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domingo, 23 de noviembre de 2025

Junior Femenino: CB Oliva Activa't Oliva... 46 - 13... Xabia

 Arrancaba la segunda vuelta de esta primera fase con un duelo que, en la jornada inaugural, había sido duro, igualado e intensísimo. Aquella vez, el CB Oliva logró imponerse por detalles; esta vez, el objetivo estaba claro: empezar fuerte, concentradas y con una defensa que marcase el camino. Además introdujimos una variación táctica que pronto dio sus frutos. El inicio fue un auténtico vendaval. La defensa funcionó como un engranaje perfecto: líneas de pase cortadas, robos constantes, ayudas bien ejecutadas y una intensidad que desbordó al rival desde el primer minuto. Con un 8-0 demoledor, Xàbia se vio obligado a pedir tiempo muerto y ajustar su planteamiento defensivo. Sin embargo, el Oliva seguía en modo rodillo y cerró un primer periodo brillante con un 17-1 que incluso se quedó corto para lo visto en pista. El segundo cuarto tuvo un guion completamente distinto. El rival incrementó su dureza aprovechando cierta permisividad arbitral, y el equipo cayó en la trampa: más pendientes del contacto que del juego, intentando responder golpe por golpe en lugar de mantener la cabeza fría. Esa pérdida momentánea de foco afectó al ritmo y la fluidez, pero aun así el parcial terminó igualado (7-7). En el descanso, el mensaje fue claro: ese no es el camino. La fortaleza mental debía imponerse; había que jugar duro, intenso, fuerte… pero sin entrar en provocaciones. El equipo no está para luchas subterráneas, sino para jugar a baloncesto. Y la respuesta llegó. En la segunda parte, el CB Oliva volvió a ser el equipo reconocible de toda la temporada. Sin caer en la provocación, con cabeza y con baloncesto, las jugadoras recuperaron el orden, la circulación de balón y la tranquilidad. Ataques fluidos, buenas lecturas y más opciones para las compañeras se tradujeron en dos parciales dominantes: 9-5 y un contundente 13-0 final que certificaron la victoria.



El encuentro deja una enseñanza clara: la fuerza mental también se entrena. Se gane o se pierda, el equipo debe mantenerse fiel a su identidad: intenso, disciplinado y centrado en jugar a baloncesto. Ese es el camino, aunque a veces cueste. Y hoy, además de jugar, se ganó con autoridad.

Senior Autonómico: CB Oliva Mompó-óptica... 85 - 91... CB Tavernes

 

Hay partidos que trascienden la clasificación, las dinámicas, el talento o incluso la lógica deportiva. Hay encuentros que se juegan en un territorio distinto, donde la cabeza importa, pero el corazón manda. El derbi entre el CB Oliva y el Tavernes era uno de ellos. Y, sencillamente, no supimos jugarlo.

Podíamos llegar mejor o peor, con más calidad o menos, con una racha positiva o irregular. Nada de eso pesa cuando enfrente tienes al vecino, al eterno rival, al equipo que comparte historia, proximidad y una rivalidad que se respira desde el calentamiento. Y en ese escenario, Tavernes entendió perfectamente qué pedía el partido. Jugó con alma, con garra, con ese punto extra de intensidad que diferencia al que quiere ganar del que necesita hacerlo. Nosotros, en cambio, solo lo mostramos a ratos, en pequeños fogonazos que no bastan para un duelo así. Pocas estadísticas definen mejor el hambre de un equipo que el rebote. Y ahí fuimos muy inferiores. Cada balón dividido, cada segunda opción, cada choque en la pintura cayó del lado visitante. No es casualidad: es actitud. Es llegar medio segundo antes, saltar uno más alto o, simplemente, quererlo más. El partido empezó torcido. Encajar 26 puntos en el primer cuarto —aunque acabara en empate— era ya una señal de alarma. Una defensa blanda, permisiva, sin la agresividad necesaria para un derbi. En el segundo periodo hubo un leve despertar: un 21-10 que nos dio ventaja al descanso (47-36) y que hacía pensar, erróneamente, que el trabajo estaba hecho. Pero creer eso es desconocer la verdadera naturaleza de estos encuentros.

