Jugamos en Tavernes, cuarta vez que nos enfrentamos en esta temporada, las 3 anteriores las ganamos nosotras, fueron partidos muy apretados que se decidieron por pequeños detalles. Salimos a pista muy bien, a pesar de las bajas el equipo sale muy metido en partido, sabiendo jugar con nuestras ventajas e imponiendo el ritmo de partido que nos convenía. Realizamos una muy buena primera parte llegando al descanso con el marcador de 9-25, el único problema es la lesión de Koniba. En la segunda parte el rendimiento del equipo desciende de forma drástica, dejamos de defender con la misma intensidad, dejamos de correr, dejamos de jugar nuestras ventajas, cuando lo hacemos (muy pocas veces) lo hacemos de forma errónea, precipitada, mal seleccionada y vamos dando alas al rival. Un rival que no deja de luchar, un rival que se revela contra la situación y no deja de creer. Un rival que pasa de ser dominado a dominar, un rival que no hemos sentenciado y que ahora aprieta, recorta diferencias, nos pone contra las cuerdas y nos acaba ganando el partido de 1 punto. Un rival que es justo ganador de un partido que hemos tirado por la borda.
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