CON EL “DESEO DESMEDIDO” POR BANDERA
El veterano maestro de maestros Pepe Laso está actualmente trabajando con jóvenes promesas del colegio San Agustín de Madrid. Para llegar a jugar arriba considera que lo más importante es tener “deseo desmedida por conseguirlo” y él se convierte en el mejor modelo. Muestra pasión por seguir enseñando a cambio de un único sueldo, el de la ilusión de poder ver reflejado algún día su trabajo con estos jóvenes.
Pepe transmite ganas de hacer las cosas por contagio. Considera que los jóvenes deben estar dispuestos siempre a dar un poco más y que el cansancio no debe hacer mella en aquellos que están capacitados para lo máximo.
El trabajo de técnica individual es el que debe dar los frutos deseados. Él no se fija en las jugadas, solo en los gestos técnicos y trata de ser visionario y adivinar lo que los chavales pueden dar en el futuro y no en lo que están dando ahora.
El tiro es una herramienta fundamental para el jugador. Considera que se trabaja poco. “Hay que meter todas las semanas al menos 200 tiros”.
Pero aunque Pepe se centra mucho en su trabajo en los aspectos de técnica individual ofensiva, no deja ni mucho menos de lado la defensa en sus comentarios: “El concepto en defensa no es defender el balón, es recuperar el balón”, “Todos al balón, no más de dos con el balón y el último atacante solo”, son algunas de sus frases sobre la defensa. Da mucha importancia al ser agresivos en defensa y no permitir que el ataque lo tenga fácil y mueva el balón a su antojo. Para ello considera fundamental la defensa agresiva de la línea de pase, aun regalando puertas atrás.
Le gusta el trabajo físico que deja al jugador preparado para el trabajo técnico, pero que no le quita al jugador la chispa que luego él necesita para su trabajo.
El momento de retirarse llegará cuando no tenga ilusión y deseo, pero eso es algo que todavía no se vislumbra en el camino.
Cada conversación con él se convierte en un improvisado clinic. Le gusta hablar y hablar de baloncesto. Solo necesita alguien con ganas de querer escuchar y aprender de su experiencia. Entonces el clima necesario para desarrollar su maestría estará creado y el gran maestro impartirá una nueva clase. ¡Gracias profesor por seguir derrochando pasión y buscando con tanto empeño que sigan apareciendo “alpinistas” por en tu camino!
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