En el tercer cuarto, Tavernes hizo exactamente lo que se esperaba de un equipo que compite con orgullo: subir el ritmo, endurecer el choque, atacar nuestros puntos débiles. Nosotros, lejos de responder, lo sufrimos. El 19-28 del parcial dejó el marcador en un inquietante 66-64. Todo por decidir, pero con sensaciones opuestas. El último periodo confirmó lo que venía gestándose. Tavernes dominó el ritmo, se fue hasta ocho puntos arriba y solo un arranque de orgullo nos permitió igualar el marcador en menos de un minuto. Fue un arreón espectacular… pero efímero. Una llamarada que no prendió en nada más. De nuevo, ellos volvieron a anotar; nosotros no supimos responder. El 19-27 final del cuarto simboliza una derrota justa: 85-91.

Un derbi no se juega: se pelea. No estuvimos centrados. No estuvimos intensos. No estuvimos duros atrás. Y en un derbi, eso se paga. Porque estos partidos no se ganan con cinco minutos buenos, ni con un par de jugadas bonitas, ni con una pizarra brillante. Estos partidos no se ganan desde el banquillo, no se ganan con una táctica u otra. Se ganan metro a metro, en cada ayuda, en cada rebote, en cada balón suelto, en cada detalle invisible para las estadísticas. En la zona, Tavernes parecía un equipo más grande; nosotros, uno más pequeño. No por estatura física, sino por actitud competitiva.

Un derbi jamás se gana por calidad. Se gana por entrañas. Por corazón. Por amor propio. El día que volvamos a entenderlo —y a jugar estos partidos con la energía que merecen— será el día en que estos derbis vuelvan a teñirse de nuestros colores... Hoy el Tavernes compitió mejor, con más hambre, con determinación y nosotros incluso teniendo al rival entre las cuerdas nos faltó colmillo, pecamos de exceso de confianza y acabamos sucumbiendo. 


Senior Femenino: CB Oliva Mompó-óptica... 46 - 41... CB Tavernes



 Los duelos entre CB Oliva y Tavernes suelen ser sinónimo de intensidad, y esta vez no fue diferente. Tavernes, un club en pleno crecimiento dentro del baloncesto femenino —con su primer equipo compitiendo en categoría Nacional— merece reconocimiento por su excelente trabajo formativo. En esta ocasión visitaba Oliva su segundo equipo, también con bajas, al igual que nuestras jugadoras. El encuentro se disputó en pista exterior, bajo un frío que calaba hasta los huesos y que condicionó, sin excusas, el ritmo y el acierto de ambos conjuntos. El inicio resultó especialmente duro para nosotras: se fallamos situaciones muy claras, tiros bajo el aro, entradas totalmente solas e incluso ventajas de 3x1 que no se transformaron en puntos. Todo ello derivó en un 5-12 al final del primer periodo. En el segundo cuarto llegaron mejoras ofensivas, sobre todo en la selección de tiro, aunque los errores seguían siendo excesivos. Aun así, un parcial de 14-8 permitió recortar distancias y dejar el marcador en un ajustado 19-20 al descanso.

La segunda parte mantuvo la misma tónica: fallos constantes, pérdidas y acciones precipitadas por ambos lados. El partido parecía destinado a decidirse por pequeños detalles, por ese equipo que lograra enlazar dos o tres acciones de acierto consecutivo. Y ese equipo fue CB Oliva. Con un parcial de 12-9 en el tercer cuarto, las locales se situaron por delante (31-29) a falta de los últimos diez minutos. El último periodo empezó con el empate visitante (31-31), pero dos tiros libres de Sonia —en su debut— y una canasta de Atou dieron aire a Oliva (35-31). Tavernes volvió a apretar (35-34), aunque un tiro libre de Leyre y dos canastas de Itziar abrieron la máxima ventaja local (40-34). El partido seguía sin decidirse: Tavernes se puso 40-38, pero un triple de Lea, a falta de menos de un minuto, fue una losa demasiado pesada (43-38). En los últimos instantes ambos equipos intercambiaron canastas y un tiro libre más dejó el definitivo 46-41.

