Nos tocaba visitar el campo del Alzira... bueno, realmente el campo estaba en Carcaixent debido a los problemas en las instalaciones de Alzira... el partido era a las 12 del mediodía, en pista exterior, con el calor que hacía. Era un hándicap importante, pero para los dos equipos, algo que deberíamos de tener en cuenta a lo largo del encuentro. Sería importante dosificar el esfuerzo de las jugadoras en la distribución de periodos.
El partido no puede comenzar mejor para nosotras, que salimos a la pista con una intensidad muy elevada en defensa, parecemos leonas hambrientas que no se han llevado un trozo de carne al paladar en días... y en los primeros minutos olemos la incertidumbre, las dudas del rival y vamos a por nuestra presa con todo lo que tenemos, nos multiplicamos en defensa, acorralamos al rival al que sometemos mostrando nuestras mejores armas... el parcial es demoledor en este periodo inicial (0-12).
En el segundo periodo bajamos el nivel, lo que aprovecha el rival para recortar diferencias con un parcial de 6-3 (6-15)... aun queda mucho partido y debemos reaccionar de nuevo, no podemos confiarnos... y así lo hacemos en el tercer periodo recobramos la energía, la intensidad, la lucha, volvemos a dominar a un rival que no sabe reaccionar ante el empuje constante de las nuestras, el parcial es solo de 2-5 a nuestro favor pero podría haber sido mucho mayor de haber afinado la puntería, lo importante era que habíamos pasado a dominar el encuentro de nuevo, que las teníamos donde queríamos y que solo faltaba rematar la faena (algo de suma importancia).
En el cuarto periodo si estamos acertadas y el desgaste y el cansancio empieza a hacer mella en el equipo rival que no sabe como superar nuestra fuerte presión, que no sabe como frenar nuestras transiciones rápidas, que se ven superadas en cada acción en ambos lados de la pista y con un parcial de 5-13 llegamos al descanso con una renta importante: ¡¡¡13-33!!! La última vez que jugamos contra este equipo en Alzira nos ganaron con cierta comodidad. Ha pasado mucho desde entonces y el equipo ha crecido desde entonces. Pero estábamos solo en el ecuador del partido y nunca hay que confiarse ni relajarse.
En el 5º periodo las fuerzas se igualan, ambos equipos juegan con todo lo que les queda dentro, las rivales viendo el partido perdido se lanzan a la desesperada, como un animal herido que se niega a morir sin ofrecer batalla, que sabiendo que le queda poco de vida está dispuesto a herir al cazador... y así en el intercambio de golpes el rival se muestra más acertado que nosotras, parcial de 10-4, demasiada diferencia para lo visto en el campo, sí, habían sido ligeramente mejores pero no para ese 10-4 de parcial, pero si las opciones que tienes no las concretas pasa lo que pasa... No me preocupaba el parcial, jugando así era cuestión de esperar a que entrasen nuestras entradas y tiros y saber que el rival no iba a estar siempre así de acertado con una defensa como la que estábamos haciendo de intensa... el problema era que podían empezar a creer en la remontada, y un equipo que cree es doblemente peligroso.
Llega el sexto periodo y hacemos agua por todos lados, en ataque nos precipitamos en cada acción cometiendo multitud de errores y lo peor es que empezamos a jugar de manera individual olvidando el juego colectivo, las jugadoras ya no actúan como un bloque en ataque, lo cual es un problema importante que podría tener solución de estar acertadas en las definiciones... pero no estamos acertadas en ninguno de nuestros ataques... y ahí aparece el problema mayor, cuando un equipo no es generoso en ataque deja de ser solidario en defensa, donde el agujero es tremendo como se nota en nuestros balances defensivos donde en muchas ocasiones defendemos 1 o a lo sumo 2 jugadoras las transiciones de 3, 4 y hasta las 5 jugadoras rivales, siempre estamos en inferioridad y eso lo aprovecha el rival para hacer un parcial de 9-0 en este periodo que se queda corto para lo visto, gracias a que ellas también fallan acciones muy sencillas como habíamos hecho nosotras a lo largo del partido... el marcador es de 32-37... solo nos separan 5 puntos, y lo peor, la dinámica de juego se ha decantado en su lado, la presa se ha convertido en cazador y el cazador desarmado y sin munición se ha convertido en la nueva presa...
