Nos tocaba jugar contra el Pedreguer en su campo, ya sin nada en juego con la primera posición de la liga asegurada, sólo con el aliciente de acabar invictas esta primera fase. El equipo se presenta en Pedreguer y antes de empezar llegan las primeras complicaciones... a Michaela empieza a dolerle la rodilla y no puede correr, con lágrimas en los ojos me dice que no puede jugar... una pena... mal inicio de día... a los pocos minutos Ainoha también tiene problemas, no puede ser ¿nos ha mirado un tuerto? ¿nos están haciendo budú?... al final si que puede jugar...
El partido no lo comenzamos nada bien, son las rivales quienes mandan en el marcador y sobretodo en el ritmo de partido... somos incapaces de imponer nuestro juego, nuestro estilo... y no lo hacemos porque jugamos muy a la nuestra, cada una por su propio camino sin importar el de las compañeras y así no podemos ofrecer lo mejor de nosotras... Pedreguer domina en ataque y defensa, nosotras no reaccionamos, si que vamos metiendo alguna canasta que otra para estar en partido pero no imponemos nuestro juego y eso es lo realmente preocupante... podemos estar más o menos acertadas cara a canasta, eso es lo de menos, pero no ser capaces de imponer ritmo, ayudas, estilo... eso si que es una señal muy preocupante... con el paso de los minutos vamos mejorando nuestras prestaciones, pero siempre lejos, muy lejos de lo que queremos, de lo que buscamos... y nos acabamos imponiendo al rival más por superioridad física y talento que por juego... hoy nos lo podíamos permitir, en la segunda fase jugando así no ganaremos ningún partido, da igual el rival, ahí no nos perdonarán la vida como lo hicieron en este partido... acabamos la fase con 8 victorias en 8 partidos, pero con un regusto amargo que nos debe de servir como toque de atención y para reflexionar mucho sobre ello.
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