Si no el mejor jugador de todos los tiempos, Oscar Robertson sí que es, sin ninguna duda, el jugador ofensivo más versátil de la historia de la NBA. Y es que Robertson era (y todavía es) el rey del triple doble, un prodigio capaz de anotar, asistir y rebotear desde cualquier posición con suma facilidad. No en vano, The Big O es el único jugador de la historia del baloncesto profesional que ha sido capaz de promediar un triple doble durante toda una temporada.
Oscar Robertson fue un jugador extraordinariamente dotado tanto a nivel técnico como físico. Hasta los 20 años, Robertson jugó en la posición de alero, destacando por encima de todo su capacidad para anotar indistintamente desde dentro y fuera de la botella. Su tiro exterior obligaba al rival a abrir la defensa pero si la defensa se abría demasiado, entonces Robertson optaba por penetrar a canasta. A los defensores altos, Robertson les rompía la cintura, a los bajos, los llevaba al poste bajo, a ambos, los machacaba con su repertorio de fintas y amagos combinados con su letal tiro en suspensión. Y por si esto fuera poco, cuando el rival optaba por una defensa de 2 contra 1 para deternerlo, entonces Robertson asistía al compañero desmarcado. Nunca hubo un jugador tan increíblemente versátil y capacitado para el baloncesto ofensivo.
Entre otras cosas, The Big O fue el inventor del lanzamiento en suspensión hacia atrás, el famoso fade away que años más tarde popularizaría un tal Michael Jordan. Pero Robertson era algo más que un buen alero, pues además de anotar y capturar rebotes, el joven de Charlotte tenía otra virtud que lo hacía diferente a los demás: un dominio del balón y una visión de juego más propia de un base que de un alero. En definitiva, era el jugador total.
Nacido en 1938, la leyenda de Oscar Robertson empieza a finales de los cincuenta cuando su juego revoluciona el baloncesto universitario. En la NCAA, Robertson jugó de alero promediando más de 30 puntos, 15 rebotes y 7 asistencias por partido. Tres años en la universidad, tres años máximo anotador (cuando Robertson abandonó la universidad, nadie había anotado más puntos; actualmente es la segunda mejor marca por detrás de Pete Pistol Maravich), 3 títulos de mejor jugador universitario y 2 Final Four (pero 0 títulos de campeón).
Durante su paso por la universidad de Cincinnati, el joven alero a menudo subía el balón y dirigía el juego jugando momentáneamente de base. Con el tiempo, Roberton dejó la posición de alero para convertirse en un base de 195 cm y 100 kg de peso. Sólo Magic Johnson ha causado un impacto similar en la NBA. En los años 60, los bases eran jugadores de 185 cm y 80 kg, incapaces de cubrir o luchar contra un gigante de 195 cm y 100 kg. Con un juego mezcla de base puro y alero anotador, Robertson se convirtió en el mejor base ofensivo de todos los tiempos.
A principios de 1960, Robertson terminó sus estudios universitarios, fue elegido por los Royals de Cincinnati como número 1 del draft y poco más tarde, en verano, formó parte del equipo olímpico de baloncesto de los Estados Unidos. En Roma se vio el mejor equipo amateur de todos los tiempos. Los dos capitanes eran ni más ni menos que Oscar Robertson y Jerry West, dos bases que acabarían anotando, entre los dos, más de 50.000 puntos en la NBA. Les acompañaban, entre otros, los futuros Hall of Fame Walt Bellamy y Jerry Lucas. Evidentemente, con tales jugadores, el equipo americano volvió a casa con una medalla de oro.
Poco después de los juegos olímpicos, Oscar Robertson se convirtió en jugador profesional de la NBA.
El equipo de Cincinnati, los Royals, tenían un alero anotador llamado Jack Twyman que con la llegada de Robertson pasó a ser la segunda referencia ofensiva del equipo. Jugando al lado de Oscar, Jack tiraba menos pero en mejores condiciones, de modo que anotaba menos pero con mayor efectividad en los tiros de campo. El entrenador de los Royals (Charles Wolf) basó toda su estrategia ofensiva en sus dos grandes anotadores de perímetro, limitando las tareas ofensivas de los jugadores interiores a simples muros o pantallas para que Oscar y Jack pudieran desmarcarse y lanzar mejor o para completar pick and rolls con Oscar. Con esta peculiar filosofía de juego, los Royals consiguieron el mejor ataque exterior pero también condenaron el rebote ofensivo y gran parte del juego interior.