Fue un partido trabado, sufrido y marcado por los errores, donde finalmente se impuso quien falló menos en los momentos determinantes. La victoria es importante, pero no debe ocultar los aspectos que aún debemos mejorar para seguir creciendo como equipo.

Cadete Femenino: CB Oliva Activa't Oliva... 49 - 9... Cullera

 El CB Oliva Activa't Oliva firmó su mejor arranque de partido de la temporada para imponerse con autoridad a Cullera por un contundente 49-9. El equipo saltó a pista muy metido en el encuentro, consciente de que su rival acostumbra a empezar fuerte pero sufre con el paso de los minutos por el desgaste físico. Con esa idea clara, las locales apostaron por una defensa intensa desde el primer segundo para evitar cualquier sorpresa.

El plan funcionó a la perfección. Oliva mostró máxima concentración, velocidad en las transiciones y una presión tras pérdida que asfixió a Cullera. Ese esfuerzo defensivo permitió correr con facilidad al contraataque y dominar el ritmo del partido, adueñándose pronto tanto del juego como del marcador. La confianza crecía a medida que la diferencia se ampliaba, mientras que las aspiraciones del rival se diluían ante la solidez local.

La ventaja fue aumentando de forma progresiva hasta llegar al 49-9, momento en el que el marcador quedó cerrado. El choque resultó más sencillo de lo previsto gracias a la predisposición de todas las jugadoras para sumar en defensa. Cuando el conjunto trabaja unido atrás, todo fluye mejor también en ataque.

La nota negativa del encuentro llegó con la lesión de Paula, tras un desafortunado choque con Koniba en la disputa por un balón suelto. El equipo confía en que no sea grave y en poder verla de vuelta cuanto antes.



domingo, 16 de noviembre de 2025

Junior Femenino: Denia ... 47 - 70... CB Oliva Activa't Oliva

 El Junior Femenino del CB Oliva visitaba la complicada pista del Denia en un duelo directo por el liderato. Ambos equipos llegaban invictos y compartiendo la etiqueta de conjuntos más sólidos del grupo. Como siempre, jugar en Denia exigía la mejor versión, especialmente en defensa, donde el equipo había insistido en la importancia de comenzar con máxima intensidad y en la misión de Atou sobre la jugadora más determinante del rival.



El plan salió incluso mejor de lo previsto. Las nuestras arrancaron con un fulgurante 0-11, con cinco anotadoras distintas, reflejo de la variedad y riqueza del ataque. El Denia reaccionó con orgullo, equilibrando el juego, aunque el CB Oliva supo resistir sus intentos de acercarse para cerrar el primer periodo con un sólido 8-18. El segundo cuarto comenzó calcando el guion inicial: otro 0-11 que disparaba la ventaja hasta el 8-29. Las locales, lejos de rendirse, apretaron líneas y lograron recortar ligeramente antes del descanso, al que se llegó con un esperanzador 18-35 para las visitantes. Pero el tercer periodo recordó que ante un rival de carácter ganador no existen victorias fáciles. La bajada de intensidad defensiva, algunas pérdidas evitables y un ataque precipitado permitieron al Denia correr y castigar cada desajuste. En solo ocho minutos anotaron 24 puntos, después de haber sumado únicamente 18 en los 22 minutos previos. La diferencia, que había superado los 20 puntos, se redujo hasta un inquietante 42-50 al final del cuarto. El último periodo trajo la reacción necesaria. El CB Oliva volvió a su esencia: defensa intensa, presión constante, ayudas efectivas y decisiones inteligentes en ataque. El resultado fue un parcial de 5-20 que apagó definitivamente la resistencia local y volvió a abrir brecha en el marcador hasta el 47-70 final.

