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viernes, 28 de marzo de 2014

Los mejores "3" (aleros) de la Historia (publicado en 2009)

1.-Larry Bird: El mejor jugador blanco de todos los tiempos. Pasados 30 años sus números mareantes nos resultan de ciencia ficción, más aún con las condiciones que tenía. No era rápido ni era fuerte pero tenía una cabeza que funcionaba eternidades más rápido que la del resto, con precisión matemática, el temple de un cirujano y el instinto de un velocirraptor. Con todo, explicar cómo era posible tal excelencia en todos y cada uno de los aspectos del juego, tanto ofensivos como defensivos, es algo que roza lo paranormal comparándolo con los jugadores que acostumbramos a ver ahora. Su duelo contra Magic es la sublimación del baloncesto. La edad de oro de la liga. Y no salió mal parado: Rookie del año, 3 MVPs, 3 anillos… Lo logró todo. Imposible imaginar un Dream Team donde él no estuviera.
2.-Julius Erving: El carismático “Doctor J”. El pionero de los grandes “voladores” de la liga, obsesionado con crear poesía en el aire. Llegó a la liga algo tarde pues era el icono de la extinta liga ABA, con el balón tricolor y la invención de los concursos de mates. Verle saltar desde la línea de tiro libre, con aquel “afro” al viento y el balón cogido como una mandarina es una imagen que marcó un antes y un después en la historia del baloncesto. Durante aquel período, sus promedios de 30 – 10 (o incluso 30 – 20 en su primera temporada) parecían imposibles para un alero de algo menos de 2 metros. Cuando fue fichado por los Sixers de la NBA, a los 26, su aportación se volvió más “humana” pero le dio para ganar 3 títulos de máximo anotador, un MVP y un anillo. Sus maravillas continúan haciendo furor en todos los recopilatorios de highlights históricos. Espectáculo puro sin despreciar la eficacia. El ídolo de Michael Jordan.
3.- Elgin Baylor: El maldito. 8 finales de la NBA y 8 derrotas, 4 de ellas en 7 partidos a cual más dolorosa. Se trata de otro extraterrestre que hacía temporadas de 40-20 con sólo 1,96m de altura. Pero con los todopoderosos Celtics de los 60 mordió hueso. No hubo nunca un solo hombre que pusiera en mayor problemas a aquel equipo, o al menos así lo aseguraba Auerbach. El auténtico “superman” sometido a la kriptonita del juego colectivo. Aún así siempre disfrutó de honores de campeón por allá donde pasó. Podemos imaginarnos qué hubiera sido de haber logrado 4 o 5 anillos. Lo que no se entiende es cómo es posible que con ejemplos como éste todavía salgan algunos pretendiendo ganar solos. Supongo que será la falta de memoria.
4.- Adrian Dantley: Otro extraño caso de víctima del destino. Fue anotador demoledor, de los más efectivos de la historia, por encima incluso de los más grandes pívots y ni que decir cabe, por encima de cualquier exterior que os pueda venir a la cabeza. Un alucinante 55% de acierto de promedio en toda su carrera y eso que no se trataba de un buen tirador. ¿Cómo fue posible? Su juego al poste era individualmente imparable. Era bajo para su posición, pero fortísimo, pesado y con un centro de gravedad a ras de suelo. Una tanqueta que hacía imposible resistirle la posición a los aleros convencionales. Había quienes optaban por asignarle su defensa al ala-pívot así que os podéis hacer una idea del desbarajuste que llegaba a causar. Después con una rápida suspensión infalible a 3-4 metros, un primer paso demoledor y un amplio abanico de fintas tenía recursos suficientes como para anotar prácticamente cuando le daba la gana. Por desgracia para él nunca encontró su lugar para alcanzar el olimpo. Representó el “antes” de equipos históricos, de los Lakers de Magic, de los Bad Boys, de los Jazz de Stockton y Malone, pero siempre fue traspasado justo antes de poder saborear las “mieles del éxito”, se dice, por un problema de inadaptación y por su estilo absorbente de juego. Alcanzó la final con Detroit en el 88, cuando a duras penas los Lakers se impusieron en 7 partidos. No se hablaba con nadie de aquel equipo y su traspaso por Marc Aguirre fue exigencia expresa de Isiah Thomas. La temporada siguiente, sin él, caería el anillo. La historia de su vida.