Durante su paso por la universidad de Cincinnati, el joven alero a menudo subía el balón y dirigía el juego jugando momentáneamente de base. Con el tiempo, Roberton dejó la posición de alero para convertirse en un base de 195 cm y 100 kg de peso. Sólo Magic Johnson ha causado un impacto similar en la NBA. En los años 60, los bases eran jugadores de 185 cm y 80 kg, incapaces de cubrir o luchar contra un gigante de 195 cm y 100 kg. Con un juego mezcla de base puro y alero anotador, Robertson se convirtió en el mejor base ofensivo de todos los tiempos.
A principios de 1960, Robertson terminó sus estudios universitarios, fue elegido por los Royals de Cincinnati como número 1 del draft y poco más tarde, en verano, formó parte del equipo olímpico de baloncesto de los Estados Unidos. En Roma se vio el mejor equipo amateur de todos los tiempos. Los dos capitanes eran ni más ni menos que Oscar Robertson y Jerry West, dos bases que acabarían anotando, entre los dos, más de 50.000 puntos en la NBA. Les acompañaban, entre otros, los futuros Hall of Fame Walt Bellamy y Jerry Lucas. Evidentemente, con tales jugadores, el equipo americano volvió a casa con una medalla de oro.
Poco después de los juegos olímpicos, Oscar Robertson se convirtió en jugador profesional de la NBA.
El equipo de Cincinnati, los Royals, tenían un alero anotador llamado Jack Twyman que con la llegada de Robertson pasó a ser la segunda referencia ofensiva del equipo. Jugando al lado de Oscar, Jack tiraba menos pero en mejores condiciones, de modo que anotaba menos pero con mayor efectividad en los tiros de campo. El entrenador de los Royals (Charles Wolf) basó toda su estrategia ofensiva en sus dos grandes anotadores de perímetro, limitando las tareas ofensivas de los jugadores interiores a simples muros o pantallas para que Oscar y Jack pudieran desmarcarse y lanzar mejor o para completar pick and rolls con Oscar. Con esta peculiar filosofía de juego, los Royals consiguieron el mejor ataque exterior pero también condenaron el rebote ofensivo y gran parte del juego interior.
Los Royals quedaron últimos de su división pero Robertson rompió moldes con unos números estratosféricos: 30,5 puntos, 10.1 rebotes y 9.7 asistencias por partido; o lo que es lo mismo, el tercer mejor anotador de la liga (sólo por debajo de Wilt Chamberlain y Elgin Baylor) y mejor pasador de la liga, superando incluso la mejor marca del mítico Bob Cousy. Había nacido The Big O.
No menos impresionante fue el debut de Oscar Robertson en un All Star: 23 puntos, 14 asistencias y 9 rebotes. Con 22 añitos, The Big O fue nombrado MVP del partido de las estrellas. Además, batió el récord de asistencias de Bob Cousy en un All Star.
Durante la década de los sesenta, Robertson promedió más de 30 puntos en 6 temporadas distintas –sólo Wilt Chamberlain y Michael Jordan han promediado más de 30 puntos en más de 6 temporadas distintas- y también fue en 6 ocasiones el mejor pasador de la NBA –sólo Bob Cousy y John Stockton han sido los mejores pasadores de la NBA más de 6 veces a lo largo de su carrera. Sin embargo, y pese a estos increíbles números, Robertson siempre estuvo eclipsado por la tiranía de Wilt Chamberlain a nivel individual y los Celtics de Bill Russell a nivel colectivo.
Estadísticamente, la mejor temporada del base de los Royals fue, sin ninguna duda, la 1961-62. Ese año, The Big O promedió 30.8 puntos, 12.5 rebotes (su mejor marca como profesional) y 11.4 asistencias (batiendo su propio récord de asistencias en una temporada), o lo que es lo mismo, promedió un triple doble durante toda una temporada. Después de esta sensacional campaña, los Royals entraron en los playoffs pero cayeron en la primera ronda.