Un triunfo contundente en cifras, pero muy exigente en su desarrollo, donde quedó claro que la mejor versión defensiva del equipo fue imprescindible para mantener la imbatibilidad y llevarse un partido de alto nivel competitivo.

sábado, 15 de noviembre de 2025

Cadete Femenino: CB Oliva Activa't Oliva...53 – 21... Sueca

 


Las cadetes del CB Oliva sumaron una nueva victoria en un partido que controlaron desde el inicio, aunque el nivel de juego no alcanzó lo que el equipo puede y debe ofrecer. A pesar de las diferencias en el marcador, el encuentro dejó sensaciones irregulares. Hubo fases en las que el equipo impuso claramente su superioridad, pero también momentos marcados por altibajos, tanto en intensidad como en concentración. La defensa, que suele ser uno de los puntos fuertes del grupo, no mantuvo la dureza ni la entrega habituales durante largos tramos, permitiendo acciones que podrían haberse evitado con un mayor nivel de regularidad.

En ataque, las chicas se vieron en ocasiones colapsadas por una mala ocupación de espacios y por jugar demasiado cerca unas de otras. Faltó movimiento sin balón, cortes agresivos y una circulación más rápida que aprovechara la ventaja física en determinadas posiciones. Demasiadas jugadoras esperaron el balón de forma estática, sin generar situaciones de ventaja ni liberar líneas de pase. El pase fue otro aspecto mejorable: no basta con pasar, sino con hacerlo bien. El balón debe llegar en las mejores condiciones a la compañera, y para ello es imprescindible concentración, intención y generosidad. La importancia del movimiento, de pasar para crear y no solo para quitarnos el balón de encima, es fundamental. En resumen, aunque el marcador fue amplio, el juego mostró que aún queda mucho margen de mejora. El equipo tiene capacidad para ofrecer un nivel más alto, mantener la intensidad durante más minutos y ser más solidario tanto en el esfuerzo como en la toma de decisiones.

Senior Femenino: CB Oliva Mompó-óptica... 76 – 43... CB Sueca



El pabellón de Oliva amanecía con ese murmullo especial que solo se siente en los grandes días. Veníamos heridas, tras una derrota dura, de esas que duelen en el orgullo y remueven las dudas en un proyecto en sus cimientos. Y frente a nosotras llegaba el CB Sueca, invicto, reforzado, preparado para demostrar por qué había firmado un arranque impecable de temporada. Pero había algo más en el ambiente. Algo que iba más allá de la clasificación... Ese algo encarnado en un corazón dividido en la grada, en un rincón de la grada, una madre vivía un conflicto tan hermoso como cruel: dos hijas en la pista, una con cada camiseta. Lea y Matea, dos fuerzas opuestas unidas por la misma sangre. A cada tapón, a cada triple, a cada entrada, se le escapaba un “¡tía buena!” que arrancaba risas alrededor entre aficionados, amigos , compañeros de viaje y permitía ver, en su gesto, toda la ternura que existe cuando el amor supera los colores. No animaba a un equipo. Animaba a sus hijas. Animaba a la vida que surge de su sangre, de su vientre... Y esa mezcla de orgullo, nervios y emoción teñía el aire de algo especial, porque Matea podía vestir de verde pero hasta hace nada era una de las nuestras y la presencia de Lea en nuestro equipo lo envolvía todo de un pique sano. 

Entre todas esa emoción hubo una aparición que cambió el ánimo. Por la entrada a la pista apareció Sandra Miralles. El equipo la miró sin entender. Saludó con la calma de quien sabe que está a punto de desatar un terremoto. Le chocó la mano a Angels como diciendo "Hoy qué?" . Se sentó junto al entrenador mientras algunas compañeras tiraban y otras acababan de ponerse a punto. Y entonces, sin una palabra, se descalzó, se quitó el pantalón largo… y dejó al descubierto la equipación de juego. Hubo silencio. Hubo ojos abiertos. Hubo dudas ¿Qué está pasando?. Hubo sonrisas que no se podían contener... A veces el deporte tiene esos momentos que no se entrenan, que no se planifican, que simplemente suceden. Momentos que te hacen creer. Y aquel fichaje improvisado la noche anterior, entre dudas, confidencias y magia de bar, encendió a una llama en el equipo. De pronto, ya no éramos las mismas que la semana pasada. Éramos más... Falta que se unan al barco Díana y Ana. 

