Llegamos al pabellón y hay un partido disputándose, nos quedamos en la grada esperando a que acabe, escuchando algunos comentarios de aficionados recuerdo porque no veo partidos en la grada... si fuera por algunos todo serían tiros a canasta, a todas horas sin importar nada... buuufff insufrible... En fin, comenzamos nuestro partido y lo hacemos con un ritmo muy elevado dejando claro al rival que hemos venido a dar un golpe en la mesa desde el principio y así lo hacemos en los 3 primeros periodos donde dejamos al rival totalmente KO con nuestra defensa y transiciones rápidas donde todos los jugadores se encuentran rápido y de forma efectiva. A partir del cuarto periodo el equipo baja sus prestaciones, los pases ya no son tan rápidos y perdemos velocidad, efectividad y nuestro juego se ve resentido... Empezamos a querer hacer nuestra jugada, la de cada uno y es lo peor que podemos hacer porque cuando combinamos con los compañeros somos todos beneficiados y cuando no lo hacemos nos la complicamos nosotros solos... La suma de las partes multiplica el rendimiento, eso es lo que debemos hacer.
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