En la siguiente temporada, la 1962-63, Robertson bajó ligeramente sus números (28 puntos, 10 rebotes y 9.5 asistencias por partido) pero los Royals consiguieron desafiar a los poderosos Celtics en la Final de la Conferencia Este. “Es tan bueno, que hasta da miedo jugar contra él” dijo el entrenador de los Celtics, el mítico Arnold Red Auerbach. Sin embargo, y como es bien sabido, ni siquiera Oscar Robertson pudo batir los Celtics de Bill Russell.
A finales de 1962, los Royals se habían hecho con los servicios del prodigioso Jerry Lucas, ex compañero de selección de Robertson en 1960. Aunque de pequeña estatura, el center Jerry Lucas (203 cm) era un jugador prodigioso bajo los tableros (sólo Lucas, Pettit, Chamberlain y Thurmond han sido capaces de anotar más de 20 puntos y capturar más de 20 rebotes por partido durante tota una temporada). Con la nueva adquisición, el juego interior de los Royals se había reforzado notablemente y hasta parecía que los Royals podrían batir a los Celtics. Sin embargo, los Royals no contaron con dos desagradables sorpresas. La primera, el declive progresivo del veterano Jack Twyman. La segunda, John Havlicek, el flamante fichaje de los Celtics en el draft de 1962. Dos veces se enfrentaron los Royals con los Celtics en la Final de Conferencia (1963 y 1964) y las dos veces perdieron.
No menos impresionante fue el debut de Oscar Robertson en un All Star: 23 puntos, 14 asistencias y 9 rebotes. Con 22 añitos, The Big O fue nombrado MVP del partido de las estrellas. Además, batió el récord de asistencias de Bob Cousy en un All Star.
Durante la década de los sesenta, Robertson promedió más de 30 puntos en 6 temporadas distintas –sólo Wilt Chamberlain y Michael Jordan han promediado más de 30 puntos en más de 6 temporadas distintas- y también fue en 6 ocasiones el mejor pasador de la NBA –sólo Bob Cousy y John Stockton han sido los mejores pasadores de la NBA más de 6 veces a lo largo de su carrera. Sin embargo, y pese a estos increíbles números, Robertson siempre estuvo eclipsado por la tiranía de Wilt Chamberlain a nivel individual y los Celtics de Bill Russell a nivel colectivo.
Estadísticamente, la mejor temporada del base de los Royals fue, sin ninguna duda, la 1961-62. Ese año, The Big O promedió 30.8 puntos, 12.5 rebotes (su mejor marca como profesional) y 11.4 asistencias (batiendo su propio récord de asistencias en una temporada), o lo que es lo mismo, promedió un triple doble durante toda una temporada. Después de esta sensacional campaña, los Royals entraron en los playoffs pero cayeron en la primera ronda.
En la siguiente temporada, la 1962-63, Robertson bajó ligeramente sus números (28 puntos, 10 rebotes y 9.5 asistencias por partido) pero los Royals consiguieron desafiar a los poderosos Celtics en la Final de la Conferencia Este. “Es tan bueno, que hasta da miedo jugar contra él” dijo el entrenador de los Celtics, el mítico Arnold Red Auerbach. Sin embargo, y como es bien sabido, ni siquiera Oscar Robertson pudo batir los Celtics de Bill Russell.
A finales de 1962, los Royals se habían hecho con los servicios del prodigioso Jerry Lucas, ex compañero de selección de Robertson en 1960. Aunque de pequeña estatura, el center Jerry Lucas (203 cm) era un jugador prodigioso bajo los tableros (sólo Lucas, Pettit, Chamberlain y Thurmond han sido capaces de anotar más de 20 puntos y capturar más de 20 rebotes por partido durante tota una temporada). Con la nueva adquisición, el juego interior de los Royals se había reforzado notablemente y hasta parecía que los Royals podrían batir a los Celtics. Sin embargo, los Royals no contaron con dos desagradables sorpresas. La primera, el declive progresivo del veterano Jack Twyman. La segunda, John Havlicek, el flamante fichaje de los Celtics en el draft de 1962. Dos veces se enfrentaron los Royals con los Celtics en la Final de Conferencia (1963 y 1964) y las dos veces perdieron.