El partido comienza. El 3–8 inicial fue un jarro de agua fría. Sueca mostraba experiencia, temple, autoridad. Pero entonces llegaron dos tiros libres de Àngels, dos canastas de Eivile y un murmullo de “vamos” empezó a crecer. Tras el 9–12, el Oliva sacó su verdadera alma: velocidad, descaro, agresividad en defensa. Aroa, Eivile, Atou y con ellas todas las demás encadenaron un parcial que nos puso 17–12 arriba. Y cuando Sandra atacó la zona con esa entrada que parecía dibujada con pincel, el pabellón entendió que aquello iba en serio.


Segundo periodo: el éxtasis... Lo que ocurrió en este cuarto fue una exhibición total de intensidad feroz, acierto, confianza. Lea clavó dos triples, uno de ellos en la cara de su hermana, reclamando su lugar en la historia familiar tras haber recibido 2 tapones de Matea (Lea no tiene las condiciones físicas de su hermana pero nos da una energía esencial para nuestro estilo, es dura, luchadora y se deja el alma en la pista, los triples fueron un premio extra a su compromiso y entrega) Itziar sumó otro triple. Y cuando Matea respondió (se negaba a rendirse, fiel a su carácter ganador), apareció el ciclón en forma de un parcial de 16–0 demoledor, de esos que hacen daño y marcan el devenir del partido. Robos, ayudas, carreras, superioridad física y mental. Angels, Leyre, Aroa… y Sandra, otra vez, con dos triples que parecían declaraciones de intenciones. El 46–20 no solo era una ventaja enorme: era una muestra de carácter. De orgullo. De creérselo. Fue el mejor baloncesto de la temporada. Sin discusión.

Tras el descanso hablamos de empezar fuerte para no dejar que las rivales crean posible la remontada. Miriam abrió el cuarto con un triple que cayó como una piedra en el ánimo rival. Llegaron técnicas, llegaron tiros libres, llegó el 55–20. Sueca buscó reaccionar, pero el Oliva estaba en modo muro. El 64–33 del final del cuarto era ya una sentencia.

En el último periodo el partido bajó de revoluciones, como si ambos equipos entendieran que ya estaba escrito el destino de la tarde. Las últimas posesiones fueron un homenaje al trabajo hecho. No había necesidad de más. El 76–43 final brillaba en el marcador, pero no era lo más importante.

El verdadero triunfo no estaba en los 33 puntos de diferencia, eso era lo de menos, algo circunstancial. El triunfo estaba en cada gesto que nos trajo hasta aquí. En la madre con el corazón partido, porque su amor simboliza lo que este deporte debería ser siempre (una lucha enorme pero con nobleza entre ambos equipos). En la llegada inesperada de Sandra, que recordó al equipo que las personas —no solo las jugadoras— hacen la diferencia. En las miradas cómplices, en los abrazos, en las dudas superadas, en el apoyo a las compañeras que no tuvieron su mejor día (eso sí que es algo que marca las diferencias), en las ganas de demostrar que sí se puede incluso cuando las circunstancias son todo lo contrario.

Somos un equipo joven, con mil obstáculos y apenas tiempo para entrenar juntas. Un equipo que se construye semana a semana a base de aprendizaje, errores, constancia y cariño. Un equipo que une generaciones y que sirve de ejemplo para quienes vienen detrás.

Pertenecer no significa ganar. Significa estar, seguir, creer. Significa levantarse un domingo por la mañana, ponerse la camiseta del club y saber que representas algo más grande que tú misma.

Y por eso esta victoria sabe tan distinto. Porque no fue solo un partido. Fue un recordatorio de que, a veces, el baloncesto enciende la luz... y cuando esa luz aparece, ilumina mucho más que un marcador.

lunes, 10 de noviembre de 2025

Senior Autonómico: CB Oliva Mompó-Óptica 88 - 78 Picken Claret


El encuentro comenzó con un gran acierto del conjunto visitante desde la línea de tres puntos, lo que les permitió tomar la delantera en el marcador (6-15). La floja defensa local obligó al técnico del CB Oliva a mover el banquillo en busca de mayor intensidad y ritmo. Las rotaciones surtieron efecto y el equipo reaccionó, reduciendo la desventaja hasta cerrar el primer cuarto con un ajustado 19-21.

