesar de su desventaja física no les tenía miedo, no se arrugaba y entrenaba con mucha determinación… quería ser el mejor y no había nada que no estuviera dispuesto a hacer…
En segundo año alevín lo vuelvo a entrenar, empieza siendo el líder del equipo, papel que con el paso de los meses recayó en Fernando Garí, que era nuevo y evolucionó tanto que se convirtió en el líder natural del grupo… a pesar de ello Sergi tuvo un papel muy destacado en el equipo, fue de los máximos anotadores y su defensa era la mejor del equipo. Logramos ganar el campeonato comarcal con una sola derrota… ese año Sergi seguía entrenando también con los infantiles.
Cuando llega a infantil el equipo se reunifica, juntamos a los del Rebollet (su grupo) con los de Hort de Palau (el grupo de Antoni Molina, su “alter-ego”)… desde el principio cuajan todos en una gran piña, un grupo de jugadores de mucha calidad, pero humanamente superiores... jugadores comprometidos y leales… y entre el talento de jugadores como Antoni Molina y Robert Escamez, entre el liderazgo de Andrés Fuster, entre la fuerza de Jesús bajo tableros… Sergi destaca por su intensidad, su entrega, su fe inquebrantable en la victoria a pesar de los resultados muchas veces adversos, su esfuerzo y compromiso… su determinación a hacer lo que fuera por ser el mejor, era algo que lo obsesionaba y le llevaba a competir en cada entrene tanto o más que en los partidos, algo que nos hizo mejores a todos los demás… habían entrenes donde la intensidad, esfuerzo y la adrenalina era mucho mayor que en los partidos… a veces podías cortar la tensión que había con un cuchillo… realmente competían en los entrenes, competían ferozmente… y eso en gran parte era a las ganas de mejorar de todos… pero sobre todo de Sergi que daba ese punto extra (y yo como sabía de sus piques con Antoni pues me gustaba ponerlos a que se defendieran durante los “partidos” de entrene... saltaban más que chispas).


El segundo año infantil nos quedamos a un paso del ascenso a autonómica… una pena.
En cadete siguió siendo uno de los líderes, seguía anotando con facilidad pero empezó a destacar más por su defensa… en el segundo año cuando muchos fueron a probar a Gandia él decidió quedarse en Oliva… al final Andrés volvió y entre los dos lideraron al equipo todo el año hasta llevarlo a los play-offs de ascenso… donde volvimos a quedarnos a las puertas.
En junior comienza a tener problemas en las rodillas, ya los había tenido antes, algo que había limitado su progresión pero ahora el problema se acentuaba… eso le hizo perderse entrenes y algún partido, y muchos partidos y entrenes los hacía con mucho dolor… pero no se resignaba, no se daba por vencido y ahí seguía, cumpliendo, ofreciendo batalla, entregándose a tope. Llegó a jugar en el Sr “B”, pero sus problemas físicos y el que no podía venir siempre a entrenar hizo que se lo dejará demasiado pronto… este año ha vuelto a jugar de la mano de Rafa Mora en el Senior “A”… él lo tenía claro, quería probar, pero quería hacerse un hueco en el “A” sabiendo que iba a ser difícil hacerse con un puesto y que no iba a tener fácil tener minutos… minutos que podría haber tenido fácilmente en el “B”, pero a él nunca le ha gustado lo fácil, nunca se ha conformado con menos de lo máximo… él prefería luchar por lo más aunque se quedará sin nada… hay quien prefiere jugar 30 minutos en el “B” a hacerlo 10 en el “A”… prefieren la comodidad, el saber que tienen algo seguro… Sergi nunca fue de esos… Sergi dejaba la seguridad detrás y se embarcaba siempre en el más allá, podría conseguirlo o no, pero debía de intentarlo… así se ganó la confianza del entrenador y poco a poco fue encontrando su lugar en el equipo tras años sin jugar. Un ejemplo para muchos de lo que debe ser un jugador de equipo: tiene que ser inconformista y ambicioso, pero desde la entrega y la humildad.   

Anécdota: En un entrene siendo infantiles me enfade con el equipo porque no estaban dándolo todo en un ejercicio… los envié a correr… cuando pasaron 15 o 20 minutos les hice parar e íbamos a seguir entrenando… Sergi siguió corriendo hasta final del entrene de forma voluntaria, no se paró ni para jugar el partido, ni siquiera para beber agua…








Sergí es uno de esos jugadores que son algo más para mi, lo considero un amigo, parte de esa familia que he hecho a lo largo de los años en el baloncesto... 

“Nunca hay que olvidar de dónde venimos… que el brillo fugaz no borre las huellas profundas del pasado… un pasado que es padre del presente y futuro”

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