1 Su madre, a
paraguazos con los rivales para protegerle
En 1987, durante la Universiada de Zagreb, la aún Yugoslavia de Petrovic se
enfrentaba a Estados Unidos. En un momento del partido se produjo un conato de
pelea y varios jugadores -entre ellos Drazen- acabaron por el suelo. Biserka,
su madre, saltó a la cancha paraguas en mano y se lió a bastonazos con los
rivales. Las fuerzas de seguridad tuvieron que intervenir para separarla.
2 Madrugaba para hacer
500 tiros antes de irse al colegio
Petrovic nació con talento, pero nadie trabajó tanto como él para moldearlo.
Siendo un chaval, se levantaba a las siete de la mañana para hacer 500 tiros
antes de ir al colegio. En 1982, tras perder la Cibona la Korac ante el
Limoges, fue tal su frustración que a partir de entonces decidió entrenarse
entre seis y ocho horas diarias.
3 Una sesión de tiro de
castigo de madrugada por fallar
En la temporada 88-89 jugó con el Madrid, donde dejó muestras de su
profesionalidad. Nunca se iba a casa sin haber encestado antes 100 triples. Le
bastaba con tirar 115 ó 120 veces. Un día, falló dos tiros claves jugando en
Valladolid y el Madrid perdió. De vuelta, pasada la medianoche, pidió las
llaves del pabellón y estuvo tirando hasta las tres de la madrugada.
4 Anotó 112 puntos
(40/60) en un partido con la Cibona
En la temporada 84-85, en su primer año en la Cibona, Drazen anotó 112 puntos
en un partido ante el Smelt Olimpia. Sólo tenía 18 años, pero sus rivales
fueron incapaces de contener su caudal ofensivo. Firmó 40/60 tiros de campo y
la Cibona ganó 158-77.
5 Competitividad
extrema: su hermano, un enemigo más
En 1989, durante la semifinal de la Recopa, el Madrid de Drazen visitó a la
Cibona de su hermano Aza. Los blancos ganaban por un punto y Drazen iba a
lanzar dos tiros libres cuando su hermano, sabedor de que les eliminarían en
Madrid, le dijo que fallase para que al menos cobrasen la prima. Drazen le miró
y anotó los dos tiros. En el parqué no reconocía ni a su padre.
6 Ocho triples seguidos
para dar la vuelta a un partido
Una de sus rachas más increíbles tuvo lugar en un partido de Liga Europea entre
la Cibona y el Limoges. En el minuto 13 los croatas perdían por 19. Entonces
apareció Drazen para anotar ocho triples consecutivos y culminar, él solo, un
parcial de 24-2 con el que dio la vuelta al partido.
7 Escupitajo a Neyro y
multa ficticia por sus malos modos
En una semifinal del Torneo de Puerto Real, Petrovic se calentó porque Neyro le
había pitado una técnica y su reacción fue escupirle. El árbitro le expulsó y
el torneo quiso sancionarle dejándole fuera de la final. Pero el alcalde de
Puerto Real, Pepe Barroso, dijo que si Petrovic no jugaba suspendía el torneo.
Todo se arregló con una multa de 200.000 pesetas que Petrovic nunca pagó. Fue
un paripé.
8 Su decisión: "Si
Aíto no me quiere, habla con el Madrid"
En 1988 Petrovic estuvo a punto de convertirse en jugador del Barcelona, pero
los azulgranas tardaron mucho en decidirse. Drazen, al enterarse de su
indecisión, fue claro con su agente: "Si Aíto no me quiere, habla con el
Madrid". A los dos días, Mendoza cerró en dos minutos su fichaje en el
restaurante José Luis.
9 Un antitabaco radical
que tampoco bebía alcohol
No soportaba estar junto a alguien que estuviese fumando. Un día se enfadó con
su representante porque le firmó un contrato con Winston. Estuvo varios días
sin hablarle, hasta que vio lo que le pagaban. También odiaba el alcohol:
"Es malo para los músculos", decía.