En el segundo periodo, el CB Oliva mostró una actitud mucho más firme y encontró el acierto exterior que le había faltado al inicio. Con varias canastas desde el perímetro y una defensa más sólida, los locales consiguieron darle la vuelta al marcador para marcharse al descanso por delante (41-36). El equipo había sabido “capear el temporal” y encauzar el partido. El tercer cuarto comenzó con dos triples consecutivos del Picken Claret que devolvían la igualdad al marcador. Sin embargo, el CB Oliva mantuvo la calma y volvió a imponer su ritmo, cerrando el periodo con ventaja (63-58). En el último cuarto, un parcial de 9-0 en los primeros minutos (72-58) allanó el camino hacia una victoria que, por momentos, pareció poder ser muy amplia. La diferencia llegó a rondar los 20 puntos, pero el rival no se rindió y aprovechó varios errores locales para reducir la distancia hasta el 88-78 final.


Victoria trabajada del CB Oliva Mompó-Óptica, que supo sobreponerse a un mal inicio y mostró carácter y acierto para imponerse a un combativo Picken Claret.

domingo, 9 de noviembre de 2025

Junior Femenino: CB Oliva Activa't Oliva... 55 - 33... Ondara

 El encuentro comenzó con muchas imprecisiones por parte de ambos equipos, que tuvieron dificultades para encontrar el camino al aro. En el minuto 7 el marcador reflejaba un ajustado 6-5, hasta que un minuto brillante nos permitió firmar un parcial de 7-0, cerrando el primer periodo con ventaja por 13-5. En el segundo cuarto se mejoró el acierto ofensivo, aunque todavía se desperdiciaron demasiadas oportunidades claras. Aun así, el equipo logró mantener el control del juego y llegar al descanso con un marcador favorable de 30-16.

El inicio del tercer periodo fue positivo: nos escapamos hasta los 19 puntos de ventaja (38-19). Sin embargo, en los instantes finales se encadenaron varios errores —acciones debajo del aro, entradas sin defensa y tiros fáciles fallados— que el rival aprovechó para reducir diferencias con un parcial de 0-8, dejando el marcador en 40-29 al final del cuarto. El último periodo comenzó con Ondara acercándose peligrosamente (42-33), pero a partir de ese momento el equipo reaccionó con un contundente parcial de 13-0 que sentenció definitivamente el partido. Fue un encuentro en el que no estuvimos especialmente finos: faltó acierto, claridad de ideas y fluidez en el juego. Pese a todo, la superioridad física y el talento individual marcaron la diferencia y nos permitieron sumar una nueva victoria, aunque lejos de nuestro máximo nivel y rendimiento esperado.




Senior Femenino: CB Oliva Mompó-Óptica... 45 – 74... Pedreguer


Nos enfrentábamos al rival más duro de la categoría. Un equipo con muchísimo talento, con experiencia, ritmo, acierto y una confianza que las hace dominar cada partido. Sabíamos que el reto era enorme, que debíamos dejarnos la piel para poder competir, y que el marcador —más allá de lo que dijera al final— no sería lo más importante, sino cómo lo afrontáramos. Y la verdad es que el equipo luchó. No se rindió, no bajó los brazos. Pero el rival fue superior, y con 12 triples anotados, no hubo defensa capaz de frenar ese vendaval. Aun así, lo que más nos debe doler no es el resultado, sino cómo lo gestionamos. Estos partidos son una oportunidad para crecer, especialmente para las más jóvenes. No se trataba de ganar en el marcador, sino de ganar en aprendizaje, en madurez, en actitud. Y ahí fallamos. Algunas no supieron ver que cada minuto contra un equipo así es un regalo para mejorar. En lugar de aprender, se desquiciaron. En lugar de competir con orgullo, se dejaron llevar por la frustración. Perdieron el control, la calma, el foco.

Sí, el arbitraje no ayudó. El joven colegiado se excedió con las más inexpertas, fue desigual en el criterio y además tuvo gestos impropios de quien debe imponer respeto desde la serenidad. Pero eso no puede ser excusa. El árbitro no gana ni pierde partidos; las jugadoras sí deciden cómo afrontarlos. Y debemos aprender a no caer en provocaciones, a no responder con gestos ni palabras, a no convertirnos en aquello que criticamos cuando lo vemos en otras.