5.- Alex English: La década 80 fue el imperio absoluto de Magic, Bird y el monotema Lakers vs Celtics y viceversa. Durante este periodo difícil para el resto de las franquicias pasaría casi desapercibido para las generaciones posteriores el equipo más ultraofensivo y espectacular de toda la historia. Los Nuggets de Doug Moe liderados por English, junto a Vandeweghe que llegaron a ametrallar a sus rivales con nada menos que 125 puntos por partido. En este estilo de juego vertiginoso y deslumbrante English se sentía como pez en el agua. Con más de 2 metros de estatura, unos brazos larguísimos, alta movilidad y una gran capacidad de salto,  tenía una suspensión que el resto sólo podía divisar de lejos. Él fue el máximo anotador de la época dorada del baloncesto, cosa que se dice pronto. Éste es el modelo con el que después hemos disfrutado de los Kings de Adelman, los Suns de D’Antoni o más recientemente los directos herederos en los nuevos Nuggets de George Karl y Carmelo. Por desgracia para todos ellos,  siempre ha tenido su talón de Aquiles en una floja defensa y el resultado de momento es no alcanzar ni una sola final entre todos. Esperemos por el bien del baloncesto que eso cambie algún día.
6.-Dominique Wilkins: El “Highlight” humano. El sentido más brutal del espectáculo. Redefinición del “Monster dunk” o el “Tomahawk” a una o dos manos. La potencia más desatada poniendo a prueba como nunca la dureza de los aros. Cuando él se proponía anotar a su manera más valía apartarse del camino. Un auténtico animal con uno de los físicos más impresionantes de la historia. Su importancia no se traduce en honores colectivos. Habían pocas migajas para repartir, las que dejaban los duelos entre Bird y Magic., así que a sus humildes Hawks no era posible que le cayera ninguna. Pero los que le hemos visto no podremos removerlo de nuestras retinas. Aquellos duelos de mates contra Jordan o Spud Webb hicieron nacer miles de aficionados por todo el mundo. A tirar ahora mismo del Youtube que lo podéis flipar. Ya ha pasado demasiado tiempo sin que le vemos machacar a quien se le ponga por delante.
7.-Scottie Pippen: El secundario por excelencia. El escudero de “su majestad”. La figura de Jordan le ensalza y le devora al mismo tiempo hasta el punto de dudar si era algo sin la grandeza del 23 dándole la sombra. “Algo” parecía ser. Extraordinario defensor, cada cosa que hacía en ataque rebosaba clase. Era un 2,01 que podía ejercer de base o rebotear y jugar al poste como un ala-pívot. Podía correr, podía tirar y podía penetrar. Uno de los jugadores con una mayor combinación de versatilidad y talento que hayan pisado la liga. Pero con todas sus virtudes, quizás la más importante fue asumir con honradez un papel demasiado oscuro para alguien de su talento. Hay quien lo interpreta como un defecto: Falta de ambición, como para ganar 6 anillos y ser pieza clave en los dos mejores equipos de la historia, los Bulls de los 90 y el Dream Team. Todo es opinable.
8.-John Havlicek: Hondo era el jugador exterior total. Una piedra en el muro de las lamentaciones en el que se convirtieron aquellos Celtics. De base, escolta o alero, de entrada era un defensor asfixiante. El “¡Havlicek steals de ball!!” es frase mítica en la historia del baloncesto, aunque paradójicamente ni siquiera sepamos cuantos robos acumuló en su carrera. Eficaz reboteador, en ataque era muy buen distribuidor y anotador. Pocas dudas tenemos de que sus prestaciones hubieran mejorado aún más de existir línea de tres. Siendo “actor de reparto”, como todos en aquellos Celtics de Auberbach, su papel “secundario” llegó a alcanzar casi los 30 puntos, 9 rebotes y 7,5 asistencias de promedio en alguna temporada. Casi nada. 8 anillos de puro mito.
9.-Richard Francis Dennis Barry III/ Rick Barry: El único jugador de la historia con el título de máximo anotador de la NCAA, la ABA y la NBA. Un jugador altísimo para la época y la posición, por encima de los 2 metros, y como buen patriarca de la saga Barry de fundamentos perfeccionistas, aunque no lo era tanto su carácter competitivo, de difícil digestión para todo el mundo. Ofensivamente era imparable y, desde la línea de tiros libres, infalible. Sumando toda su carrera, incluida la ABA, sólo Baylor, Chamberlain y Jordan anotaron más que él durante todo el siglo XX. Con los Warriors fue capaz de ganar un anillo y un subcampeonato. Qué hubiera dado Don Nelson por tenerle a sus órdenes… aunque lo mismo le hubiera puesto a jugar de pívot. No os extrañe.
10.-James Worthy: Ser la punta de lanza del “Showtime” te convierte automáticamente en leyenda. Ningún tipo de 2,06 ha corrido así el contraataque. En ese equipo sabías que si eras rápido tenías muchas posibilidades de reventarla y Worthy ahí era una flecha imparable cuando llegaba lanzado. En la regular era un buen jugador… pero llegaba la postemporada y cuidado, que todo en él crecía. Más fuerte, más rápido, más alto… e incluso menos feo. Cualquiera decía que entonces que era la tercera espada de Jabbar y Magic. 3 subcampeonatos y 3 anillos. MVP de las finales del 88. Nadie le obligó a correr hacia detrás al “Pájaro” como lo hizo él.

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