10 El "hijo de
p..." su canción favorita en territorio hostil
Drazen era odiado en muchas canchas y antes de jugar en muchas de ellas, se
empleaba en la víspera y en el día del partido tarareando el famoso estribillo
de "Hijo de p..." que luego escucharía en las gradas contra él. Esa
cancioncilla le encantaba y le motivaba.
11 El día de su muerte,
Drazen no pudo driblar al destino
Petrovic murió el 7 de junio de 1993. Croacia acababa de jugar un partido del
Preeuropeo en Polonia. Él, tocado de un tobillo, ni jugó. A la vuelta, había
facturado su maleta, pero un amigo le invitó a pasar la noche en Frankfurt y
aceptó. Fue hacia allá en el coche de una amiga, un Golf GTI. Era un día
lluvioso, su amiga entró fuerte en una curva y el coche se empotró contra un
camión.
12 La guerra truncó la
amistad con Divac, su mejor amigo
Vlade Divac se convirtió en el mejor amigo de Drazen, una amistad forjada en la
selección de Yugoslavia desde sus categorías inferiores. En la NBA, Divac fue
su confesor cuando Petrovic no jugaba en Portland y estaba deprimido. Sin
embargo, con la guerra de los Balcanes, Drazen le retiró hasta el saludo a su
amigo.
14 El día que anotó 62
puntos en la final de la Recopa
Final de la Recopa de 1989. Petrovic anota 62 puntos y da el triunfo al Madrid
por 117-113 ante el Snaidero. Los blancos ganan el título, pero el ambiente en
el equipo quedó enrarecido. Los pesos pesados, sobre todo Fernando Martín, no
aguantaban su individualismo.
15 Hubiese sido el
escolta NBA mejor pagado tras Jordan
Cuando murió, los Nets estaban a punto de ofrecerle ampliar su contrato cinco
años más. Ganaría menos de lo que le ofrecía el Panathinaikos, pero lo
suficiente como para ser el segundo escolta mejor pagado de la NBA. Sólo le habría
superado Michael Jordan.
16 El jugador mejor pagado, pero el más desgraciado
Rick Adelman, actual entrenador de Ricky, fue su técnico en Portland, donde
apenas le dio minutos. Sólo 12,6 de media. "Soy el jugador mejor pagado de
la NBA. Estoy ganando millones de dólares por jugar cinco minutos por
partido", decía Petrovic.
17 La Liga de Petrovic
acabó siendo la Liga de Neyro
La Liga de 1989 iba a ser la de Petrovic, pero acabó siendo la de Neyro. El
colegiado cobró protagonismo en el último encuentro de la final. La ganó el
Barça después de que los blancos terminaran con cuatro jugadores por culpa de
las expulsiones y las faltas.
18 Su muerte condicionó
para mal el futuro de los Nets
Willis Reed, por entonces mánager general de los Nets, aseguró que la muerte de
Petrovic supuso un retroceso para la franquicia: "Fue devastador. El
futuro del equipo habría sido diferente con él vivo. No hay duda. Era esa clase
de jugadores que cambia el destino".
19 Las dos
supervivientes del accidente que le costó la vida
El día del accidente conducía Klara Szalantzy, novia de Drazen y que rehizo su
vida junto al ex futbolista alemán Oliver Bierhoff. También viajaba Hilal
Ebedel, una jugadora de básket que tuvo que poner fin a su carrera, perdió la
memoria y sufrió graves crisis mentales.
20 Respeto unánime de
las grandes leyendas de la NBA
Petrovic fue admirado por las leyendas de la NBA. Jordan le ensalzó: "Era
un reto jugar contra él, lo hacía todo con una gran agresividad". Phil
Jackson también alabó sus condiciones: "Habría sido uno de los
grandes". Chuck Daly, su técnico en los Nets, le adoraba: "No había
en toda la NBA un tirador con su calidad".