El baloncesto es otra cosa. Es esfuerzo, respeto, nobleza, compañerismo, carácter y autocontrol. Es saber perder con dignidad y aprender de cada derrota. No se puede representar a este club con actitudes que desdibujan esos valores. Lo que ocurrió en la pista no puede repetirse. No lo vamos a permitir. Porque queremos ser mejores, y eso empieza por mirarnos al espejo y reconocer cuándo no hemos estado a la altura.

El marcador dirá que perdimos 45 a 74. Pero el resultado real va más allá. Perder forma parte del camino; no aprender de ello sí sería una derrota imperdonable.

Cadete Femenino: CB Tavernes 42 – CB Oliva Activa’t Oliva 70

 


Una victoria que vale más por cómo se consiguió que por el marcador.

Visitar la pista del Tavernes nunca es fácil. Rival directo por el liderato, ambiente intenso y un partido que desde el principio prometía ser una batalla de tú a tú. Y así fue. El primer cuarto terminó con un ajustado 13-14 que reflejaba perfectamente la igualdad y el esfuerzo de ambos equipos. En el segundo periodo, arrancamos con un parcial de 0-7 que nos dio algo de aire (15-21), pero pronto nos dimos cuenta de que estábamos dependiendo demasiado de Koniba. Ella estaba brillante, sí, pero el equipo necesitaba algo más: necesitaba creer en sí mismo. Tomamos entonces una decisión arriesgada: sentar a Koniba cuando mejor estaba. No fue un castigo, fue una apuesta. Una llamada al resto para dar un paso adelante. Si querían a Koniba a su lado deberían demostrarlo, debían subir el nivel, asumir su responsabilidad grupal. Y lo hicieron. Todas. Una a una.

De repente el equipo cambió el ritmo, la energía, el alma. Se defendió con garra, se corrió con velocidad y alegría, se compartió el balón con generosidad. Empezamos a jugar con la energía que nos da el corazón y con la cabeza para tomar buenas decisiones en acciones rápidas. Parcial de 2-10 (17-31) y al descanso un 19-35 que no solo reflejaba puntos, sino compromiso, confianza y unión, ahora sí, de todo el equipo.  El tercer cuarto fue una demostración de lo que este equipo puede llegar a ser cuando todas reman en la misma dirección. Tras unos minutos de igualdad de fuerzas en el que ellas no remontaban y nosotras no nos escapamos (25-41), dimos otro golpe de intensidad, cerrando líneas de pase, robando balones, corriendo cada contraataque como una manada de lobas. Un parcial de 2-16 (27-57) sentenció el partido. Fue un vendaval de esfuerzo colectivo, de esas fases que te hacen sentir orgulloso de entrenarlas. El último periodo sirvió para repartir minutos, mantener la concentración y seguir disfrutando juntas hasta el 42-70 final. Una victoria merecida, sí, pero sobre todo una lección de equipo. Porque hoy quedó más claro que nunca que no hace falta anotar muchos puntos para ser importante. Importa quien lucha cada balón, quien se lanza al suelo por un rebote o balón dividido, quien roba una pelota, quien da una asistencia, quien anima desde el banquillo, quien aplaude una buena defensa o levanta a una compañera cuando falla.

Importa la energía, la actitud, el compromiso, el compañerismo de todas con todas. Cada jugadora tiene su papel, su valor, su momento dentro del juego. Y cuando todas lo entienden y lo sienten, el equipo se vuelve más fuerte.

