Era una jornada importante para el equipo. Si ganábamos éramos primeras de grupo pasará lo que pasará en las últimas dos jornadas de competición. El equipo se jugaba el ser campeonas con dos jornadas de antelación. El campo donde hacerlo era complicado, con el rival más duro del grupo. Con jugadoras de fuerte carácter y complicadas de detener de forma individual, si queríamos superarlas teníamos que hacer un trabajo colectivo de nivel.
El equipo no sale a la pista bien, poca intensidad, poca concentración y muy flojas y despistadas en defensa y el rebote permitiendo que las rivales tuvieran segundas, terceras, cuartas y hasta quintas oportunidades... Parcial de 9-2 inicial y la sensación de que nos estaban pasando por encima... Con la actitud que mostrábamos era imposible competir con el rival y estábamos condenadas a perder, si queríamos evitar la derrota teníamos que cambiar radicalmente de actitud, ser más intensas y mantener la concentración en el rebote, ir a por él, hacerlo de forma colectiva y así podríamos darle la vuelta a la situación. El equipo reacciona positivamente y poco a poco va igualando fuerzas con el rival y en ataque empezamos a jugar con más movilidad y atrevimiento, así logramos ponernos por delante en el tercer período (18-21). A partir de ese momento vamos aumentando poco a poco la diferencia, teniendo algunos momentos de superioridad que aprovechamos para lograr pequeños parciales que sumados nos dan una renta importante con la que gestionar el partido hasta acabar ganando con un resultado muy generoso que no muestra la dureza del partido, mucho más sufrido y luchado que lo que muestra el marcador final.
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