A nivel de reconocimientos, la mejor temporada para Robertson fue la 1963-64. Sus promedios de 31.4 puntos (su mejor marca, y segundo mejor anotador de la temporada solo superado por Wilt Chamberlain), 11 asistencias (mejor marca de la temporada) y 9.9 rebotes por partido, le valieron para llevarse el MVP de la Regular Season, rompiendo así la monotonía de MVPs de Wilt Chamberlain y Bill Russell. Robertson también ganó el MVP del All Star con una soberana actuación (26 puntos, 14 rebotes y 8 asistencias). Y por si esto fuera poco, ese mismo año Robertson también fue el mejor tirador de tiros libres de la liga.
Aun teniendo dos All Star de la categoría de Robertson y Lucas, y jugadores de complemento como Adrian Smith (escolta anotador; Twyman se retiró en 1966), los Royals no pudieron ni siquiera oler una final de de la NBA. Individualmente en cambio, los dos All Star consiguieron varios premios: Lucas ganó el MVP del All Star de 1965 y Robertson el de 1969 (el tercero y último de su cuenta particular).
A finales de los sesenta, dos equipos liderados por veteranos como los Celtics (Russell, Jones) y los 76ers (Chamberlain, Greer), y dos equipos liderados por jóvenes como los Knicks (Reed, Frazier) y los Bullets (Monroe, Unseld), dominarían la conferencia Este apartando de los playoffs a los Royals (en aquellos tiempos los playoffs tan sólo eran semifinales y finales de conferencia, de modo que tan sólo 4 equipos jugaban los playoffs).
Fue entonces cuando los directivos de Cincinnati intentaron poner remedio a la difícil situación del equipo fichando como entrenador al legendario Bob Cousy. Cousy, que por aquel entonces tenía 41 años, se planteó jugar al lado de Robertson. Después de 7 partidos haciendo el ridículo, abandonó tales pretensiones.
En 1970, los playoffs continuaban lejos de Cincinnati y Cousy y Robertson no se llevaban nada bien. Oficialmente, Cousy exigía jugadores pequeños y rápidos, y como Robertson no encajaba con la nueva mentalidad del equipo, Cousy recomendó, sin pudor alguno, desprenderse de los servicios de Robertson a finales de la temporada 1969-70.
Extraoficialmente, la explicación más razonable, según apuntan los americanos, es que Cousy estaba celoso de la fama y reconocimiento de Robertson, considerado por todos como el mejor base de la historia en aquellos momentos. De hecho, el propio Robertson había roto varios records establecidos por Cousy y hasta había ridiculizado los números de Cousy con sus increíbles exhibiciones ofensivas.
En 1970, después de jugar 10 temporadas con los Royals, The Big O abandonaba la ciudad de Cincinnati con un sabor agridulce. Por un lado, era innegable su éxito a nivel individual, pero por el otro, a nivel colectivo, los títulos de campeón brillaban por su ausencia. No era el único. Su gran rival y compañero de promoción, Jerry West, también pasaba por un calvario similar.
Aun teniendo dos All Star de la categoría de Robertson y Lucas, y jugadores de complemento como Adrian Smith (escolta anotador; Twyman se retiró en 1966), los Royals no pudieron ni siquiera oler una final de de la NBA. Individualmente en cambio, los dos All Star consiguieron varios premios: Lucas ganó el MVP del All Star de 1965 y Robertson el de 1969 (el tercero y último de su cuenta particular).
A finales de los sesenta, dos equipos liderados por veteranos como los Celtics (Russell, Jones) y los 76ers (Chamberlain, Greer), y dos equipos liderados por jóvenes como los Knicks (Reed, Frazier) y los Bullets (Monroe, Unseld), dominarían la conferencia Este apartando de los playoffs a los Royals (en aquellos tiempos los playoffs tan sólo eran semifinales y finales de conferencia, de modo que tan sólo 4 equipos jugaban los playoffs).