Hoy ganamos más que un partido: ganamos en confianza, en madurez, en unión. Yeso, más que el marcador, es lo que de verdad nos hará crecer en el futuro. 


domingo, 2 de noviembre de 2025

Cadete Femenino: CB Oliva Activa't Oliva...54 – 41... B Algemesí

El CB Oliva se impuso al CB Algemesí por 54-41 en un encuentro intenso y con fases de muy buen juego colectivo. El partido comenzó con un triple del equipo rival, pero nuestras chicas reaccionaron rápido gracias a buenas combinaciones entre compañeras, logrando un parcial favorable que nos colocó 8-3. El Algemesí mantuvo la presión durante todo el primer periodo, aunque conseguimos cerrar los primeros diez minutos por delante, 14-12. En el segundo cuarto, una canasta del rival igualó el marcador, pero a partir de ahí apareció Koniba, decisiva con 10 puntos casi consecutivos, para marcar las diferencias y llevarnos al descanso con ventaja de 26-19.

Tras la reanudación, el Algemesí apretó y llegó a situarse a solo tres puntos (30-27). Sin embargo, una canasta de Irene, seguida de dos de Simona y otra final de Koniba, nos devolvieron la tranquilidad, cerrando el tercer periodo con un 38-28.

El último cuarto comenzó con un espectacular parcial de 10-0, impulsado por 8 puntos de Simona al contraataque y una canasta de Paula, que ampliaron la diferencia hasta el 48-28. En los minutos finales, el rival intentó recortar distancias, pero supimos mantener la calma y asegurar la victoria por 54-41.

Aunque el resultado fue positivo y el equipo mostró fases de gran juego, no me gustó ver algunos enfrentamientos innecesarios entre jugadoras sin el balón de por medio. El baloncesto se juega con cabeza y respeto: debemos comportarnos como verdaderas jugadoras y evitar caer en provocaciones.



Gran trabajo colectivo, pero toca seguir aprendiendo también en lo actitudinal.

sábado, 1 de noviembre de 2025

Junior Femenino: Basquet Pego 12 - CB Oliva Activa’t Oliva 70

Una victoria que sabe a coraje, a superación y a amor por el baloncesto. El marcador decía 12-70. Una victoria clara, rotunda, incontestable del Junior Femenino del CB Oliva Activa’t Oliva en la pista del Basquet Pego. Pero ese número, frío y simple, no cuenta la historia que realmente importaba este viernes.

 Porque el verdadero triunfo no se medía en puntos, sino en latidos de un corazón que palpitaba hoy más fuerte que nunca, lágrimas y una fuerza interior puesta a prueba durante demasiado tiempo. El triunfo fue ver de nuevo en la pista a una de las nuestras, a una jugadora que durante más de un año y medio ha librado la batalla más dura: la de volver a creer, volver a confiar en su cuerpo y volver a sentir el balón en sus manos. Han sido meses interminables de dolor físico y emocional. De días grises, o muy negros, en los que el espejo devolvía la imagen de una jugadora que no podía hacer lo que más amaba. De sesiones de fisioterapia que parecían no acabar nunca, de madrugones cuando el resto dormía, de horas en el gimnasio, de lágrimas escondidas tras una sonrisa forzada en el banquillo. Siempre presente, siempre animando, siempre equipo… aunque por dentro ardiera el deseo de estar en la pista.

El camino ha sido largo. Demasiado largo. Con momentos de duda, de rabia, de impotencia. Con recaídas que golpeaban el alma más que la rodilla. Pero también con pequeños destellos de esperanza: un paso más, un gesto menos doloroso, una zancada más segura. Y en cada avance, la ilusión crecía. La meta se veía más cerca.

Y por fin llegó el día. El día del regreso. El día en que el corazón latió con fuerza al escuchar el sonido del balón botando en la pista, al sentir el tacto del balón, el olor del pabellón, los ánimos de sus compañeras. El día en que el sacrificio se transformó en sonrisa.

Su vuelta fue mucho más que un momento deportivo. Fue un ejemplo. Un símbolo de lo que significa amar el baloncesto con todas las fuerzas, de no rendirse nunca, de luchar en silencio cuando nadie mira. Su fortaleza, liderazgo y compromiso han sido una inspiración constante, dentro y fuera de la cancha.

Sí, el CB Oliva ganó, y lo hizo con autoridad. Pero la victoria más grande fue la de ella, la de su espíritu indomable, la de su regreso merecido. 

Bienvenida de nuevo "MICHAELA" Esta victoria es tuya. Y de todas las que nunca dejaron de creer.