Hay que tomar decisiones a corto y a largo plazo... a corto plazo hay que modificar el sistema defensivo y a largo plazo hay que hacer ver a las jugadoras que no podemos hacer la guerra por nuestra cuenta, que se juega en equipo desde el principio hasta el final, que hay que ser siempre generosas en ataque, y más cuando la situación es critica y que hay que ser más solidaria en defensa... y quien no lo haga jugará menos minutos... se premia el esfuerzo, la generosidad, la entrega, el sacrificio, la solidaridad, el juego colectivo... así que vamos a acabar estos 2 periodos con un mismo quinteto, sabiendo que corremos el riesgo de perder el encuentro por un agotamiento que acabará surgiendo más pronto que tarde y más con el sol que caía sobre el campo de juego... pero da igual, de nada vale una victoria si no aprendemos... y hoy tocaba aprender que por mucha que sea la diferencia a nuestro favor no podemos pensar más en nuestro tiro que en el juego colectivo que es el que nos va a hacer anotar... que por mucha que sea la diferencia no podemos dejar de defender con toda la intensidad, entrega y agresividad, pues cada canasta importa, porque no hay nada ganado hasta el final... podemos estar más o menos acertadas, nadie las mete todas... pero lo que es innegociable es el esfuerzo y la unión de las jugadoras dentro de la pista a la hora de atacar y defender...
El séptimo periodo aguantamos el resultado en base a la defensa, permitimos muy pocas opciones rivales, aunque en ataque nosotras somos presa de los nervios y no estamos acertadas, parcial de 4-2 en este periodo que deja el partido en un pañuelo, 36-39, a falta de jugar el último periodo. Las jugadoras están agotadas, reventadas, no pueden con su alma... pero les queda un periodo por jugar, es lo que había decidido y así iba a ser... ellas serían las que ganarían o perderían el encuentro... no, mejor dicho, ellas son las que ganarían el partido, de perderlo sería por mi culpa, por mi decisión de no darles descanso, porque sabía que dando respiro a algunas de ellas el partido sería nuestro sin lugar a dudas, porque sabía que las jugadoras del banquillo de salir al campo lo harían bien y nos darían un nuevo impulso para ganar... era consciente de ello, pero no... no era el mensaje que quería dar, no era ganar por ganar... no me vale ganar un partido para cometer los mismos errores en el futuro... ganaríamos o perderíamos, pero la lección debería quedar para próximos partidos...
Comienza el octavo periodo y lo hacemos con dos canastas rápidas a nuestro favor, de Irene y de Carla, que nos ponen 7 puntos arriba (36-43) y sobre todo nos insuflan energías renovadas. A partir de ahí grandes defensas de los dos equipos pero donde nosotras nos sentimos más "cómodas" al ir por delante en el marcador... las rivales no se rinden y atacan con todo, pero sabemos repelerlas, y en una de esas somos capaces de recuperar, sacar una contra y meter una nueva canasta en manos de Carla, gracias al trabajo defensivo de todas... 36-45 a falta de minuto y medio, el partido estaba ya en nuestras manos... las jugadoras estaban muertas de cansancio, derruidas, solo se mantenían en pie por ver el final tan próximo... sacaron fuerzas de donde ya no quedaban y a pesar de que el rival no se rendía ellas seguían luchando cada jugada defensiva... al final el rival anoto 2 canastas en el último minuto, pero no había tiempo para más... 40-45 final. Se acabo ganando un partido en el que no deberíamos de haber sufrido tanto y del que espero que todas hayan aprendido algo, de no ser así de poco nos habrá servido todo lo sufrido, en el campo y en el banquillo.
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