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lunes, 19 de marzo de 2018

Alevin: Calpe ... 6 - 46 ... C.B. Oliva "El Mosset"

"No es fácil levantarse en un día gris. El Diablo siempre sostiene tus párpados.” Pero éste sábado tocaba hacerlo... había que madrugar para preparar la mochila, la comida y todo lo necesario para pasar el día fuera de casa... porque no solo íbamos a jugar un partido por la mañana en Calpe, además aprovecharíamos el viaje para subir el Peñón de Ifach... así que de buena mañana ya me imagino a los padres despertando a sus hijo, preparando las mochilas, desayunando, preparando los bocadillos, llenando las bolsas de comida, que si papas, que si aceitunas, que si salchichón, queso, jamón, cacahuetes, manzanas, plátanos...
Salimos en autobús a las 8:15h desde el pabellón de Oliva, bueno, la verdad es que salimos con 5 minutos de retraso, siempre hay alguien al que se le apegan las sabanas... pero íbamos bien de tiempo... pronto llegamos a Calpe, los viajes de ida siempre pasan rápidos...
Nos tocaba jugar en el nuevo pabellón, no lo había visto aún, y la verdad es que es muy funcional, con 3 pistas transversales y una central donde jugamos... una cosa así deberían hacer en Oliva, no debe de costar mucho, seguro que mucho menos que otras construcciones con mucha menos utilidad...
Tocaba centrarse en el partido, porque aunque parezca mentira habíamos ido a jugar un partido de baloncesto, aunque la mente de todos estaba puesta en lo de después... salimos de inicio con algunas normas de juego para que el partido no se convirtiese en un robo de balón y canasta fácil... desde el principio limitamos el bote de balón de los jugadores y obligamos a hacer un balance rápido tras canasta convertida, así dejábamos jugar al rival y nosotros trabajábamos algunos conceptos para futuros encuentros. El partido pronto se rompió como era de esperar dada la diferencia de nivel entre unos y otros, con el paso de los minutos se fue cayendo en la monotonía, nadie celebraba las canastas, ni la grada que parecía estar anestesiada, más o menos igual que los banquillos de ambos equipos y casi que de algunos jugadores dentro de la pista... pero encontramos un nuevo reto que nos hiciera despertar de ese letargo, que todos los jugadores del equipo metieran una canasta, que no se quedase nadie sin anotar... pronto lo fueron consiguiendo todos y cuando solo quedaba por anotar un jugador empezaron todos a buscarlo, a veces de forma acelerada, precipitada y demasiado descaradamente... y las primeras opciones que tuvo no las materializo y eso le metió presión, la grada se fue dando cuenta de lo que estaba pasando y se les paso la modorra, "despertaron" del letargo en el que estaban sumidos y empezaron a animar de nuevo... mientras todos los jugadores buscaban a su compañero, una y otra vez, y otra y otra... pero la pelotita no quería entrar, se salía, rodaba alrededor del aro y se salía la puñetera... cuando quedaba menos de medio minuto recuperamos un balón, contraataque solo cara a canasta pero no, se vuelve a salir de dentro ¿habría un fantasma haciendo tapones desde dentro del aro? era inexplicable como se salían algunas... volvemos a recuperar balón, recibe y lanza... falla... ya no queda tiempo, va a acabar el partido... pero espera, robo, pase rápido, lanza, suena el silbato de final de partido y el balón aún por el aire entra... en el último momento entra la canasta, todos los jugadores se abalanzan sobre su compañero y hacen una piña encima de él... eso es un EQUIPO... todos buscaban el premio para un compañero que se lo merecía por el trabajo desempeñado, son conscientes de que la suma de todos es mayor que las individualidades y que juntos son mejores que por separado... demostraron su falta de egoísmo, su asombrosa generosidad... y eso es mucho más importante que una victoria o una derrota.
Una vez acabado el partido, sin demora nos fuimos a subir el Peñón... la subida se empezó con muchas ganas, pero conforme nos íbamos acercando a algunos les parecía que no se podía subir hasta el final ¿Cómo vamos a subir ahí? Suele pasar cuando vemos a un equipo desconocido en la otra parte del campo ¿Cómo serán? ¿podremos ganarles? ¿serán muy buenos? ¿mira lo altos que son? y es que ante lo desconocido tendemos a dudar de nuestras posibilidades, de nuestro rendimiento, de nosotros mismos... luego comienza el partido y vemos que los rivales son como nosotros, que hay de todo, mejores y peores, pero personas como nosotros y que dando lo mejor que llevamos dentro podremos ganar o perder pero siempre competir sin que nadie se coma a nadie... y así fuimos ascendiendo, poco a poco, porque éramos unos cuantos entre jugadores, padres, madres, hermanos pequeños... hasta que llegamos a la cima... cada uno sobre su propio pie, porque en la montaña no hay atajos posibles a la cumbre, se debe subir paso a paso, por nosotros mismos... pero siempre es más sencillo hacerlo en compañía, con tus amigos, que en los momentos de flaqueza, en los momentos que piensas en abandonar y bajar te animan a dar un paso más, y otro y otro... y juntos consigues llegar a sitios donde por ti solo no hubieras llegado y te das cuenta que sí, que realmente puedes hacerlo, que solo tienes que tener voluntad de hacerlo...
Una vez subido el Peñón, y tras las fotos de rigor y contemplar las vistas hasta donde se pierde el horizonte tocaba bajar de nuevo... nos lo tomamos con calma pues es en las bajadas y no en las subidas donde se encuentran los mayores peligros... entonces empezó a girarse poco a poco el viento, menos mal que ya estábamos bajo cuando creció su fuerza... tuvimos que cambiar de planes, ya no podíamos ir a comer a la zona del puerto, con ese viento imposible... así que nos fuimos al polideportivo con intención de comer en el bar, pero mala suerte, estaban cerrando... así que ni cortos ni perezosos nos sentamos en la acera y nos dispusimos a comer ahí mismo, con el autobús como barrera contra el viento... y es que da igual donde, lo importante es con quien estás... 

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