Fue entonces cuando los directivos de Cincinnati intentaron poner remedio a la difícil situación del equipo fichando como entrenador al legendario Bob Cousy. Cousy, que por aquel entonces tenía 41 años, se planteó jugar al lado de Robertson. Después de 7 partidos haciendo el ridículo, abandonó tales pretensiones.
En 1970, los playoffs continuaban lejos de Cincinnati y Cousy y Robertson no se llevaban nada bien. Oficialmente, Cousy exigía jugadores pequeños y rápidos, y como Robertson no encajaba con la nueva mentalidad del equipo, Cousy recomendó, sin pudor alguno, desprenderse de los servicios de Robertson a finales de la temporada 1969-70.
Extraoficialmente, la explicación más razonable, según apuntan los americanos, es que Cousy estaba celoso de la fama y reconocimiento de Robertson, considerado por todos como el mejor base de la historia en aquellos momentos. De hecho, el propio Robertson había roto varios records establecidos por Cousy y hasta había ridiculizado los números de Cousy con sus increíbles exhibiciones ofensivas.
En 1970, después de jugar 10 temporadas con los Royals, The Big O abandonaba la ciudad de Cincinnati con un sabor agridulce. Por un lado, era innegable su éxito a nivel individual, pero por el otro, a nivel colectivo, los títulos de campeón brillaban por su ausencia. No era el único. Su gran rival y compañero de promoción, Jerry West, también pasaba por un calvario similar.
Sin embargo, y pese a que la edad empezaba a mermar sus condiciones físicas, fue precisamente en el ocaso de sus carreras deportivas cuando ambas estrellas pudieron por fin saborear el éxito colectivo. Oscar Robertson sufrió un poquito menos que Jerry West antes de poder gozar del tan deseado anillo de campeón, pero por contra, The Big O, como ya le pasara anteriormente a Wilt Chamberlain, sólo fue campeón cuando dejó de acaparar el balón y su anotación disminuyó considerablemente.
Fuese como fuese, lo cierto es que para Robertson fue una bendición dejar un equipo perdedor como los Royals para fichar por el joven y prometedor equipo de Milwaukee, los Bucks. Es evidente que no fue un cambio fácil para Oscar pues al fichar por los Bucks, The Big O tuvo que sacrificar su condición de líder indiscutible del equipo y hasta su condición de superestrella de la liga en favor de la nueva estrella de la liga y el equipo: el joven center Lew Alcindor, más tarde conocido como Kareem Abdul-Jabbar.
En 1970, los Bucks de Milwaukee eran equipo con tan sólo 2 años de vida en la NBA. En su primer año de vida, la temporada 1968-69, los Bucks habían sido el peor equipo de la liga pero con el flamante número 1 del draft de 1969, Lew Alcindor, un año después, en 1970, los Bucks competían con los más grandes en los playoffs.
Por aquel entonces nadie sospechaba de que el joven Lew Alcindor acabaría siendo el mayor anotador de la historia de la NBA, pero tampoco nadie tenía la menor duda de que Lew Alcindor estaba destinado a ser uno de los más grandes. Ilusionados, inteligentes y atrevidos, los directivos de los Bucks no dudaron ni un instante en lanzarse a por Oscar Robertson. Fue el fichaje del año.
Fuese como fuese, lo cierto es que para Robertson fue una bendición dejar un equipo perdedor como los Royals para fichar por el joven y prometedor equipo de Milwaukee, los Bucks. Es evidente que no fue un cambio fácil para Oscar pues al fichar por los Bucks, The Big O tuvo que sacrificar su condición de líder indiscutible del equipo y hasta su condición de superestrella de la liga en favor de la nueva estrella de la liga y el equipo: el joven center Lew Alcindor, más tarde conocido como Kareem Abdul-Jabbar.
En 1970, los Bucks de Milwaukee eran equipo con tan sólo 2 años de vida en la NBA. En su primer año de vida, la temporada 1968-69, los Bucks habían sido el peor equipo de la liga pero con el flamante número 1 del draft de 1969, Lew Alcindor, un año después, en 1970, los Bucks competían con los más grandes en los playoffs.
