Llegábamos al partido de Bellreguard con todas las opciones de seguir luchando por el primer puesto de la liga... habíamos hecho unos muy buenos últimos partidos y estábamos en condiciones de seguir acechando al líder... el partido lo comenzamos dominando en juego, apretamos mucho en defensa, recuperamos muchos balones y salimos rápido a la contra, pero fallamos una tras otra la mayoría de opciones que tenemos... entradas fáciles que no conseguimos encestar, contraataques de 3 contra 1 que no somos capaces de finalizar por no dar pases correctamente... a veces teníamos tanta ansiedad por meter la canasta que perdíamos el balón antes de poder lanzar... las prisas nos estaban matando... eso hizo que cada vez nos acelerábamos más y más forzando nuestros tiros, llegando y tirando sin ver a compañeros mejor situados... con lo que llegamos al descanso con un pobre 7-12... habíamos dominado claramente en defensa pero en ataque habíamos perdonado y lo que es peor: no estábamos jugando como equipo... todos queríamos tirar sin ver si era la mejor opción o no, daba igual que estuviéramos defendidos con un rival encima de nosotros, que estuviéramos a 6 metros de la canasta y que un compañero estuviera a un metro de la canasta solo, llegábamos y tirábamos sin pensarlo... y cada fallo nos llevaba a otro y este a otro más y así sucesivamente hasta entrar en una espiral peligrosa... tanto que ya no supimos salir de ella... eso hizo que el rival se creciera y en la segunda parte aprovecharon cada fallo nuestro para hacernos un contraataque, finalizando la mayoría de veces en entradas a canasta hasta infligirnos un parcial de 29-2 en toda la segunda parte... 2 puntos en 20 minutos de segunda parte, ese fue nuestro balance... poco más se puede decir... si jugamos como equipo seremos capaces de competir y ganar a cualquiera... pero si no lo hacemos cualquiera nos podrá ganar... necesitamos la mejor versión de todos, no de forma individual, de forma colectiva. En nuestras manos esta.
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