Partido siempre complicado pero esos partidos se nos estaban dando bien últimamente y llegábamos en un buen momento de forma y rendimiento. El equipo no empieza bien, dejando que el rival domine desde la primera jugada, marcando su ritmo y haciendo valer su poderío físico... eso somos capaces de revertirlo con el paso de los minutos, con un aumento de intensidad y con minutos de calidad en ataque siendo capaces de ajustar el marcador, aunque en los instantes finales del segundo periodo logran un margen de 7 puntos al descanso 21-28. Tras el descanso el equipo sale muy enchufado, en 2 minutos el parcial es de 10-0 y nos ponemos por delante 31-28 obligando al rival a pedir tiempo muerto. La excitación de todo el equipo es máxima y quizás ese sea nuestro mayor pecado, no saber gestionar las emociones, tras el tiempo muerto el rival reacciona y nosotros sufrimos un estado de shock total, parcial de 0-18 para ellos (31-46) hasta que metemos un triple... un golpe demasiado duro, pero los chicos tratan de reaccionar y siguen remando en busca de la remontada... llegan a ponerse a 6 puntos y con opciones de reducir pero no aciertan y el rival golpea a base de contraataques para acabar ganando con un resultado holgado. Una pena, pero hay que aprender de estas cosas, de estas experiencias, de saber gestionar las emociones para que la sobreexcitación no nos lleve a cavar nuestra propia tumba.
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