1.-Tim Duncan: Muy pocos dudan que el ya mítico 21 de los Spurs es el mejor cuatro de la historia. El único en su posición alrededor del cual se ha logrado cimentar una dinastía ganadora a lo largo de toda una década. Cuando llegó a la liga con su planta de 7 pies se perfilaba la figura de otro pívot dominante más, heredero de David Robinson. Fue la presencia de éste la que le desplazó a ser la segunda de las “Torres gemelas” y también lo que depuró sus virtudes hasta hacerse casi clónico de “El Almirante” en su mejor versión. Exquisitez técnica y táctica, un tiro de media distancia letal pero con un juego de espaldas y capacidad reboteadora y defensiva significativamente más devastadoras de lo que hubieran sido en una posición pura de pívot. Por tamaño siempre ha abusado de la mayoría de sus pares y por movilidad nunca se ha mostrado vulnerable. El “falso center” definitivo. Y cuidado porque Duncan no ha dicho todavía su última palabra.
2.-Sir Charles Barkley: Se hace raro ver la poco esbelta figura del“Gordo” tan alto en una lista de esta naturaleza y es que estamos hablando de un personaje que es, literalmente, una anomalía. Es increíble que un tipo lejos de los 2 metros de estatura (1,96 oficiales que no se los creía nadie) haya sido uno de los jugadores interiores más determinantes de toda la historia. Dijo que Dios le había dicho en sueños que ganaría aquella final del 93 contra Michael Jordan. Sería una broma que le gastó al desternillante bocazas, el mismo año que ya había ganado el MVP llevando a los Suns a las cotas más altas de su historia y un año después de haber ganado el Oro con el Dream Team. Ganaría otro 4 años más tarde. Sus virtudes, además de mordaz showman televisivo, era ser el cuatro más rápido y explosivo de cuantos encontraréis en esta lista, con un repertorio de recursos ofensivos y defensivos inacabable y un auténtico perro de presa capaz de atemorizar al más pintado. Podremos discutir si realmente ha sido el 2º mejor ala-pívot de la historia pero no su categoría para haber marcado a tanta gente que le recuerdan impresionados. Fue indiscutiblemente la bomba.
3.-Bob Pettit: 1 anillo con los Hawks logrado contra los Celtics de Bill Russell, 3 subcampeonatos derrotado también por ellos. 2 MVPs, 11 all-stars y 10 elecciones para el equipo ideal… en 11 años de carrera. 26,4 puntos por partido y más de 16 rebotes de promedio. Individualmente no tiene ni punto de comparación con ningún otro cuatro del que tengamos conocimiento. Se trata del Chamberlain de esta categoría. Por estatura debería de haber sido pívot, por rango de tiro y movilidad debería haber sido alero. Algo así como lo que parecía ser Gasol en sus comienzos en el Barça. Un 3 infinitamente alto. Al final, como no podía ser de otra manera, terminó ubicándose en la posición de ala-pívot desde donde no había humano que le opusiera resistencia. Valorad vosotros mismos qué pensaríamos de un jugador así de haber jugado en nuestra época. Un fuera de serie.
4.-Karl Malone: El “Cartero”, porque repartía de todo menos amor, es el prototipo del ‘4′. El “power forward” perfecto por estatura, cuerpo, fortaleza, dureza, cualidades técnicas, capacidad de sacrificio y, porqué no, mala baba. Él define mejor que nadie lo que entendemos que significa esta posición. Muchos lo consideraban hasta hace poco como el mejor de la historia aunque le faltó ganar algún anillo, eso sí. Hasta en 3 ocasiones tuvo ocasión de lograrlo pero los astros y Michael Jordan no jugaban de su lado. Sí lo hacía en el Dream Team y se llevaron el oro olímpico que repetiría 4 años después aunque sin tanto lustre. Ganó dos MVPs y es el segundo anotador más prolífico de la historia, aunque no sabemos cuantos de sus casi 37.000 puntos anotados vinieron regalados por algún genial pase de Stockton. Muy difícil de entender el uno sin el otro.
5.-Kevin Garnett: El modelo del nuevo siglo. El “super-alero” con constitución y rapidez de ‘3′ pero con estatura, envergadura, fuerza y agilidad para dominar dentro. Jugadores extremadamente versátiles imposibles de contrarrestar. Un exterior contra interiores grandes y pesados o un interior indefendible frente a aleros más bajos y/o livianos. Los registros de Garnett se miden en un MVP logrado a base de infinidad de recursos ofensivos, desde el tiro de media y larga distancia hasta el mejor juego al poste posible, pero también como mejor defensor de la temporada logrado a base de agresividad y dureza. Excelente pasador, su juego ha ido especializándose con el tiempo y ha perdido rango de tiro, pero también se ha hecho más eficaz y determinante en cada una de sus acciones. Un perfil de jugador de los que sale uno cada 50 años. Un pura sangre.