Por aquel entonces nadie sospechaba de que el joven Lew Alcindor acabaría siendo el mayor anotador de la historia de la NBA, pero tampoco nadie tenía la menor duda de que Lew Alcindor estaba destinado a ser uno de los más grandes. Ilusionados, inteligentes y atrevidos, los directivos de los Bucks no dudaron ni un instante en lanzarse a por Oscar Robertson. Fue el fichaje del año.
En la temporada 1970-71, los Bucks no tenían una gran plantilla pero tenían en su quinteto inicial al mejor base y al mejor center de la liga. No menos importante es destacar que nunca hubo roces ni fricciones entre las dos estrellas. Ni tampoco envidias por parte de sus compañeros. El equipo era el que era y todo el mundo lo tenía claro: Robertson dirigía el juego magistralmente y Alcindor recibía la mayoría de los balones. El resto simplemente apoyaba interiormente y exteriormente a los dos estrellas. En defensa, el equipo confiaba en el poder intimidatorio de Alcindor así como en su capacidad reboteadora.
Si en sus primeros 10 años en la NBA Oscar Robertson había sido un tremendo anotador que además asistía y reboteaba, en los Bucks, The Big O se concentró en subir el balón y distribuir juego. El rebote quedaba para los jugadores interiores mientras que el letal tiro en suspensión que tantos puntos había dado a los Royals pasaba a ser la segunda referencia ofensiva por detrás del sky-hook de Lew Alcindor.
Si en sus primeros 10 años en la NBA Oscar Robertson había sido un tremendo anotador que además asistía y reboteaba, en los Bucks, The Big O se concentró en subir el balón y distribuir juego. El rebote quedaba para los jugadores interiores mientras que el letal tiro en suspensión que tantos puntos había dado a los Royals pasaba a ser la segunda referencia ofensiva por detrás del sky-hook de Lew Alcindor.
Con esta sencilla táctica de equipo, el éxito llegó inmediatamente. Robertson, de 32 años, y Alcindor, de 24, lideraron la NBA con una autoridad insultante durante la temporada 1970-71. Terminaron la Regular Season con 66 victorias, con una racha de 20 seguidas, estableciendo en aquellos momentos la mejor racha de la historia, actualmente la tercera mejor racha de victorias consecutivas. Alcindor, con casi 32 puntos por partido lideró la tabla de anotadores, y además se convirtió en el MVP de la temporada. Robertson, en cambio, promedió unos números muy discretos si tenemos en cuenta sus anteriores campañas en la NBA: 19 puntos, 8 asistencias y 6 rebotes por partido.
En los playoffs, los Bucks apenas encontraron resistencia. Primero cayeron los Warriors y poco después unos mermados Lakers (sin West y sin Baylor). Así pues, llegaron los Bucks a las Finales de 1971 habiendo perdido tan sólo 2 partidos de playoff. El otro finalista, en cambio, el equipo de Washington, por aquel entonces los Bullets del center Wes Unseld y el guard Earl The Pearl Monroe, había llegado a la gran final sufriendo hasta al final para vencer a los Knicks de New York, los recientes campeones. Los Bullets pagaron muy alto su enorme desgaste físico (Monroe, entre otros, llegó a las Finales “tocado”).
La final de 1971 fue un paseo triunfal para los Bucks.
Partido 1: dos minutos tardó el center Wes Unseld en cometer dos faltas personales. Los Bucks dominaban cómodamente el encuentro hasta que Alcindor también se cargó de faltas (2 en ataque). Los Bullets sacaron el orgullo e intentaron la remontada heroica pero entonces apareció Oscar Robertson (22 puntos, 7 asistencias, 7 rebotes) para dejar las cosas en su sitio.
Partido 2: el duelo de estrellas se decantó claramente para los Bucks. Alcindor 27 puntos-24 rebotes, para 13 puntos-20 rebotes Unseld. Robertson acabó con 22 puntos, 10 asistencias y 6 rebotes mientras que Monroe tan sólo 11 puntos y 6 asistencias.
Partido 3: pese al partidazo de Unseld (20 puntos y 23 rebotes), Alcindor aguantó el tipo con 23 puntos y 21 rebotes, mientras que Robertson volvió a ganarle la partida a Monroe. 20 puntos y 12 asistencias The Big O para 16 puntos y 5 asistencias The Pearl. El partido estuvo emocionante sólo cuando Robertson estuvo en el banquillo por problemas de faltas.
