Fernando Romay...

El único jugador español que puede presumir de haberle puesto 2 tapones a Michael Jordan...

 

 

El "primer" jugador alto de nuestro baloncesto... en España siempre habíamos carecido de jugadores altos para competir contra las grandes potencias del baloncesto... URSS, Yugoslavia, Grecia, Italia... pero apareció Romay con sus 2 metros y 13 centímetros y nos dio esa altura en la pintura que nos permitiría competir con más garantías contra los cocos europeos... siempre habíamos tenido talento en la línea exterior, pero nos faltaban centímetros en la pintura, Romay los tenía... no era el mejor jugador de la selección ni del Real Madrid... no era un jugador de gran talento, ni un desparpajo de recursos técnicos... pero era un bregador dentro de la pintura, un coloso en defensa, un jugador que intimidaba a muchos rivales y a los mejores pivots de su tiempo les hacía frente sin amilanarse... cuando otros agachaban la cabeza él se ponía frente a esas leyendas que campaban por las pistas en los 80... Aquellos tiempos no son como los de ahora... a principios de los 80 no existía el triple y a mediados cuando se estableció la línea de 6,25 el juego aun no había evolucionado hasta lo que es en la actualidad... casi un concurso de triples en los partidos... entonces se jugaba mucho dentro de la pintura... cuanto más cerca tires más opciones de meter canasta... pero eso también lo sabían las defensas que poblaban las zonas cercanas al aro... los pivots se limitaban a recibir alto, girarse y tirar, como mucho un bote de balón, dos botes de balón ya era excesivo... siempre aparecían manos molestando... y Romay sin ser el mejor de aquellos pívots supo hacerles frente y sobrevivir de forma más que notable...

 

Romay... ese pívot que nos hizo ser un poquito más grandes... aquel que podía mirar a los ojos a los grandes pívots europeos...

 

Y como persona un auténtico 10... noble, sencillo y tremendamente cercano al público, a la gente que le adoraba por su forma de jugar pero sobretodo por su forma de ser... un ser genuino, dicharachero, bromista y con un gran humor... por eso es uno de los jugadores más queridos por el pueblo español a lo largo de la historia...

 



En Madrid encontré un mundo de mi talla

Romay: el más alto de un tiempo