6.-Elvin Hayes: Le llamaban “Big E” como a un célebre portaviones de la marina estadounidense. Originalmente jugaba de pívot hasta el punto de plantar cara o incluso superar en su etapa universitaria al mismísimo Alcindor. Su altísima suspensión le daba para dar dolor de cabeza a jugadores más altos, pero por estatura y tipo de juego su hábitat natural era el poste alto y así se demostró en el explosivo dúo que formó junto a Wes Unseld para conseguir el anillo para Washington. Su infancia en una Lousiana todavía muy segregacionista le marcó un carácter extremadamente conflictivo, pero también forjó al jugador combativo y ultra competitivo que trasciende a la leyenda. Era brutalmente físico e intenso, excelso reboteador e intimidador, pero además contaba con un abanico de fintas, lanzamientos a la media vuelta y suspensiones que lo hacían virtualmente indefendible.
7.-Chris Webber: Es más que posible que de aquí a un cierto tiempo sólo nos acordemos de él los que le hemos visto jugar. Su nombre no aparece en ninguno de los registros inmortales de los campeones. Se veía ya que el destino no tenía reservado para él esos honores cuando a 11 segundos para la conclusión de la final universitaria del 93, 2 abajo en el marcador, pidió un tiempo muerto que no tenía, tirando así el partido por la borda en uno de los errores más tontos de la historia del deporte estadounidense. Ni siquiera quedó su nombre y el de los míticos “Fab Five” de Michigan en los anales como subcampeones pues fueron borrados a raíz de un feo asunto por haber recibido dinero para enrolarse en aquel equipo, algo tajantemente prohibido. En su etapa como profesional lo más destacable en cuanto a resultados fue otra dolorosa derrota en la final de conferencia del 2002 con aquel increíble triple en el último instante de Robert Horry. Entonces, ante tal panorama desolador ¿cómo es posible que tanta gente siga considerándolo como una auténtica leyenda? La cara buena de lo mucho que perdió es todo lo que estuvo a punto de conseguir, pero no de cualquier manera, con un estilo genial, fabuloso, plástico, imaginativo. Un modelo de baloncesto basado en la fantasía, en los sueños, lo que nos rompe la rutina que es precisamente lo que buscamos en este espectáculo. El climax de todo esto fue el juego de pase de sus Kings, junto a artistas de la talla de los “Chocolate blanco”, Bibby, Stojakovic, Christie, Turkoglu o Divac y que trasciende cualquier otra consideración. Para algunos no hay anillo que supere el disfrute de cualquier velada disfrutando de aquel juego. Nadie podría ser capaz de ponerlo en duda.
8.- Kevin McHale: Los Celtics también tienen su propio icono en el nº 32, de perfil, eso sí, radicalmente distinto al de Magic. Se trata posiblemente del mejor 6º hombre de la historia, aunque en realidad, como en tantos y tantos casos fuera un titular en toda regla. En aquel equipo mítico la eficacia era una religión. McHale lo era más que nadie. Rara vez se equivocaba o se extralimitaba. Sacaba petróleo de su envergadura y sus atípicas condiciones físicas siendo complicadísimo de superar tanto en ataque como en defensa. Extremadamente inteligente y generoso en la cancha, con una mentalidad que sólo puede entenderse en una franquicia tan ganadora como ésta. La tríada Parish-McHale-Bird está considerada como uno de los frontcourts más serios, competitivos y temidos de toda la historia.
9.-Bob McAdoo: Sería raro encontrar una lista de este tipo sin ningún Laker en ella. En realidad afirmar que “Can doo” fue un amarillo es un poco abuso del lenguaje. Cierto que la gloria la tocó en el Showtime llevándose dos anillos y dos subcampeonatos “por la patilla” (y nunca mejor dicho) pero en realidad fue un trotamundos que por entonces ya había dejado su sello en Boston, Nueva York, Detroit, y sobre todo en la extinta franquicia de Búfalo, donde verdaderamente era el “amo del cotarro”. Un anotador compulsivo con un estilo de juego rapidísimo ultra-vertical, siempre de cara al aro, con el tiro en suspensión a 4 metros como principal arma.
10.-Dirk Nowitzki: Raza blanca, tirador exterior del tamaño de un interior. El mejor europeo NBA de la historia, el único que ha logrado el MVP. El alemán es el más exterior de todos los “cuatros”, un francotirador que ha sido de lo más mortífero que ha habido en la última década. El típico killer nacido para mantener la cabeza fría y la muñeca caliente en las situaciones más comprometidas. Una pesadilla para jugadores tan pesados como los que acostumbra a medirse. Sólo la espina clavada le separa de estar más alto en el Olimpo. El maldito anillo que se le resiste, con decepciones como el 2-0 desperdiciado contra los Heat de Wade en el 2006 o el “We Believe” de los Warriors de Don Nelson. En su mano todavía queda corregirlo.
En nuestra lista se han quedado fuera nombres míticos como los de Jerry Lucas, Billy Cunningham, Dave Debuscherre o Tom Heinshon… así como el de, bajo mi modesta opinión, el siempre maltratado nombre de Rodman. Ya habrá tiempo de hablar de ellos.
Otros nombres que se barajaron fueron los de Shawn Kemp, Rasheed Wallace y, cómo no, nuestro campeonísimo Pau Gasol. Seguro que algún día podría llegar a ingresar aquí. Quién lo iba a decir hace algún tiempo.
Otros nombres que se barajaron fueron los de Shawn Kemp, Rasheed Wallace y, cómo no, nuestro campeonísimo Pau Gasol. Seguro que algún día podría llegar a ingresar aquí. Quién lo iba a decir hace algún tiempo.