Partido 4: los Bucks barrieron a los Bullets pese al triple doble de Unseld (11 puntos, 20 rebotes y 10 asistencias). Alcindor y Robertson estuvieron sensacionales, el primero con 27 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias, y el segundo con 30 puntos y 9 asistencias.
El MVP de las Finales fue para el joven Alcindor que poco después se cambiaría el nombre por Kareem Abdul-Jabbar. Sus números en las Finales: 27 puntos y 18,5 rebotes por partido. El veterano Oscar Robertson fue el escudero de lujo con 23,5 puntos y 9,5 asistencias por partido.
Finalmente The Big O era campeón de la NBA.
En los playoffs, los Bucks apenas encontraron resistencia. Primero cayeron los Warriors y poco después unos mermados Lakers (sin West y sin Baylor). Así pues, llegaron los Bucks a las Finales de 1971 habiendo perdido tan sólo 2 partidos de playoff. El otro finalista, en cambio, el equipo de Washington, por aquel entonces los Bullets del center Wes Unseld y el guard Earl The Pearl Monroe, había llegado a la gran final sufriendo hasta al final para vencer a los Knicks de New York, los recientes campeones. Los Bullets pagaron muy alto su enorme desgaste físico (Monroe, entre otros, llegó a las Finales “tocado”).
La final de 1971 fue un paseo triunfal para los Bucks.
Partido 1: dos minutos tardó el center Wes Unseld en cometer dos faltas personales. Los Bucks dominaban cómodamente el encuentro hasta que Alcindor también se cargó de faltas (2 en ataque). Los Bullets sacaron el orgullo e intentaron la remontada heroica pero entonces apareció Oscar Robertson (22 puntos, 7 asistencias, 7 rebotes) para dejar las cosas en su sitio.
Partido 2: el duelo de estrellas se decantó claramente para los Bucks. Alcindor 27 puntos-24 rebotes, para 13 puntos-20 rebotes Unseld. Robertson acabó con 22 puntos, 10 asistencias y 6 rebotes mientras que Monroe tan sólo 11 puntos y 6 asistencias.
Partido 3: pese al partidazo de Unseld (20 puntos y 23 rebotes), Alcindor aguantó el tipo con 23 puntos y 21 rebotes, mientras que Robertson volvió a ganarle la partida a Monroe. 20 puntos y 12 asistencias The Big O para 16 puntos y 5 asistencias The Pearl. El partido estuvo emocionante sólo cuando Robertson estuvo en el banquillo por problemas de faltas.
Partido 4: los Bucks barrieron a los Bullets pese al triple doble de Unseld (11 puntos, 20 rebotes y 10 asistencias). Alcindor y Robertson estuvieron sensacionales, el primero con 27 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias, y el segundo con 30 puntos y 9 asistencias.
El MVP de las Finales fue para el joven Alcindor que poco después se cambiaría el nombre por Kareem Abdul-Jabbar. Sus números en las Finales: 27 puntos y 18,5 rebotes por partido. El veterano Oscar Robertson fue el escudero de lujo con 23,5 puntos y 9,5 asistencias por partido.
Finalmente The Big O era campeón de la NBA.
Desgraciadamente, el éxito fue efímero. Un año después, en la Final de Conferencia de 1972, los Lakers –sin bajas- se tomaron la revancha y eliminaron a los Bucks. Pese a que Oscar Robertson ha afirmado que los directivos de los Bucks rompieron una futura dinastía con el trade de tres jugadores secundarios, la realidad es muy distinta. Los Bucks ganaron 63 partidos en la Regular Season de 1971-72, lo que demuestra que todavía seguían siendo un magnífico equipo. Lo que pasa es que ese año, los Lakers, sin lesiones, consiguieron 69 victorias. Los Bucks continuaban siendo un gran equipo pero los Lakers de 1972 eran aun mejores.
