Partido importante el de esta semana contra un rival directo para conseguir la salvación de categoría. El encuentro requería que todos dieran de si mismos el máximo, que saliéramos metidos en partido sabiendo lo que nos jugábamos. Pero no fue así, el equipo no ofreció una buena imagen en la primera parte, con un juego muy individualista en ataque y con falta de fiereza, de intensidad, agresividad, contundencia en defensa donde dejamos jugar cómodos a los rivales que encontraron espacios que supieron aprovechar y cuando no lo hacían disponían de nuevas oportunidades tras rebote de ataque mostrando todas nuestras carencias y falta de responsabilidad individual y colectiva en la faceta defensiva. Llegamos al descanso con 11 puntos de desventaja y con malas sensaciones. Tras el descanso mejoramos la actitud defensiva, comenzamos a plantear problemas al rival en su juego de ataque, ya no jugaban cómodos y a partir de ahí comenzamos a remontar, pero muy lentamente, lo que lográbamos sacar en defensa no lo acabábamos de materializar en ataque donde fallamos más de la cuenta, incluso acciones muy claras. Pasaban los minutos y poco a poco íbamos estrechando la diferencia, sin acabar de dar el sorpaso, hasta llegar a empatar el partido para ir a la prórroga, la cual no empezamos bien y no pudimos reaccionar para salvar la situación aunque dispusimos de un triple que podría habernos llevado a una segunda prórroga. Una pena la primera parte, de haber jugado con la actitud defensiva de la segunda parte durante todo el encuentro otro gallo cantaría, pero no fuimos conscientes de la importancia del encuentro, salimos como nunca se debe de salir y lo pagamos caro.
Se gana y se pierde en equipo. Hay jugadas y momentos para todos, hay que saber ser paciente y esperar que llegue nuestro momento para influir en el partido, pero parece que esto cuesta de aprender o asimilar, hay quien piensa que si no toca balón en un par de jugadas se juega mal, hay quien piensa que solo vale meter o tirar a canasta... si no me la pasan no defiendo... Ese no es el camino a seguir. Destacar a Miquel Fontana, que durante muchos partidos su participación ha sido escasa y que poco a poco ha ido aumentando su importancia en el juego del equipo, siendo un jugador clave en la segunda parte (en la primera parte solo jugó 1 minuto, supo esperar su momento y cuando salió a jugar el nivel del equipo creció... Al final acabo jugando casi 20 minutos, y los momentos calientes, los de jugarse el partido... algunos deberían tomar nota de su ejemplo)
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