Nos tocaba visitar el campo del líder invicto del grupo. El reto para el equipo era importante, además teníamos algunas bajas lo que hacía el reto aún más complicado. Pero a estas edades los jugadores no son conscientes de esas cosas (gracias a Dios) y salen siempre con la ilusión de poder competir y ganar el partido... Y eso, la ilusión, es un motor que nos hace crecer y hacer cosas que los mayores vemos cómo improbables... El partido fue de altibajos, de momentos muy buenos combinados con momentos de dudas y fallos, pero siempre dando la cara, luchando cada jugada y poniendo contra las cuerdas al rival... Perdimos el partido pero dimos la cara en todo momento. El equipo va dando pasos día a día hacía delante y aunque estamos lejos de lo que queremos somos conscientes de que estamos en el buen camino y que con mucho trabajo y más paciencia este grupo nos irá dando alegrías, aunque la mayor alegría es ver cómo se dejan la piel en la pista y eso está muy por encima de todo lo demás.
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