Mientras Kareem continuó jugando a un gran nivel, los números de Oscar bajaron sensiblemente. La edad empezaba a pasar factura al veterano Oscar Robertson, quien empezaría a delegar la responsabilidad de subir el balón al joven Lucius Allen. En 1973, The Big O promedió 15 puntos, 7.5 asistencias y 5 rebotes, dejando atrás sus días de gloria.
Mientras Kareem continuó jugando a un gran nivel, los números de Oscar bajaron sensiblemente. La edad empezaba a pasar factura al veterano Oscar Robertson, quien empezaría a delegar la responsabilidad de subir el balón al joven Lucius Allen. En 1973, The Big O promedió 15 puntos, 7.5 asistencias y 5 rebotes, dejando atrás sus días de gloria.
Aun así, los Bucks todavía lograron 60 victorias, las mismas que los Lakers. Sin embargo, en los playoffs, los Bucks caerían contra los supuestamente débiles Warriors. El veterano luchador Nate Thurmond consiguió frenar a Kareem Abdul-Jabbar (poco más de 20 puntos por partido durante los playoffs de 1973 cuando durante la temporada Regular había promediado más de 30 puntos por partido) y los Bucks se fueron a pique pese a los 22 puntos y 7.5 asistencias por partido de Oscar.
La temporada 1973-74 fue la última de Oscar Robertson. Tenía 35 años y su juego era ya una sombra de lo que había sido. Sin embargo, y como ya había ocurrido en anteriores campañas, Robertson demostró ser, ante todo, un jugador de equipo, sacrificando sus números por el bien colectivo. The Big O promedió tan sólo 12 puntos, 6 asistencias y 4 rebotes por partido, pero los Bucks consiguieron 59 victorias, manteniéndose entre los favoritos.
Pese a perder al base Lucius Allen, los playoffs de 1974 fueron casi un paseo para los Bucks. Barrieron a los Bulls y tan sólo cedieron un partido contra los Lakers (sin Chamberlain que se había retirado ese año). En la Final, los orgullosos Celtics fueron su rival.
La temporada 1973-74 fue la última de Oscar Robertson. Tenía 35 años y su juego era ya una sombra de lo que había sido. Sin embargo, y como ya había ocurrido en anteriores campañas, Robertson demostró ser, ante todo, un jugador de equipo, sacrificando sus números por el bien colectivo. The Big O promedió tan sólo 12 puntos, 6 asistencias y 4 rebotes por partido, pero los Bucks consiguieron 59 victorias, manteniéndose entre los favoritos.
Pese a perder al base Lucius Allen, los playoffs de 1974 fueron casi un paseo para los Bucks. Barrieron a los Bulls y tan sólo cedieron un partido contra los Lakers (sin Chamberlain que se había retirado ese año). En la Final, los orgullosos Celtics fueron su rival.
La Final de 1974 fue un magnífico duelo entre un equipo que basaba todo su potencial en el center (los Bucks) y un equipo bajito (los Celtics). Al final, el juego rápido de los Celtics pudo con el juego estático de los Bucks. Kareem jugó a un nivel increíble pero su fiel escudero, Oscar Robertson, no pudo aguantar el altísimo ritmo que impusieron los Celtics.
Finalmente, después de 14 temporadas en la NBA, Robertson se retiraba.
Al año siguiente, los Bucks tan sólo ganaron 38 encuentros.
Finalmente, después de 14 temporadas en la NBA, Robertson se retiraba.
Al año siguiente, los Bucks tan sólo ganaron 38 encuentros.
LOS INCREÍBLES NÚMEROS DE OSCAR ROBERTSON
26.710 puntos (octavo máximo anotador de la NBA)
9.887 asistencias (cuarta mejor marca de la NBA)
Único jugador que está entre los 10 mejores tanto en anotación como en asistencias.
Único jugador que ha promediado más de 30 puntos y más de 10 asistencias durante una temporada (Oscar lo hizo en 5 temporadas distintas)
26.710 puntos (octavo máximo anotador de la NBA)
9.887 asistencias (cuarta mejor marca de la NBA)
Único jugador que está entre los 10 mejores tanto en anotación como en asistencias.
Único jugador que ha promediado más de 30 puntos y más de 10 asistencias durante una temporada (Oscar lo hizo en 5 temporadas distintas)
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